Ren Bahamut, el tercer príncipe del reino de Bahamut, estaba mirando por la ventana del carruaje, ignorando los gritos de todos los habitantes de la capital, quienes estaban insultándolo por ser un inútil, una basura, la peor desgracia que había aparecido en la familia real.
Él, un apuesto joven de cabello negro desordenado, ojos verdes con extraña pupila rosada, lo que demostraba que él había sido bendecido con una habilidad desde su nacimiento, lo que los habitantes de este mundo denominaban como un "elegido". Ren estaba vistiendo una túnica azul oscuro con con detalles dorados que marcaban su ascendencia noble.
"En serio, esto empieza a volverse aburrido" - dijo Ren mientras negaba con la cabeza - "¿No piensas lo mismo, Eric?"
"No es como si pudiéramos culparlos, no cuando nadie más que la familia real y unos pocos afortunados saben la verdad" - respondió Eric, un apuesto hombre de cabello rubio de unos 20 años, y mejor amigo de Ren desde que tenía memoria.
Eric no solo era un caballero con enorme potencial a pesar de no ser un elegido, sino que también era el hijo del capitán de la guardia real del reino, desde muy jóvenes, fue decidido que él se convertiría en el escolta personal de Ren, y honestamente él estaba feliz con esto porque su amigo era la persona más interesante que había conocido, a pesar de todos los rumores que rodeaban su persona.
"Cierto, aunque sigo sin poder entender cómo es posible que estos idiotas creyeran una escusa tan estúpida" - dijo Ren con desdén mientras volvía a entrar su cabeza porque los habitantes de la capital estaban empezando a lanzarle basura - "Tch, tch, tch, incluso siendo desterrado, es una falta grave de respeto el lanzarle basura a un miembro de la realeza"
"Aunque no se podría esperar menos de unos idiotas que están llevando al reino a un destino horrible" - dijo Eric mientras asentía a las palabras de su mejor amigo.
El reino de Bahamut, la nación humana más poderosa del continente de Exsus, una potencia nacional que podía combatir con monstruosidades como el reino de los elfos del bosque antiguo, o el imperio de las bestias liderados por Apolo, el destripador, un hombre lobo que se había alzado como emperador luego de matar a todos los demás hombres bestias.
"Supongo que nuestra estabilidad como potencia nacional..." - dijo Ren, aunque rápidamente sacudió la cabeza - "Mejor dejo de pensar en esto, después de todo, la estabilidad del reino ya no es asunto mío"
"Cruel, pero cierto" - dijo Eric mientras negaba con la cabeza.
"¿Qué dijo tu prometida cuando supo que ibas a ser exiliado conmigo?" - preguntó Ren con curiosidad.
"Oh, ella..." - respondió Eric mientras soltaba una carcajada - "Sabes muy bien cómo es ella, en el momento que supo que fui exiliado contigo, ella desechó su título como heredera y decidió seguirme, honestamente, no sé qué clase de buena persona fui en mi vida anterior para ser bendecido con una mujer como Elisabeth"
Elisabeth Norman, hija mayor de la casa ducal Norman, así como la mujer más inteligente del reino, ella desde muy joven demostró que tenía el intelecto para los negocios, ayudando a su familia a florecer, es por eso que mucha gente intentó crear una conexión con ella a través del matrimonio, aunque rápidamente desistieron cuando escucharon que ella ya había sido comprometida con Eric, el hijo del capitán de la guardia real, y una de las personas más importantes del actual rey.
"Sigo sin entender cómo es posible que ella sea tan inteligente y tenga tantas buenas ideas" - dijo Ren mientras negaba con la cabeza, él había tenido muchos encuentros con Elisabeth, y aunque ella no fuera tan hermosa como mucha de las chicas que estaban en el harén real de sus hermanos, ella tenía un encanto misterioso, como si ella fuera única en este mundo.
"Lo sé, es extraño, después de todo, ella no es una elegida como tú, Ren" - respondió Eric mientras negaba con la cabeza.
"Su excelencia Ren, ya hemos llegado a la salida de la capital" - dijo el conductor del carruaje.
"Muchas gracias, Max, lamento que tengas que venir con nosotros" - dijo Ren mientras se disculpaba con su sirviente.
"Oh, no tiene que preocuparse, el rey me permitió traer a mi familia, además, sé muy bien que las cosas no son tan peligrosas como los habitantes de la capital dicen que es" - respondió Max con una pequeña sonrisa, después de todo, él había sido sirviente de Ren desde que él tenía 5 años, y había visto de qué era capaz este joven.
"Gracias por confiar en mi, viejo amigo" - dijo Ren mientras asentía en dirección del hombre de 30 años.
