Liwen fue feliz; extremadamente feliz con Li'An.
Su corazón se iluminó, calentó y reforzó, durante los largos años que convivieron y recorrieron la nave espacial. Le hizo olvidar, por un segundo, sus misiones y su condición como transmigrador.
Sin embargo, toda historia tiene su inicio y final. La vejez le llegó primero a Li'An, quien acabó tendido sobre la cama de un hospital.
Viendo como el tiempo se le agotaba, Liwen se aferró a su mano y le prometió.
"Nos veremos en... la otra vida. Te... encontraré"
Li'An asintió, con una sonrisa dibujada en su rostro. Confiaba en que su bebé lo encontraría y llenaría su monótona y fría vida de alegría otra vez.
"No tardes"
Susurró, antes de que sus ojos se cerraran para siempre.
Una lágrima bajó por la mejilla de Liwen, mientras se acercaba hasta su frente y plantaba un tierno beso. Se aferró a su mano arrugada y ya sin vida.
Como sus sistemas estaban conectados, se irían uno después del otro. No estarían mucho tiempo separados. Eso era lo único que reconfortaba a Liwen.
"Listo humano. El otro sistema ya se ubicó en el nuevo mundo. Ahora es nuestro turno de saltar. Prepárate"
Liwen cerró los ojos y permitió que el sistema se llevara su alma. Ahí voy amor, pensó mientras una intensa luz cubría la habitación.
Su alma se sacudió. He'An abandonó el cuerpo de Liwen y atravesó los bucles del tiempo y el espacio.
Cuando sus ojos se abrieron nuevamente, se encontraba en otro cuerpo. Había ingresado en un nuevo personaje, que estaba atravesando una situación bien particular y teniendo que enfrentarse a la muerte. ¡¿A la muerte?!
He'An contempló petrificado al ser horrendo delante de él. Se trataba de un pequeño cuerpo humano, cuya cabeza era una especie de mandíbula enorme, con cientos de dientes cual tiburón.
Mientras se cuestionaba sobre la existencia de un ser tan asqueroso, sintió como una mano lo movía hacia adelante. Su cuerpo fue empujado, justo en frente del horrible monstruo, el cual había abierto la boca hacia él. Era lógico suponer, que lo consideraba su comida.
En un rápido e inconsciente movimiento, He'An se dio la vuelta y sujetó la mano de esa persona. Sin siquiera dudarlo, lo arrojó con fuerza hacia el monstruo.
"¡Ahhhhhh!"
Los gritos del hombre, no tardaron en resonar por el lugar. Fueron acompañados por el sonido de dientes masticando y destrozando su carne.
El monstruo se lo comió de dos simples bocados. Solo quedó sangre, una zapatilla tirada, y una que otra parte sin consumir.
"..."
Lumie quedó en shock. No podía creer lo que acababan de ver sus ojos.
"Humano..."
"¿Si?"
Preguntó He'An, quien no salía de su asombro. Se cuestionaba cómo los dioses habían podido fabricar semejante cosa. Ese ser no le causaba temor, sino una simple repulsión. Como ex fantasma, ¿por qué debía temer a seres sobrenaturales?
"Acabas de matar al personaje principal"
Esa respuesta sí que sorprendió a Liwen. La persona que lo había empujado, y de quien se había vengado rápidamente, había resultado ser el personaje principal. Qué coincidencia más extraña e increíble.
"¿Eso significa que nuestra misión falló?"
"...Mmm. No. Antes de ser devorado por el monstruo, el personaje se arrepintió y deseó estar muerto. Eso cuenta"
He'An asintió, sin importarle demasiado. Desde su último mundo, no podía decir que simpatizara con los personajes principales; además, él lo había atacado primero. Lo arrojó hacia la boca de esa bestia, algo que no iba a quedar impune. Era su culpa.
El horripilante ser no parecía satisfecho. Tras terminar de devorar al personaje, comenzó a buscar a su nueva víctima. Era la mala suerte de He'An, que estuviera tan cerca de él.
Antes de poder retroceder, He'An percibió como unos brazos musculosos lo rodeaban. Su cuerpo se separó del suelo, provocando que sus ojos se abrieran de sorpresa.
Un hombre lo cargó al estilo princesa, e inmediatamente salió corriendo. He'An lo miró fijamente. La cautela y preocupación en lo profundo de sus ojos, fue inmediatamente reemplazada por alegría y amor al descubrir de quién se trataba.
He'An envolvió sus brazos alrededor del cuello del hombre y se acomodó. Disfrutó del calor e inconfundible aroma de esta persona.
Te encontré, pensó mientras dejaba escapar un suspiro de alivio. Afortunadamente, la separación no había durado mucho tiempo.
Al mismo tiempo, el hombre no podía evitar cuestionar sus acciones. Estaba cargando a una persona desconocida, sin motivo ni lógica alguna.
No era una buena persona. Claramente no pondría su vida en riesgo por el bienestar de un extraño. Sin embargo, al observar la espalda solitaria de esta persona, estando tan cerca de ese monstruo, su corazón se sacudió. Una ansiedad y un temor inexplicables lo invadieron, hasta el punto en el que su cuerpo actuó por cuenta propia.
Antes de que lo supiera, había recogido a esa persona y estaba corriendo por un pasillo largo y desconocido con él en sus brazos. ¿Qué estaba sucediendo conmigo?, se preguntó.
Por su parte, He'An, estaba sumamente emocionado. No dejaba de platicar con el sistema, ignorando los peligros que lo rodeaban. Siempre que estaba cerca de su hombre, nada más cobraba relevancia.
