- ¡Ya nomás falta el Bacacho, mosquetebrias y podemos a empezar la segunda tocada macabra de la historia! –dice Pamela.
- ¡Para eso faltan 10 minutos! –dice Adelina desde la terraza. – ¡Exactamente a las 7 de la noche empieza el show, escuinclas! Pero ya pueden empezar con el escándalo.
-BUENO SIII, PROBANDO EQUIPO, SIII, PROBANDO EQUIPO; ¡JUSTICIAAA, JUSTICIAAA! ¿ASI O LE PONGO ECO?
Se escucha la voz de Romaia probando el micrófono.
-JA, JA, JA, JAAA, JA, JA, JA, JAAA.
Se escucha ahora la risotada diabólica del final de la canción de: "Thriller" de Michael Jackson y con sus primeros acordes se empezaron a servir las bebidas, mientras René y Orlando se encargaban de las mezclas musicales; Hermelindo Herrera de la seguridad y Adelina; sus amigas y Soledad de la vigilancia.
Las 4 mosquetebrias se dedicaban a lo suyo, a ponerse ebrias como parte indispensable del ritual, según ellas, celebrando aquella batalla del fin del mundo que aún no empezaba.
Pasaban de las 9 de la noche y todavía la Condesa no daba señales de vida.
-Reporto movimiento en el perímetro por el lado de la costa.
Le reporta el Ostro a su hermano la Ostra, por medio de walkie talkies de corto alcance, quien a su vez le reportó a Soledad, siendo él, el enlace de las telecomunicaciones entre el perímetro y el área de la tocada.
-Enterada Benjamín, manténgase alerta.
- ¡Contacto, tenemos ataque, un blindado se acerca por el bowlevard!
Se escucha otro aviso radial y una serie de disparos de grueso calibre, que destrozaron las llantas del vehículo impidiendo su avanzada, las legionarias que lo tripulaban terminaron por ser acribilladas, ya que venían fuertemente armadas y no respetaron los disparos de advertencia.
- ¡Eso era un carro bomba! Y esas mujeres eran suicidas. –le dice Timothy Verch, al Ostro.
-Me están reportando ataques en varias partes del perímetro. –dice Leticia.
- ¡Ya va a dar las 12 de la noche y nada de la Condesa! ¿No estaremos haciendo algo mal? –le pregunta Emma Verch a Soledad.
- ¡Con esa misma música, con esos mismos gritos y con las mismas borrachas comenzó todo! Ella tiene que venir. –dice Adelina. - ¡Hasta al Queco trajimos para que nada faltara!
-Pomaia; Èbrika; Pomela y Bebelinda soportaban estoicamente el desarrollo de la batalla, en la que ninguna, aunque ya se miraban ebrias, nada más no se dejaban caer, dieron las 3 de la mañana y el asedio por parte de las legionarias que intentaban traspasar el perímetro no terminaba, hasta que apesadumbrado; Nathan Verch, tuvo que reportar por el radio.
-Las legionarias se están congregando, al parecer se preparan para atacarnos en estampida y se pueden contar por miles, solicito autorización para usar fuerza letal.
Adelina y Soledad lo escucharon, mirándose entristecidas.
- ¡Soporten lo más que puedan Nathan! Y me mantienes informada.
Se escucha la voz de Romaia ante la duda de las líderes de la terraza.
- ¡Demonios! El ataque de las legionarias es inminente y nada de que se aparece la Condesa. –dice Emma. –De perdido para conocerla.
Ya los relojes marcaban las 5 de la mañana y nada de la Condesa.
-BUENO, BUENO, SI, PROBANDO EQUIPO, ¡ÑEEEEEE! BUENO; ¿QUE NO PIENSAS VENIR VIEJA DESGRACIADA? ¡AQUÍ NOS TIENES COMO PENDEJAS CON LA TOCADA A TODO LO QUE DA Y NADA QUE TE APARECES! ¿ACASO LE TIENES MIEDO A SOLEDAD? ¡ANDA MALDITA VIEJA CON CARA DE CABALLO, VEN Y PELEA POR TU MACHO COMO PELEAMOS LAS MUJERES DE VERACRUZ!
