Elisabeth frunció el ceño mientras se preguntaba cuál sería la ruta que el "protagonista" seguiría, o si habría alguno siquiera.
"¿Qué estás pensando, Eli?" - preguntó Eric mientras miraba a su prometida.
"Oh, no es nada, solo pensaba en si hoy tendremos suerte y encontraremos algo interesante en vez de puras rocas" - respondió Elisabeth mientras chasqueaba la lengua.
Eric estaba por decir algo más, cuando escuchó el sonido de los soldados gritándole a alguien que se detuviera. Él rápidamente frunció el ceño, porque con lo lejos que estaban, no debería de haber alguien en esta zona, así que sin pensarlo dos veces, él salió del carruaje y caminó hacia el lugar donde estaba la conmoción, solo para quedar paralizado luego de ver de qué se trataba.
Frente a él, había dos mujeres, la primera era una linda chica de unos 15 años de cabello rubio, ella estaba usando una armadura de cuero que se ajustaba a su delicado cuerpo, junto a una espada reposando en su cadera, aunque ese no era el motivo por el que él se había congelado, sino por la acompañante. Ella era la mujer más hermosa que él hubiera visto en toda su vida, largo cabello rojo, hermosos ojos azules como el cielo, unos pequeños y delicados labios rosados, una pequeña nariz, y un cuerpo que parecía que hubiera sido bendecida por el dios de la lujuria, aunque había algo que estaba molestando a Eric, y eso era que la vestimenta de esta mujer eran básicamente parches pegados uno detrás de otro.
Luego de salir del estupor, él caminó hacia las dos mujeres y preguntó qué era lo que hacían en un lugar tan inhóspito, y esto lo dijo con la guardia alta porque era bastante obvio que algo raro estaba sucediendo.
"¿Eric, qué es lo que estás haciendo?" - preguntó Elisabeth mientras caminaba donde su prometido, solo para sorprenderse al ver a dos mujeres delante de ellas, en especial a la hermosa mujer de cabello rojo.
La chica rubia también se sorprendió al ver a Elisabeth, aunque rápidamente frunció el ceño como si estuviera pensando en algo, lo que no pasó desapercibido para la prometida de Eric.
"Estaba preguntándoles a estas dos señoritas qué era lo que hacían en un lugar tan alejado de la civilización como este" - respondió Eric con honestidad, aunque su mirada inconscientemente se movió a la hermosa mujer de cabello rojo.
Elisabeth chasqueó la lengua antes de darle un fuerte apretón en el brazo a su novio, quien no pudo hacer otra cosa que soltar un agudo grito de dolor.
La chica rubia frunció ligeramente el ceño porque esta mujer no estaba actuando como ella recordaba, aunque eso no era importante, después de todo, ella había venido por una sola cosa, ella quería interactuar con Ren.
"Mi nombre es Rea Asteria, aventurera novata, y ella Erika, mi esclava, aunque ella es más como una hermana mayor" - respondió Rea mientras se presentaba junto a su acompañante.
Eric frunció ligeramente el ceño cuando escuchó la palabra "esclavo", aunque rápidamente decidió que era mejor no decir nada, después de todo, la esclavitud era permitido en el reino - "Ya veo..."
"¿Qué sucede aquí?" - preguntó una voz masculina.
Los soldados que rodeaban a las dos mujeres, rápidamente se arrodillaron cuando escucharon esta voz, mostrando a la persona más importante del grupo, el tercer príncipe del reino, Ren D. Bahamut.
Los ojos de Rea brillaron ligeramente, algo que Elisabeth notó de inmediato, lo que confirmó que esta mujer no era un "NPC", sino más bien una persona igual que ella, una chica que había reencarnado en este mundo, y por lo que parecía, quería entrar en la ruta de Ren, aunque no era como si pudiera culparla. Si ella fuera la jugadora, también entraría a la ruta de Ren, porque siendo honesta, a pesar de la dificultad, Ren era el mejor héroe de [Dragon Frontier], él era apuesto, amable, afectivo y leal.
"Todavía no responden mi pregunta" - dijo Ren con el ceño fruncido, aunque su expresión cambió cuando vio a las dos mujeres delante del grupo, en especial a la chica pelirroja, sin embargo, su expresión rápidamente volvió a la normalidad, demostrando el enorme control que él tenía.
Los ojos de Erika brillaron ligeramente mientras sentía cómo la presencia de este chico parecía estar haciendo que su corazón latiera a mil por hora.
Ren se le quedó mirando detenidamente, porque era como si sentía una extraña conexión con esta chica, posiblemente gracias a su habilidad [Torre de Babel] - "¿Quién eres?"
"Y-Yo..." - murmuró Erika con el rostro rojo mientras jugaba con sus dedos.
