Me dirijo al centro de la ciudad para comprar materiales y también para aceptar una misión en el gremio de aventureros.
Lamentablemente no cuento aún con un medio de transporte así que me dirijo a pie basado en un mapa de la ciudad que le pedí a Alice que diseñara.
Tras un rato por fin he llegado a mi primer objetivo, la asociación de comercio, un enorme edificio construido en un material similar a los ladrillos.
Al entrar, un hombre me pide mi tarjeta de identidad y tras verificarla me dirije a una sala de espera privada, una sala pequeña pero lujosa y cómoda.
Inmediatamente después de sentarme en un sofá de la sala, una joven con uniforme entra con una bebida caliente y galletas.
Agradezco a la chica y ella se retira después de una ligera reverencia, más o menos lo esperaba pero después de preguntar al Duque me enteré que mi tarjeta de identidad es especial, desde el material hasta los sellos impresos en ella denotan un alto estatus así que me darán un trato similar en cualquier lugar que la utilice como medio para verificar a una persona.
No pasó mucho tiempo hasta que un hombre delgado con traje y anteojos entrara a la sala, al parecer es la persona con la que voy a hacer negocios, su apariencia indica que es mayor de 40 años y su nivel de maná es casi inexistente.
El funcionamiento de la asociación de comercio es simple, todas las entidades comerciales registradas en el imperio tienen tratos con ellos y cualquier persona que desee hacer negocios también pasa por sus manos así que si deseas comprar o vender algo la manera más sencilla de hacerlo es a través de ellos, claramente cobran una comisión pero también se encargan de la logística de entrega y la seguridad así como la calidad de los productos.
- Es un placer conocerlo señor Nathaniel, mi nombre es Joseph - Dijo el hombre al mismo tiempo que me presentaba la mano.
- Es un gusto también Joseph - Respondí mientras correspondia el apretón de manos.
- He oído mucho sobre usted, que lo trae hoy en día a nuestra humilde asociación - Continúo Joseph en un tono amable.
- No sabía que era una persona digna de ser mencionada, me gustaría escuchar lo que ha oído de mí pero hoy vine a hacer negocios - Respondí tranquilamente, la asociación de comercio también gestiona una de las redes de información más grandes del continente.
- No tiene de que preocuparse señor, solo hemos escuchado cosas buenas de usted y estaremos más que encantados de ayudarlo en lo que necesite, está aquí para comprar o vender? - Pregunta Joseph.
- Si ese es el caso entonces confiaré en ustedes, quiero comprar materias primas en gran cantidad, hierro, cobre, magnesio, niquel, cromo, plomo y otros metales raros que puedan conseguirme - Dije con una sonrisa.
- Solo por curiosidad, está planeando un negocio? O tiene una estimación de la cantidad de materiales que desea? - La expresión del comerciante tembló un poco.
- Se podría decir que soy un inventor y si tengo éxito puede que les ofrezca mi producto terminado, en cuanto a la cantidad que tal comenzar con todo lo posible con una inversión de 3000 monedas de oro - Necesito una gran cantidad de materiales para comenzar mis experimentos.
El rostro de Joseph pasó del asombro a la compostura rápidamente.
- Ya que el señor Nathaniel está dispuesto a invertir tanto entonces haré mi mejor esfuerzo para ayudarlo -
Pasamos un par de horas discutiendo acerca de los costos y proporciones de cada metal y finalmente firmamos un contrato.
Los materiales comenzarán a ser entregados en la residencia a partir de la próxima semana y por partes ya que algunos metales vienen de más lejos o su extracción se hace por encargo.
Con ese asunto resuelto voy a aceptar misiones en el gremio para ganar dinero y salir al bosque en busca de especímenes raros para mis investigaciones.
Al entrar al edificio del gremio puedo ver una gran cantidad de personas charlando y riendo entre sí, el restaurante del lugar también se encuentra abarrotado de personas.
Me dirijo inmediatamente al tablón de anuncios para revisar las misiones disponibles, caza, recolección y escolta son las más populares, dada la naturaleza de mi propósito decido escoger misiones de caza y recolección.
Entre las misiones de grado A que se encuentran listadas hay muchas cuyo objetivo es el bosque oscuro Temis, el mismo bosque donde apareci cuando llegué a éste mundo.
Tomé 5 misiones diferentes, tres de caza y dos de recolección que procedo a llevar hacia el mostrador, una chica de aspecto joven se encuentra ahí.
Le entrego los cinco pergaminos junto a mi placa de aventurero y ella se sorprende momentáneamente.
- Señor Nathaniel, el jefe del gremio quiere verle, si no es mucha molestia para usted por favor espere en la recepción - Dice nerviosamente la chica.
- Está bien, pero por favor registra primero éstos encargos - Respondo.
Mientras ella se apresuraba a sellar los encargos y contarme algunos detalles de cada uno yo me encuentro planeando mi viaje, si espero a que llegue la primera tanda de metales la siguiente semana, es posible construir una motocicleta deslizadora.
Finalmente termino el trámite de mis misiones y me siento en la sala de espera del primer piso esperando al jefe del gremio.
A mí alrededor muchas personas susurran entre ellas, algunas saben que soy el nuevo rango A del gremio y otras simplemente mencionan que no parezco alguien débil.
Tras un rato de espera alguien llama mi atención y me pide que lo acompañe, subimos hasta el último piso de la sede y nos detenemos frente a un par de puertas, el asistente toca ligeramente y una poderosa voz responde indicando que entre solo.
El asistente abre la puerta y me indica que entre, al pasar lo primero que veo son múltiples armas decorando la habitación, espadas, mazas, lanzas, arcos, hachas y todo tipo de equipos de combate.
Pero otra cosa llama mi atención, un hombre sentado detrás de un escritorio de madera, su aspecto es robusto, grandes músculos esculpidos y enorme cicatrices recorren su piel bronceada, un cabello casi rapado decora su rostro severo.
Su aura es poderosa, ahora que mi manejo del maná ha crecido un poco más puedo ver las fluctuaciones que genera su energía, no trata de ocultarla, tal vez en un intento de ejercer presión, lamentablemente aunque su presión sea más refinada que la mía no puede afectarme debido a la enorme diferencia en nuestra piscina de maná y nuestro mar de conciencia.
- Así que tú eres el famoso nuevo rango A, sientate un momento - Dice autoritariamente el hombre frente a mí.