Se escucha la voz de Romaia por medio del micrófono.
-Otra vez estas escuinclas que se están pasando con las burlas. –dice Adelina ya disponiéndose a bajar para quitarles los micrófonos.
- ¡Tranquila señora Román!
Dice Tenpecutli apareciendo por la puerta mágica dibujada en la terraza.
-Que esas burlas hasta a mí me hicieron enojar. –y levitando, bajó de la terraza hacia el escenario.
- ¡AY NANITA, LA LLORONA!
Dice Romaia impresionada por verla acercarse así y sin acordarse de que tenía el micrófono encendido, afortunadamente portaba la elegante diadema que ella le había regalado.
- ¡Tenpecutli para servirte, querida! A ver, préstame ese aparatejo que yo también quiero participar.
Dice la dama de blanco y golpeando el micrófono, dijo, para probar su funcionamiento.
- ¡AAAYYY MIS HIJOOOS! ¿DONDEN ESTÀN?
En un grito amplificado por el equipo de sonido, que lo hizo escucharse verdaderamente lejano y tétrico, tanto, que hasta las legionarias que lo escucharon en la distancia se estremecieron y recuperaron un poco la cordura, cuando estaban preparándose para su ataque suicida.
- ¡AYYY MIS HIJOS! ¿DÒNDE ESTÀAAN?
- ¡Demonios, yo quiero uno de estos! –dice Tenpecutli al escuchar la potencia de los altavoces. - ¡Ahora si Soledad, prepárate porque de que viene, viene, ésta condenada Condesa!
- ¡BLANCA BEATRIZ DEL REAL Y HERRERA, CONDESA DE MALIBRÀN, ACUDE A MI LLAMADO, SOY TU AMIGA, LA BRUJA DEL ARENAL Y AHORA SI YA TENGO LA PÒCIMA QUE NECESITAS PARA EMBARAZARTE DE OTRO PEQUEÑO MONSTRUO COMO EL QUE MAL PARISTE!
- ¡A hija de su madre, que perra tu amiga!
Le dice Adelina a Soledad en voz tan alta, tanto que hasta en el escenario se escuchó.
– ¡Eso hasta a mí me hizo enojar! –dice Adelina.
-Yo creo que no es para tanto, Señora. –le dice Pamela a la Llorona.
- ¡Tranquila hija! Que apenas empiezo.
- ¡Ay nanita, la llorona te dijo hija! –le dice Bebelinda a Pomela entre atemorizada y burlona. - ¡Eso sí que me daría miedo!
Romaia sonrió malévolamente porque al escuchar a Adelina, tuvo una malévola ocurrencia.
- ¡QUE PERRAAA TU AMIGAAA, QUE PERRA TU AMIGAAA!
Dice Romaia por medio del micrófono, ya habiéndoles hecho una señal a Rolando y a René para que ecualizaran su voz y a todo volumen, dio inicio el nuevo ritual.
- ¡QUE PERRAAA TU AMIGAAA, QUE PERRA TU AMIGAAA!
- ¡AYYY QUEEE PERRAAA, AQUÍ ESTA TU HIJOOO!
Y entre los gritos de; ¡Ay que perra, aquí está tu hijo! De la Llorona, y los de; ¡Que perraaa tu amigaaa, que perraaa tu amiga! De Romaia y sus animadoras, gritos que se contagiaron en todos los que escuchaban, con una influencia tal que hasta las legionarias comenzaron a entonarlo.
- ¡QUE PERRA TU AMIGAAA, QUE PERRA TU AMIGAAA!
Se empezó a escuchar el grito poco a poco entre el ejército enemigo, con lo que las legionarias suspendieron su ataque suicida y se unieron al ritual, relajando a los fortificados que quitaron el dedo del gatillo para unificar el grito, hasta por medio de los walkie talkies y altavoces de baterías.
- ¡QUE PERRAAA TU AMIGA, QUE PERRAAA TU AMIGA!
Siguió la burla y siguió la fiesta con la música disco a todo lo que daba.