Regreso a mi cuerpo con un destello, me siento desorientado pero me toma poco tiempo recuperarme.
La sacerdotisa que me entregó el anillo sigue de rodillas frente a mí, el sol solo se ha movido un poco, desde mi perspectiva debí haberme ido al menos una hora pero las circunstancias indican que ha pasado poco más de un minuto.
- Ha regresado de su audiencia mi señor? - Pregunta la mujer.
- Así que lo sabes... -
- Es la función del anillo después de todo, permítame ser la primera en felicitar al Caballero por su encuentro con la Diosa, es el primero en milenios en conocerla - Dice.
La mujer es extraña, parece ser educada y amable pero su aura es misteriosa, algo en mis instintos dice que no confíe del todo en ella.
- Agradezco sus palabras pero ya es hora de que me retire -
Me doy la vuelta y trato de salir de la habitación.
Puedo sentir que la mujer da un paso al frente pero finalmente no dice nada así que me voy de la iglesia.
Durante mi camino a la salida las personas encapuchadas se inclinaban ligeramente ante mí y miraban fijamente al anillo en mi mano.
Trato de quitarlo pero no puedo, lo veo a través de los ojos de la Diosa y la extraña energía que emanaba se ha debilitado.
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Anillo pacto del Caballero de la Diosa (Artefacto)
Rango (SSS)
Habilidades:
Manejo del maná (A)
Manejo de la Divinidad (S+)
Luz de Ruminas (SSS)
Aumenta significativamente la cercanía del portador con la Diosa de la creación.
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= Pude encontrar la ficha de información del anillo en los registros del sistema, resumí la información más importante =
Gracias Alice.
Subo al carruaje y pido ir a la mansión, ya he hecho todo lo que había planeado hacer por hoy.
El camino de vuelta es muy tranquilo y al bajar del carruaje, Nephy me espera con un gran abrazo, entramos juntos mientras hablamos sobre lo que hize en la ciudad.
Ella me habla emocionada sobre su entrenamiento del día de hoy, al parecer la unidad mágica del Duque está llena de gente muy capaz en combate.
Mientras conversamos, Tara y Elizabeth se acercaron sonriendo.
Elizabeth me pidió un entrenamiento y nos dirigimos hacia el patio, me subo las mangas de la camisa, mido el peso y balance de la espada de práctica.
- No es de tu agrado? - Pregunta Elizabeth.
- No suelo usar solo un arma - Respondo al mismo tiempo que tomo una segunda arma del anaquel, una lanza de madera, su longitud es de 2 metros.
Ya no hay necesidad de palabras, ambos estamos listos, rápidamente lanzo un corte lateral con la espada y ella responde desviandolo con su arma.
Con mi lanza envío una estocada directamente a su abdomen pero una patada cambia la trayectoria, utilizo el impulso para lanzar una patada yo mismo y Mirabelle responde inclinando la parte superior de su cuerpo hacia atrás, casi tocando el suelo.
Sin dejar pasar esa oportunidad barro sus pies para hacerla perder el equilibrio pero inesperadamente salta desde esa posición evadiendo mi golpe.
Al caer embiste con la punta de su espada apuntando mi cuello así que tengo que bloquear con mi espada, uso la lanza para contraatacar pero ella la toma con su mano.
Aumento el agarre en el arma y levanto a mi oponente del suelo arrojandolo con gran fuerza hacia un muro, logra recomponerse en medio del vuelo y patea la pared del límite de la arena volviendo hacia mí preparándose para un tajo desde el cielo.
Apuñalo con la lanza hacia arriba y ella retuerce su cuerpo en el aire para cambiar su trayectoria.
Al caer usa su extraño juego de pies para acercarse de nuevo danzando a mi alrededor mientras lanza una multitud de ataques de todas direcciones, con ambas armas paro y desvío la mayoría de los golpes mientras evado los restantes.
Ella parece estar al borde de su resistencia pero no parece querer ceder, en cuanto a mí, podría hacer ésto durante horas.
Finalmente la gran cantidad de golpes decae debido a la fatiga y con un movimiento de mi pierna golpeo fuertemente el suelo.
La onda del impacto desbalancea a Elizabeth y con un fuerte sonido nuestras espadas de madera colisionan, ambas se vuelven astillas por la increíble fuerza del golpe y el duelo termina con mi lanza en su cuello.
- Tienes una fuerza y resistencia monstruosas, la única razón por la que empatamos antes es porque no dominas el fortalecimiento de maná - Dijo Elizabeth recostada en el suelo, su cuerpo sudaba a mares y su pecho subía y bajaba sin parar junto a sus esfuerzos por recuperar el aliento.
En las gradas del campo de entrenamiento había mucha gente hablando sobre nuestra pelea, algunos mencionaban lo increíble que era ver perder a la Capitana mientras que otros decían haber aprendido mucho viéndonos.
- Ciertamente mi físico es superior pero tienes una gran técnica Elizabeth - Respondo mientras le arrojo una toalla a la cabeza.
Ella asiente y se queda en silencio tratando de recuperarse de la fatiga usando su maná.
Tras practicar juntos toda la tarde estoy en mi habitación a solas, ya que Nephy no terminará hasta más tarde voy a revisar los regalos del hermano mayor de Ruminas.
Meto mi mano en la caja de almacenamiento y saco ambos objetos.
= Parece el huevo de alguna clase de reptil, pero no coincide con ninguno en mi base de datos =
Así que tú tampoco lo puedes identificar, leeré la nota para comprobar si tiene alguna clase de información.
Tomo el pergamino y comienzo a desatar el cordón que lo mantiene cerrado.
Una vez que lo abro todo se vuelve blanco.
Al volver en mi mismo me rodea un bosque y una gran cascada, debe ser similar al área dónde me reuno con Ruminas.
Al revisar el entorno veo a un hombre sentado en una piedra bajo la cascada.
Lleva una vestimenta al estilo oriental de la Tierra, se parece a la ropa que usa Xiao Yue para entrenar, la tela es negra bordada con relieves dorados.
El rostro del hombre es serio, cejas gruesas, rasgos afilados, cabello negro un poco largo y algo desaliñado, un pequeña cicatriz le atraviesa ambos labios en vertical.
El extraño parece notar mi presencia y se levanta de la piedra, antes de poder parpadear el está frente a mí, ha recorrido cien metros en menos de una milésima parte de segundo, su velocidad es demasiado alta.
Un par de ojos dorados me observan, su mirada es insondable, éste hombre ha vivido mucho más que yo, su experiencia en combate supera ampliamente la mía pero no pienso dejar que me intimide, activo los ojos de la Diosa en preparación a su siguiente movimiento.
Su mano se vuelve borrosa y rápidamente muevo la mía para interceptar el golpe, nuestras manos chocan y la fuerza del impacto libera una ráfaga de aire en los alrededores.
Él sonríe.
- Como era de esperar del Héroe roto, eres mi mitad favorita, por eso estuve muy satisfecho al saber que la persona que robó el corazón de mi hermanita fuiste tú - Dice el extraño con satisfacción.
- Si estás aquí es porque te dieron mi regalo, eso también significa que ya sabes del parásito así que seré breve, soy Sariel, el mayor de los cuatro hermanos o al menos un remanente que dejé para hablar contigo - Dice Sariel al mismo tiempo que cierra sus ojos.