No partimos de inmediato porque era necesario revisar el estado de los carruajes, recoger los cuerpos y apaciguar a los caballos que se encontraban alterados por la batalla anterior.
Gracias a la experiencia de los caballeros las preparaciones no tomarían mucho tiempo, los sirvientes del convoy también ayudaron.
Por mi parte solo me limité a observar su trabajo porque nunca antes había visto un carruaje o interactuando con caballos por lo que no quería perturbar su progreso, mis compañeros tenían una frase que solían decirme mucho: "Si nunca has hecho algo antes, entonces deja que los expertos lo hagan mientras tú aprendes".
Hace mucho solía intentar meterme en cualquier cosa y dificultar el trabajo a mis compañeros por lo que ellos siempre se enojaban conmigo, al final aprendí que no por ser un genio podía hacerlo todo a la primera, realmente espero que mis compañeros estén bien.
= La hueste llorara su muerte pero seguirán adelante con el doble de determinación para no empañar su legado señor =
Ese grupo de excéntricos idiotas definitivamente harán algo loco como tallar mi cara en una luna con un láser para despedirme.
= La probabilidad de que hagan algo así supera el 70% señor =
Mientras recordaba a mis compañeros comencé a sentirme un poco triste, nunca le temí a la muerte porque sabía que algún día me alcanzaría pero me duele un poco no haberme podido despedir de las personas que consideraba importantes para mí.
- ¿Estás bien, cariño? -
Sin darme cuenta Nephy se encontraba a mi lado tomando mi mano, el calor transmitido por ella me calmaba, no tiene caso perderse tanto en los recuerdos.
Ahora tengo que concentrarme en vivir esta nueva oportunidad que Ruminas me regaló. Yo también apreté la mano de Nephy haciendo que ella sonriera.
- Solo estaba pensando en las personas que dejé atrás en mi mundo -
Ella solo me miró con afecto antes de hablar.
- Está bien extrañar a la gente que amabas, esas personas vivirán dentro de tí mientras no las olvides -
Esta chica es muy sabia, ella también pasó por una gran perdida así que no hay mejor persona para darme consejos.
- También recuerda que yo siempre estaré aquí para compartir tu carga, por eso soy tu esposa -
Sus palabras me tomaron desprevenido, aún no me acostumbro del todo a tener una pareja pero es un buen sentimiento saber que tengo a alguien que estará a mi lado siempre.
A pesar de sus valientes palabras, su cara estaba completamente sonrojada, parece que necesitó todo su valor para pronunciarlas así que como agradecimiento me agaché y la besé profundamente.
A diferencia de la primera vez que nos besamos está vez decidí ser más proactivo, empujé mi lengua dentro de su boca ante lo que Nephy se puso ligeramente nerviosa, parece carecer de cualquier experiencia en el romance.
Sin más, Nephy deja entrar mi lengua a su boca y acabamos besándonos un buen rato.
Cuando nos separamos ella estaba aún más roja que antes y sus orejas se sacudían salvajemente, desde la primera vez que lo ví he pensado que ese gesto es extremadamente lindo, no sé si es algo que todos los elfos hagan cuando están nerviosos pero es muy vistoso.
- No debemos hacer esas cosas en público... -
Ella parecía extremadamente avergonzada porque su voz era prácticamente un murmullo y no dejaba de mirar a los lados para asegurarse de si alguien nos había visto, después me miró de la forma más enfadada que pudo pero solo podía pensar en lo linda que se veía así que no pude evitar reírme un poco.
- No es gracioso... Deja de reírte -
Al final no quise hacerla enojar y me disculpé adecuadamente, la cultura elfa es algo más reservada por lo que seguir riéndome podría hacerla enfadar mucho.
Tras nuestra pequeña discusión la señorita Tara se acercó a nosotros para informarnos de que los preparativos estaban listos.
Le pedí que Nephy subiera con ella a su carruaje bajo la excusa de que tener una maga hábil a su lado era bueno para su protección.
Aunque esa era una de las razones, la verdadera razón era que deseaba que viajaran juntas para que Nephy conviviera con ella durante el viaje y porque su resistencia no era la mejor por lo que viajar a bordo del carruaje sería menos desgastante.
Sobre si Tara se creyó del todo mi explicación la verdad no estaba seguro, su personalidad era demasiado adulta para una persona normal por lo que perfectamente podría ver a través de mí pero aceptó sin problemas.
Una vez que las chicas estuvieron a bordo del gran carruaje junto con las dos criadas llamadas Sofía y Kagura y el mayordomo anciano llamado Jameson, comenzamos a movernos.
Yo no tenía problema con moverme a lomos de un caballo, aunque nunca me había subido a uno, alguna vez subí a otro tipo de criaturas similares por lo que no fué difícil adaptarme.
Mientras nos movemos comienzo a jugar con mi maná para matar el rato, he estado experimentando con la idea de crear un flujo de maná automático, similar al de un corazón para que lo haga circular por mí.
La base teórica no es complicada, recrear una imagen tridimensional de un corazón hecha de maná dentro de mi cuerpo, exactamente en el lugar donde se almacena y converge.
Pero hacer que la imagen se sostenga en el tiempo es la parte complicada, debo idear una forma de que no se disperse con el flujo.
Alicia y yo hemos discutido múltiples posibles soluciones pero ninguna nos ha convencido del todo, por ahora la mejor opción es crear la imagen y esperar que gracias al entrenamiento constante, mi flujo de maná adopte de manera natural la misma forma.
De entre varios diseños al final escogimos uno que es más similar a mi corazón modificado que a un corazón humano estándar.
Dentro de mi mente repaso la forma una y otra vez, las 6 recamaras para bombear, las paredes musculares y demás estructuras necesarias.
En favor de facilitar la imágen, descartamos estructuras que estarían conectadas a otros órganos y dejamos solo las que le permitan cumplir con la función prevista.
Tras un rato de repasar comenzamos a modificar el flujo juntos, sin la ayuda de Alice, ésto sería imposible.
Poco a poco, con mucho cuidado modelamos y damos forma a nuestro experimento, cuidamos cada pequeño detalle.
Finalmente le damos el último toque y permitimos que entre en acción, el cambio es instantáneo, el flujo de maná se acelera y vías anteriormente ocultas se abren para facilitar el flujo.