Chapter 29 - Capítulo 27

Subí tras la recepcionista hasta una habitación dónde se encontraba un hombre de mediana edad que vestía una túnica similar a la del viejo sanador pero de color azul profundo.

La recepcionista explicó que según mi formulario era capaz de usar magia por lo qué debía hacer una prueba de maná para medir la cantidad que poseo y una prueba más para comprobar mi sensibilidad y control.

Una vez dichas las explicaciones procedí con la prueba, primero la cantidad, puse mi mano sobre una bola de cristal, acto seguido ésta comenzó a brillar con una intensa luz dorada.

- Increíble, la cantidad de maná de éste joven es extraordinaria - Dijo el anciano con una expresión de asombro.

Para la segunda prueba tenía que mover una pequeña esfera metálica a través de un circuito de obstáculos usando solo mi maná, tenía que hacerlo lo más rápido posible.

Sin esfuerzo completé la prueba con una exclamación de asombro del mago, finalmente para medir mi sensibilidad el anciano mago formó varias oraciones en el aire con un maná muy difuso y mi tarea fué repetirlas.

Tras pasar la prueba esperé unos minutos a qué mi placa del gremio estuviera lista y la recepcionista me explicó las reglas, beneficios y obligaciones que tengo como aventurero.

Primero el gremio clasifica a sus miembros por un sistema de rangos en función de su fuerza, desde el más bajo son: Hierro, Cobre, Bronce, Plata, Oro, Mithril y Oricalco.

Yo empecé en el rango Oro debido a los dotes que demostré en la magia, si lo deseo puedo hacer una prueba más sería para subir aún más mi rango.

Un aventurero puede solicitar un máximo de dos exámenes de ascenso en un año, si permanece más de un año sin aceptar un encargo su licencia será paralizada y deberá pagar una multa para reactivarla.

Presentando mi placa del gremio puedo entrar gratis a las ciudades y utilizar los servicios del gremio cómo el desmantelamiento de monstruos y la venta de materiales.

Cómo aventurero solo puedo aceptar encargos oficiales desde las oficinas del gremio y debo darle prioridad al gremio en la venta de materiales de monstruos e información.

De vez en cuando el gremio puede solicitarme algunas tareas especiales que debo aceptar o pagar una multa para rechazarlas.

Finalmente la mujer me devolvió mi placa de identidad y me pidió que volviera en un par de días para conocer al jefe de la cede, al parecer es un beneficio de alcanzar el rango Oro.

Salí de la cede del gremio y fuí hasta mi transporte para seguir el recorrido del día, la siguiente parada era el templo de la ciudad.

En el camino decidí examinar mi placa del gremio, es pequeña, 10x25 cm aproximadamente, hecha de un metal dorado, según Alicia es una aleación de Hierro y un metal especial de éste mundo llamado Mithril, bañado en una delgada capa de Oro, tiene estampado mi nombre, especialidades, el sello del gremio y un apartado que dice "Magia S" aparentemente es la calificación de mi talento mágico.

Después de juguetear con mi placa del gremio no tardamos mucho en llegar a la iglesia, en ésta ocasión debido al grabado del transporte nos guiaron a un pequeño parking justo al lado de la entrada.

Jensen se quedó de nuevo en el palanquin mientras yo entraba a la colosal catedral, su fachada blanca estaba decorada con enormes vidriales de colores que representaban la imagen de una mujer con grandes alas blancas irradiando una halo de luz dorada.

Al entrar, una gran cantidad de personas se encontraba en la enorme sala del templo, en la parte más al fondo de la sala se encontraba una estatua de piedra, una mujer con alas en pose de rezo con un halo de metal dorado sobre su cabeza, se parecía mucho a la estatua que ví en el templo donde desperté.

La gente se encontraba de pie o de rodillas rezando, algunos hablaban con hombres y mujeres que vestían largas tunicas blancas con bordados dorados, supongo que ellos son los encargados del templo.

No sé muy bien que es lo que estoy buscando así que rápidamente escaneo con la vista la amplia sala, antes de que pudiera acercarme a un hombre en túnica para hablar, alguien me tocó el hombro suavemente.

Al voltear ví a una mujer, su edad debe ser al menos 27 años, una larga trenza de cabellos dorados cae por el lado izquierdo de su rostro, es extremadamente hermosa, sus ojos azules son casi cristalinos, la mujer me transmite una sensación de familiaridad.

- Por favor sigame señor Nathaniel - dijo la mujer al mismo tiempo que realizaba una ligera reverencia.

Está mujer es extraña...

= Si tuviera que decirlo, no es parecida a la Señora Ruminas? =

Ciertamente me recuerda a ella, por ahora supongo que la seguiré.

- Guíame por favor - respondí.

La mujer asintió y me condujo durante un buen rato a través de los pasillos del templo hasta la torre mas elevada del lugar, en el camino todos los hombres y mujeres encapuchados se inclinaban abriendo paso para nosotros.

Ella no dijo nada en todo el camino y una vez que llegamos, comenzó a abrir una sencilla caja de madera, mientras hacía eso pude apreciar la sala, sobre nuestras cabezas una cúpula de vidrio permitía el paso a la luz solar, pero extrañamente a pesar de que los soles estaban en su punto más alto la luz no quemaba en lo absoluto.

El resto del lugar estaba finamente decorado con adornos del mismo metal dorado, había cojines en el suelo para arrodillarse pero lo más destacado de todo era la estatua en la sala, a diferencia de las otras que había visto ésta parece estar hecha de mármol y no lleva una capucha sino un vestido muy similar al de Ruminas.

Su rostro estaba expuesto y bellamente tallado para asimilarse al verdadero rostro de la Diosa, cada pequeño detalle de la estatua estaba finamente diseñado y no podía sino admirar lo similar que era a la verdadera.

Mientras me distraje con la estatua, la mujer se me acercó y finalmente me llamó al mismo tiempo que se arrodillaba frente a mi y me presentaba un objeto.

- Siguiendo la voluntad de la Diosa entregada a nosotros por su oráculo, yo, la Santa Alicia, hago entrega del anillo sagrado al Caballero de la Diosa Nathaniel Lohken, el viajero - dijo solemnemente la mujer.