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Chapter 7 - 7: [Lágrimas]

"¿No puedes concentrarte, viejo amigo?" - preguntó Eric al notar cómo Ren tenía todos los documentos esparcidos por su escritorio mientras se tomaba la cabeza - "¿Confundido con estas emociones que estás experimentando?"

"Sí, estoy confundido, no sé hacer exactamente" - respondió Ren mientras soltaba un suspiro - "No importa cuanto lo busque, no encuentro información sobre el problema que me acompleja"

"¿La [Torre de Babel] no posee información sobre el amor y la atracción por personas del sexo opuesto?" - preguntó Eric con sorpresa.

Eric abrió los ojos, sorprendido con estas palabras - "¿Amor? ¿Eso es lo que siento por ella?"

"Bueno, la verdad no estoy seguro, pero eso es lo que parece a pesar de que recién se han encontrado" - respondió Eric mientras sacudía la cabeza - "Lo sé porque yo experimento los mismos [síntomas] que tú estás mostrando cada vez que hablo con mi amada Elisabeth"

Ren se quedó en silencio mientras analizaba aún más las palabras de su mejor amigo. Él comprendía lo que era el amor, o al menos el lado técnico, después de todo, su vida dentro del palacio había sido extremadamente resguardada, la única mujer con la que él había interactuado luego de la muerte de su madre, era Elisabeth porque todas las sirvientas pasaban de él, ellas estaban más preocupadas por ser bendecidas con la atención de sus hermanos, y no era como si pudiera culparlas, o sea, si alguna de ellas lograra embarazarse de uno de los príncipes, entonces sus vidas cambiarían drásticamente.

"Yo... no estoy seguro de que si es amor, o sea, siento que ella es importante para mí..." - dijo Ren mientras fruncía el ceño.

Eric le dio una enorme sonrisa mientras notaba cómo el príncipe empezaba a sonrojarse, momento en el que él empezar a reír con locura.

"Si ya te divertiste, es tiempo de que continuemos trabajando" - dijo Ren con el ceño fruncido, porque no le gustaba que su amigo le tratara como un tonto.

"Lo siento, lo siento" - dijo Eric al notar cómo Ren nuevamente estaba empezando a molestarse - "Es que nunca pensé ver el día en el que el supuesto bufón de la familia real, empezara a actuar acorde a su título"

Ren chasqueó la lengua, aunque tenía que admitir que no estaba actuando como debería, de hecho, ni siquiera había empezado a trabajar porque todos sus pensamientos estaban girando alrededor de Erika, era como si ella fuera un veneno que lentamente se estaba esparciendo por su cuerpo, y lo que empeoraba la situación, es que él lo estaba disfrutando, le gustaba pensar en esta chica desconocida, deseaba conocer más de ella, tenerla a su lado en este largo y extenuante camino que iba a recorrer, porque instintivamente algo dentro de él rogaba por su presencia.

Era extrañamente seductor, pero Ren seguía añorando por esta chica, al punto de sentir cómo ella lentamente estaba empezando a tomar un lugar similar al que Eric, su mejor amigo tenía en su corazón como una persona importante.

"¿Quieres que la llame?" - preguntó Eric con una pequeña sonrisa al ver cómo su amigo actuaba como un hombre de su edad.

"¡Sí! Digo, no, o sea, no lo sé..." - murmuró Ren mientras ocultaba su rostro por la vergüenza de haber sobrerreaccionado frente a su amigo - ". . ."

"Pff... ¡Ha, ha, ha, ha!" - Eric no pudo contenerse más, él soltó una carcajada mientras Ren se avergonzaba cada vez más - "Ok, voy a llamarla, supongo que les daré un poco de espacio para que la nueva pareja pueda hablar"

"¡N-No somos pareja!" - exclamó Ren mientras daba un salto y se levantaba de su asiento - "Solo hazlo..."

Pocos minutos después, la puerta de su carruaje empezó a ser golpeada delicadamente.

Ren caminó hacia el lugar y la abrió, mostrando a una bella chica que estaba usando un vestido ajustado.

"¿M-Me llamó, su majestad?" - preguntó Erika mientras desviaba la mirada con incomodidad, porque no quisiera pasar tiempo con el príncipe, sino porque el vestido era demasiado ajustado.

Ren miró detenidamente a la mujer, procesando detenidamente lo que estaba pasando frente a sus ojos. Ella parecía estar usando un vestido de Elisabeth, y para tristeza de su amiga de cabello castaño, estas prendas no le quedaban a Erika, no porque se viera mal, sino porque el tamaño de sus curvas eran demasiado diferentes.

Mientras que Elisabeth tenía una figura curvilínea, perfecta para una chica de su edad, Erika era una súcubo en carne humana, sus pechos eran grandes y al igual que su cadera mientras que su cintura era delgada, era como ver una figura echa por la mismísima diosa del amor y la lujuria.