"Humano te enviaré la trama. Por más que ya completamos nuestras misiones, no creo que quieras irte por ahora. Siendo ese el caso, será mejor que tengas en cuenta las memorias del personaje para que puedas sobrevivir"
"Entiendo. Hazlo sistema"
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Las leyendas y mitos urbanos, no son más que cuentos de terror con los que los padres asustan a sus hijos. Son una simple amenaza, para lograr que se porten bien. No deberían cobrar mayor relevancia que esa. ¿Pero qué sucede cuando los cuentos, dejan de ser cuentos?
Este mundo, en un principio, estaba regido por la lógica y la tecnología. Los humanos habían arribado al siglo XXI, desarrollando sus conocimientos e impulsando sus logros en el mundo de la ciencia. Los seres sobrenaturales, eran un simple mito o historia inventada.
Sin embargo, algo extraño sucedió. Nadie supo cuando comenzó, pero de un momento a otro, seres horripilantes fueron avistados por los humanos.
Aparecían en supermercados, escuelas, subtes, edificios, en medio de las calles. Fueron destruyendo poco a poco, la concepción de las personas sobre que no existían.
El pánico no tardó en sumir a la sociedad en un caos. Un equipo especializado se creó, a fin de combatir a estos seres que, extrañamente, aparecían y desaparecían.
Científicos comprobaron que el plano donde habitaban estos monstruos, de alguna forma, se había conectado con el de los seres humanos, provocando apariciones intermitentes. Pero lo peor llegó cuando, 10 años después, los humanos empezaron a ser atraídos hacia su mundo.
Eran arrastrados por una fuerza misteriosa, que los transportaba hacia el hábitat de esas criaturas. De más está decir, que ninguna persona sobrevivía para contar su experiencia.
Nadie podía escapar una vez atravesaba el portal hacia su realidad. Eso, a pesar de que solo debían esperar a que la conexión se desvaneciera. Una vez llegado el momento, serían regresados al mundo original.
El único punto era que...nadie lograba salir intacto. Sus restos eran lo único que volvía.
El cuerpo que actualmente ocupaba He'An, era una de esas desafortunadas personas. Él, junto a un grupo de 15 jóvenes, había sido atraído hasta el plano fantasmal. Aparecieron en el interior de una escuela secundaria maldita, la cual estaba bajo el control de la niña de rojo.
Según cuentan las leyendas, es una niña que se pasea por los pasillos, tratando de satisfacer su hambre insaciable. Hace miles de años, fue enterrada en el predio por una secta que ofreció su vida a un demonio. Casualmente, se trataba del demonio de la gula que la engulló y le transmitió su misma hambre y sed inacabable.
He'An apareció en el momento más peligroso. La niña de rojo, los había encontrado vagando por su territorio. Ahora eran una simple presa, que había caído en su tela de araña. Sí no tenían cuidado, terminarían siendo su comida.
La identidad de He'An era bastante simple. Se trataba de un streamer que había abandonado la universidad, para enfocarse en el mundo de los videojuegos y las presentaciones en vivo.
Sin embargo...tenía un pasatiempo bien extraño y que a He'An le puso la piel de gallina. Amaba vestirse como mujer, usando peluca y portando vestidos cortos y coloridos.
He'An, apenas descubrió las características de su personaje, deseó marcharse inmediatamente de ese mundo. ¿Qué pensará su hombre cuando lo vea?
La preocupación lo invadió. Aunque más que inseguridad, porque vaya a rechazarlo por su apariencia, estaba sufriendo de vergüenza y temor por lo que podría hacerle. He'An imploraba porque su hombre no agregara un fetiche extraño a su repertorio.
Si bien no podía escapar de los gustos actuales de su personaje, no es como si fuese a tener la tendencia de portar ropa de mujer en otros mundos. Era solo una vez....una única vez.
"Que lo repitas tanto no lo hace más creíble ¿sabes?"
"Cierra la boca sistema"
He'An observó el último fragmento de recuerdos. Jenie era el nombre que prefería usar su personaje, cada vez que llevaba ropa de mujer. Sus padres lo llamaban Jen, tratando de satisfacer el extraño deseo de su hijo, pero sin que les resultara demasiado brusco el cambio. Aún no podían aceptar los gustos que había adquirido su pequeño.
Lo último que Jen recordaba, era estar preparando una transmisión en vivo dentro de su habitación. Antes de encender las cámaras, sintió un fuerte y brusco sacudón. Al segundo siguiente, se encontraba dentro de la escuela.
El pánico no tardó en invadirlo. Comprendió al instante lo que estaba sucediendo. Aunque pudo recuperar rápidamente su cordura cuando descubrió que no era el único arrastrado.
Allí, conoció a un par de personas entre las que se encontraba Kiro, el personaje principal de este mundo. Era una segunda generación rica, desenfrenada y sin códigos, que no tardó en sentirse atraído por la apariencia de Jen.
Pero esa "atracción" no pudo ganarle a su miedo. Finalmente, lo empujó hacia la boca del monstruo y acabó con su vida. Nunca supo que se trataba de un hombre con ropa de mujer, ni cuál era su verdadero nombre.
Esto debido a que, quien quiera que diga su nombre real, dentro del mundo fantasmal, jamás podrá salir. Ya no se trata sobre si podrás abandonar el plano vivo o no. Permanecerás atrapado para siempre, e incluso, tus restos no podrán regresar.
El grupo de 15 personas dio a conocer sus apodos, o un nombre al azar, a fin de que pudieran comunicarse más fácilmente y tratar de entablar un orden. Aunque todo esto se fue por la borda, cuando apareció el monstruo. Así se separaron y dividieron en pequeños grupos, arribando hasta el presente donde Jen está siendo cargado por su hombre.
(N/A: He'An será conocido a partir de ahora como Jen)