"Ok, creo que es tiempo de que haga mi trabajo, además, tengo que salir para poder hablar con Elisabeth" - dijo Eric mientras se encogía de hombros.
Ren sonrió ligeramente antes de despedir a su amigo, y viendo que ahora estaba solo, él cerró lentamente los ojos mientras recordaba lo que había sucedido esta mañana.
* * * * * *
"¡Yo, Enroy N. Bahamut, te destierro a ti, Ren D. Bahamut por tu incompetencia!" - exclamó un hombre corpulento que más que un soberano, parecía un guerrero, uno que había pasado por años de entrenamiento, sudor y sangre.
A su lado había dos jóvenes, uno de unos 24 años y otro de unos 30, los dos parecían ser copias del rey porque sus contexturas eran similares. El primero era Brand F. Bahamut, actual general en jefe del ejército del reino, así como el próximo heredero al trono, él era un hombre rubio de ojos verdes con pupilas rosadas, cuya bendición era conocida en todo el reino y el motivo por el cual lo llamaban el monstruo del campo de batalla, su habilidad era [Fuerza Hercúlea], lo que hacía que él pudiera triplicar su poder base. El segundo era un hombre de cabello negro y ojos similares a su hermano, él estaba vistiendo una armadura pesada y tenía un enorme escudo en su espalda, él era Sigurd B. Bahamut, el hombre al que llamaban el pilar del imperio, gracias a su bendición llamada [Aegis], un poder que amplificaba sus defensas a niveles que lo volvían invulnerable.
Los dos príncipes eran considerados la espada y el escudo del reino de Bahamut, y en estos momentos estaban mirando con molestia al joven delante de ellos.
Ren D. Bahamut, el tercer príncipe del imperio, y al igual que sus dos hermanos, él fue bendecido por los dioses, aunque su contextura era muy diferente al resto de su familia, después de todo, él era delgado, demostrando que no había entrenado durante su vida, o al menos no como sus hermanos.
"¿Tienes algo que decir, Ren?" - preguntó Enroy con un rostro tan frío como la tundra más helada del norte.
"No..." - respondió Ren mientras agachaba la cabeza, aunque los presentes podían ver cómo el joven estaba apretando sus puños con furia, aunque no era como si les importara, después de todo, era nacionalmente conocido que Ren era la oveja negra de la familia, un joven que no fue bendecido por el dios de la guerra, sino más bien por otra entidad, y esto se demostraba porque su habilidad única era [Torre de Babel], lo cual hacía que él fuera básicamente la persona más sabia del mundo, porque en el momento que tuviera una duda, él podría conseguir el conocimiento necesario, es por eso que le llamaban Ren, el bufón.
"Bien, es bueno ver que aceptaste tu destino" - dijo Enroy mientras golpeaba su trono con impaciencia - "Tus subordinados han sido asignados, al igual que tu destino..."
"¿Dónde seré desterrado?" - preguntó Ren mientras levantaba débilmente la cabeza.
"Surt" - respondió Enroy con neutralidad.
"¡Imposible, ese lugar es básicamente el infierno!" - exclamó Ren mientras se levantaba de golpe - "¡Sé que no soy tan útil como mis hermanos, pero no puedes hacerme esto, padre!"
"¡¿Cómo hozas insultar a nuestro padre?!" - exclamó Sigurd con furia mientras tomaba su gran escudo - "¡La decisión ha sido tomada, ese lugar te fue asignado porque es obvio que no queremos ver tu rostro nunca más!"
Múltiples murmullos empezaron a resonar en la habitación del trono porque nadie se esperó que el monarca fuera tan cruel con su hijo menor, aunque estos fueron silenciados por el rey con una simple mirada.
"Sigurd tiene razón, esta decisión ha sido tomada, así que es mejor que lo aceptes" - dijo Enroy con neutralidad - "Reunión terminada, quiero que esparzan la noticia del destierro de Ren, el bufón"
Los nobles que presenciaron esto, simplemente asintieron, aunque no sin antes lanzarle una mirada de lástima el menor de los príncipes.
"Pueden retirarse" - dijo Enroy mientras miraba a los caballeros, quienes simplemente siguieron las instrucciones del monarca.
Enroy se quedó en silencio unos segundos, aunque esto causó que su expresión se derrumbara, al igual que la de sus hijos, quienes simplemente soltaron una carcajada.
"Bueno, esto salió como pensamos" - dijo Ren mientras negaba con la cabeza - "Incluso logré detectar algunos cambios en alguno de nuestros pequeños nobles"
"Como se esperaría de mi hijo más sabio" - dijo Enroy con una enorme sonrisa, un contraste extremadamente grande comparado al frío rey que había decidido exiliar a su hijo.