Ren quedó embobado ante tal hermosa visión, aunque rápidamente tosió para alejar sus pensamientos a un lado - "¡Ahem! Sí, te llamé para poder hablar un poco más contigo"

"Ok" - asintió Erika mientras caminaba hacia el asiento delante de donde estaba el escritorio improvisado del príncipe.

Ren caminó hacia su escritorio con pasos tensos porque podía sentir cómo sus mejillas estaban cada vez más rojas porque podía ver el movimiento seductor de caderas de la mujer de cabello rojo.

"¿De qué quiere hablar?" - preguntó Erika mientras tomaba un largo respiro para calmar su corazón.

"¿Eh? Oh, cierto, me gustaría saber un poco más sobre ti, sobre tu vida, incluso los momentos antes de que [eso] sucediera..." - respondió Ren mientras intentaba elegir bien sus palabras, después de todo, no quería hacer enojar o sentir mal a su acompañante.

"La verdad es que no me gusta hablar mucho sobre el tema porque me trae malos recuerdos, aunque puedo hacer una excepción con ustedes, si es que su majestad también me cuenta un poco de su vida" - respondió Erika mientras asentía con debilidad, esto lo dijo porque su interés por Ren, era mucho mayor a su miedo por revelar su pasado.

"Entiendo, supongo que compartiremos secretos" - dijo Ren mientras se levantaba de su asiento y tomaba a la mujer de la mano.

Erika se sonrojó ante tal acción, mientras dejaba que él la encaminara al asiento al lado del suyo.

"¿Quieres que empiece yo?" - preguntó Ren mientras volvía a su asiento y miraba a la chica directamente a sus hermosos ojos azules, aunque esto era peligroso porque él sentía que se estaba ahogando en un cristalino océano.

"N-No, no es necesario" - respondió Erika mientras cerraba lentamente los ojos y tomaba un largo respiro.

Ren tragó duro cuando vio cómo en el proceso, hizo que la camisa victoriana pareciera que estaba a punto de explotar, de hecho, él empezó a rezar por el bienestar de los botones que estaban a duras penas conteniendo el poder ofensivo de los pechos de la chica.

"Todo empezó cuando cumplí 5 años..." - murmuró Erika mientras agachaba la cabeza - "Mi familia era una normal que podrías encontrar en cualquier lugar fuera de la capital, pero yo nací [bendecida], aunque yo croe que fue más una maldición..."

Ren comprendió de inmediato qué era lo que ella trataba de decir - "Tu belleza"

"Sí, desde muy joven, yo era hermosa, me llamaron la perla de los pobres por la condición social de mi familia, y fue por eso que poco a poco empecé a ganar popularidad, hasta que un día mi apariencia llegó a los oídos de los nobles, muchos vinieron a nuestras puertas para comprobar los rumores" - continuó Erika mientras se mordía el labio - "Cuando me vieron, rápidamente les preguntaron a mis padres si podían venderme, o si deseaban ofrecerme como concubina para sus hijos, aunque yo podía ver lo asquerosos que eran cuando sus miradas pasaban por mi pequeño cuerpo. Mis padres se negaron porque ellos no deseaban verme infeliz, deseaban que yo encontrara el amor, pero esto no fue algo que los nobles desearan escuchar.

"Una noche, unos criminales entraron a mi hogar y mataron a mis padres, me secuestraron y mientras me trasladaban a un lugar "seguro", escuché cómo el responsable de todo esto fue una familia noble que deseaba entrenarme para ser la concubina del patriarca, por suerte, o por desgracia, los criminales encontraron que la paga era demasiado baja para una presa con mi apariencia, es por eso que me vendieron en una subasta a muchas ciudades de distancia de mi hogar..." - continuó Erika mientras empezaba a sollozar - "Fue esa noche donde todo empeoró, mi comprador era un esclavista que comerciaba con esclavos de razas exóticas, fui torturada sin comer porque no quería aceptar el entrenamiento para aprender a complacer a mi nuevo maestro, no me dejaron comer, me dieron prendas rotas para que sufriera frío durante las gélidas noches, y solo me daban lo necesario para mantenerme al borde de lo saludable, después de todo, mi apariencia era lo que haría que mi valor aumentara"

Ren no pudo más, él rodeó el cuerpo de la mujer de cabello rojo con sus brazos mientras intentaba decirle con sus latidos que él estaba a su lado.

Erika no pudo más, ella rompió en llantos mientras liberaba todo lo de su interior, cómo ella había sufrido durante dos años de resistencia ante las instrucciones del esclavista, cómo las pocas amigas que había hecho durante esos crueles años, eran torturadas y abusadas para romperla, cómo los compradores eran cada vez más asquerosos.

"Hiciste un buen trabajo resistiendo todo eso..." - murmuró Ren mientras presionaba a la chica contra su pecho - "Estoy orgulloso de lo fuerte que eres..."