Me desperté por una leve sensación de nostalgia, al levantarme de la cama senti un par de lágrimas cayendo por mi rostro y por alguna razón pensé en mi compañera, Xiao Yue, hija de una familia muy antigua de la Tierra, apodada la Diosa de la Guerra y la Portadora de la Ruina.
Aquella mujer cuyo código genético constituye un gran porcentaje del virus usado para convertirme en lo que soy ahora, mi mejor amiga y una de las personas en las que más confío.
Por un momento sentí su presencia cerca, no puedo explicarlo pero fué muy vívido, casi como si estuviera justo a su lado.
Pude verla en mi sueño, su largo cabello negro ondeando al viento, sus ojos rojos como la sangre, su rostro tan amable deformado por una expresión de tristeza y rabia como jamás la había visto, hasta ahora no lo habia pensando, cómo se sintió ella después de mí muerte, debo volver cuánto antes para que no se sienta sola, esa mujer siempre se ha hecho la dura pero es sorprendentemente blanda.
Miré a mi lado para confirmar la figura aún envuelta en sábanas durmiendo a mi lado, extiendo mi mano hacia ella para tocar su mejilla y sentir la calidez de su cuerpo.
Buscaré la forma de regresar aunque me tome una eternidad, me pongo de pie para tomar las ropas que me obsequiaron el día anterior y una vez vestido salí de la habitación.
Le dejé un mensaje a Nephy con la sirvienta que hacía guardia fuera y me dirijo en busca del Duque para solicitar un guía que me lleve a la ciudad.
Tras una breve charla me confían a un joven cochero llamado Jensen para que me guíe, el transporte es diferente al carruaje en el que llegamos.
Se trata de un pequeño carro techado con capacidad para dos personas, es solo un poco más ancho que yo y no hay vidrio en sus ventanas, únicamente una rejilla de madera con doseles de tela delgada.
El animal que tira del pequeño transporte es similar a un caballo terrestre pero alrededor de 1.7 veces más grande, cubierto de gruesas escamas de un tono negruzco y con prominentes cuernos sobre su cabeza.
Jensen se monta sobre una silla amarrada al gran animal, para ser sinceros me gustaría tener uno para montarlo yo mismo ya que parece divertido.
Ya en marcha Jensen me habla a fondo sobre la ciudad, la capital del Ducado de Blackwood es llamada Lupercalia una vasta región habitada por más de 4 millones de personas censadas hace un par de meses.
También es una ciudad comercial debido a que conecta con importantes carreteras que llevan directamente a la capital Imperial, Arkadia, al bosque oscuro Temis y a la gran cordillera Urdraken.
Según él la mansión se encuentra hacia el norte de la ciudad e inmediatamente fuera de sus terrenos se encuentra el distrito noble, más al sur en el centro de la ciudad está está la gran plaza central dónde se hayan los edificios gubernamentales, el gran mercado y una plaza para eventos cívicos.
Mi objetivo es la gran plaza central, allí se encuentran la gran iglesia y la cede regional del gremio de aventureros, mientras avanzamos en el pequeño transporte similar a un palanquin me familiarizo con la ciudad, sus calles hechas de un material similar al adoquín se encuentran en buen estado y las fincas de los nobles me recuerdan algunas zonas de la Tierra.
Pronto atravesamos la puerta de la zona noble y nos encaminamos a la plaza, los demás carruajes y transportes nos abren el paso debido al escudo de la familia del Duque grabado en ambas puertas.
Finalmente tras una hora de viaje llegamos frente a la cede del gremio, Jensen me indicó que bajara en la acera y caminara unos metros hasta la entrada ya que los carruajes no podian acercarse más.
Le di las gracias prometiendo volver lo más pronto posible y me acerqué al gran edificio, la imponente fachada blanca pulida y las grandes puertas de madera oscura le daban un aspecto hermoso, con unos 5 pisos de altura y una gran cúpula de cristal en lo más alto se veía similar a una catedral de mi mundo.
Cientos de personas se hallaban dentro y fuera del gran vestíbulo, me acerqué a un hombre con aspecto de guardia que estaba de pie junto a la entrada y le indiqué que quería registrarme como aventurero, el hombre me señaló amablemente un grupo de mostradores con una fila relativamente larga detrás y me dijo que ahí se realizaban las inscripciones.
Me dirijo hacía allí y tomo un lugar detrás de una joven, por su aspecto no debe tener más de 25 años y se encuentra charlando afanosamente con otras dos chicas de su edad, todas llevan ropa hecha de tela áspera y algunas piezas de armadura hechas de cuero, tras pararme detras de ellas detienen su charla momentáneamente para luego susurrar entre ellas.
Mis oídos captan perfectamente sus voces hablando sobre mí, sobre si parezco un noble o sobre lo apuesto que soy, parecen animarse entre ellas a entablar una conversación conmigo pero finalmente ninguna se atreve.
Es un poco vergonzoso llamar la atención de esa forma.
= Después de todo su aspecto es sobresaliente señor =
Has estado muy silenciosa desde ayer Alicia y lo primero que dices es algo como eso.
= Sobre eso, me gustaría hacerle una petición señor =
Habla sin reservas Alice.
= Verá señor, me gustaría poder hablar más libremente, aunque si le molesta olvide que pregunté =
No me molesta Alice, desde que despertaste pareces más viva y eso me alegra, si lo deseas incluso puedes llamarme Nate, después de todo somos compañeros.
= Gracias por eso... Nate =
Finalmente tras 30 minutos llegó mi turno de hablar con la recepcionista, una mujer sencilla, sin ningún atributo destacado.
- Buen día, en qué puedo ayudarte - dijo con una sonrisa de negocios.
- Me gustaría registrarme como aventurero - respondí.
- En ese caso necesito una prueba de identidad y que rellene un formulario para poder proceder -
La prueba de identidad se refería a una placa metálica sellada que registra mi nombre, género y otros datos sobre mí, afortunadamente antes de salir de la mansión del Duque me entregaron una así que le entrego a la recepcionista una placa dorada estampada con el sello del Duque.
Al recibir mi placa y examinarla la expresión de la recepcionista tiembla un poco y su sonrisa se tensa por un momento aunque rápidamente retoma su calma.
- Señor Nathaniel, todo en orden con su identidad, por favor rellene el formulario - dijo entregandome un papel y una pluma.
No era nada del otro mundo, solo pedía un alias, mi especialidad en combate, si era capaz de usar magia y otros datos menores, rápidamente rellené todo, dejé mi nombre como alias y especifiqué lanza y arco como mis especialidades ya que suelo pelear con una lanza y una pistola, también escribí que soy capaz de usar magia.
Al recibir mi hoja la expresión de la mujer tiembla una vez más y me explica que dada la información que escribí, es necesario comprobar su autenticidad y me pide subir al segundo piso con ella para hacer una prueba especial.