"Perdón por la intromisión, su majestad" - irrumpió Rea con el rostro ligeramente rojo cuando notó cómo el apuesto hombre la mirada con el ceño ligeramente fruncido - "Lo siento"
"No, no tienes que preocuparte" - respondió Ren mientras sacudía la cabeza - "Aunque tengo curiosidad por saber cómo supiste que soy uno de los príncipes del reino"
"¿Eh?" - Rea se quedó en silencio mientras empezaba a sudar porque podía notar cómo los soldados estaban empezando a contemplar esta aparición tan extraña de estas dos mujeres.
"Ok, suficiente" - dijo Ren mientras miraba alrededor - "Estoy seguro de que ellas no son hostiles contra nosotros"
Rea soltó un suspiro antes de sonreír en dirección del príncipe.
Ren caminó directamente frente a Erika y puso su mano sobre su cabeza, solo para fruncir el ceño - "¿Eres una esclava?"
"¡Aquí viene!" - exclamaron Elisabeth y Rea en sus pensamientos, después de todo, esta era una de las primeras encrucijadas de esta ruta, el momento en el que Ren le ofrecería liberar a Erika de su esclavitud. Si ella aceptaba, entonces empezaría la ruta [Soberanía sobre los Mortales], la cual sería la creación y expansión de Neo Bahamut con la base de la historia siendo una historia similar a la cenicienta, un príncipe llevando a una chica de bajos recursos hacia la cima, y dependiendo de las siguientes elecciones, Ren podría tener más de una pareja adicional, contando por supuesto al avatar del jugador, siempre y cuando este sea femenino. En cambio, si Erika se niega, entonces empezaría la ruta [Tórtolos de Sangres], el cual Ren y Fiora se unirían para destruir al imperio animal y a todos sus enemigos, y en el proceso, creando el escenario para poder invocar al jefe final del juego.
"S-Sí..." - murmuró Erika mientras agachaba la cabeza con lágrimas en sus ojos. Su vida había sido una cruel sucesión de eventos.
Desde muy joven, Erika había sido una niña hermosa, al punto que muchos nobles habían indicado que querían convertirla en la concubina de sus hijos, o incluso tomarla bajo sus alas para que ella fuera su amante en el futuro. Sus padres se negaron, pero esto desencadenó su primera tragedia.
Una noche de invierno, unos ladrones entraron a su hogar y la secuestraron luego de matar a sus padres, solo que durante el traslado, ella escuchara cómo ella había sido marcada como objetivo por un noble, pero viendo su apariencia, los ladrones decidieron que era mejor venderla en una subasta.
Luego de esos eventos, Erika fue vendida a un esclavista de alto renombre, y entrenada para poder complacer a su futuro maestro. Ella se negó a esto, sabiendo que su "dueño" no la golpearía por miedo a dañarla y hacer que su valor se redujera, es por eso que él cambió su enfoque, y la torturó psicológicamente.
Erika todavía tenía pesadillas de esos eventos mientras su fuerza de voluntad era cada vez menor.
Con el paso del tiempo, ella aceptó su destino como esclava y pasó el entrenamiento, siendo su único consuelo que su pureza se había mantenido intacta para que su valor comercial fuera mayor.
Erika había perdido la esperanza, hasta que un día, una chica mucho menor que ella apareció y decidió comprarla por un precio mucho menor al que su "maestro" había pensado, lo que la dejó confundida, después de todo, ella estaba consciente de su apariencia.
Ella rápidamente descubrió el nombre de su nueva dueña. Rea Asteria, y tal parecía que había logrado convencer a su dueño anterior de venderla mucho más barato, luego de escuchar cierta información.
Luego de asegurarse de que nadie las siguiera, las dos empezaron su viaje por zonas extremadamente peligrosas, hasta que llegaron a un pueblo al borde de Surt.
Erika sintió un frío escalofrío recorrer su espalda, porque su nueva maestra no había mencionado el motivo de su llegada a este lugar tan peligroso, aún así, ella no preguntó, después de todo, ella era una simple esclava, un juguete para el disfrute de su maestro, o al menos fue así hasta que se encontró con un extraño grupo, el cual parecía estar compuesto por soldados entrenados escoltando a un noble, aunque esto esto la llenó de curiosidad.
¿Qué hacía un noble en este lugar?
Las dos caminaron hasta el grupo y un ligero temblor recorrió su cuerpo al ser rodeada por estos hombres que tenían pintas de ser criminales, al menos hasta que apareció un apuesto chico rubio de más o menos su edad.
El chico preguntó por sus presencias y su maestra se presentó.
El chico rubio seguía un poco confundido, y honestamente no era como si ella pudiera culparlo, o sea, Erika también lo estaría si dos extraños aparecieran en un lugar tan alejado de la mano de dios.