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Chapter 51 - Luna del fin del mundo.

Tenemos noticias del matriarcado.

Dice Norman Hardman llegando a la oficina de mando a Emma Verch.

-Espero que no sean malas, ya que mañana es la Luna de Octubre.  –contesta Emma.

-No son malas, pero si son raras, me comunicó una de sus mensajeras, que dentro de un par de horas enviarán a la mitad de su ejército en un par de 747 a la zona del conflicto en Veracruz, para resguardar la zona en el caso de que las legionarias quieran atacar, tienen pilotos, armas y combustible suficiente para desarrollar la misión.

-Tal vez Tenpecutli las puso al tanto de nuestros planes, lo que significa que ya no podemos considerarlas enemigas y acá tendremos un problema menos; ¿Quién sabe cómo le está haciendo esa Tenpecutli para controlar el síndrome de las mujeres asesinas?

Pregunta Michelle, que era algo así como la segunda al mando.

-Lamento decirte que al parecer ya son como nosotros, ya no tienen mujeres prisioneras y su ejército se compone únicamente de parejas.   –le dice su esposo; Norman.

- ¡Dios mío! Espero que no haya habido una masacre. –dice Emma, preocupada.

-Me comentaron al respecto que las tuvieron que liberar, que la situación en donde las tenían concentradas era cruel e inhumana, que se estaban matando entre ellas mismas, así que optaron por abrir las rejas y que únicamente se fueron como una manada de fieras recién liberadas.

-Bueno, esperemos que mañana todo salga bien, no quiero pensar que mañana sea nuestra última oportunidad para salvar al mundo. –dice Michelle.

-Por lo que les pasó a las matriarcas con sus prisioneras, me hace pensar que el síndrome de las mujeres asesinas, las hace empeorar cada vez más y si mañana no funciona nuestro plan, se atacarán entre ellas y a nosotras por igual. –dice Emma.

-Verás que todo resultará bien y mañana no será la Luna del fin del mundo.

Dice William Verch poniendo una mano sobre el hombro de su esposa.

Y en la mansión Román ya todo estaba listo para la segunda tocada macabra, los chicos habían montado un escenario improvisado, conectando potentes equipos de sonido a un generador de combustible, las chicas se habían dedicado a preparar las bebidas y las botanas de los cientos de integrantes de su ejército y los del matriarcado, que ahora participarían como sus aliados contra la Legión de mujeres asesinas, y cuando el Sol estaba a punto de sisear en el horizonte marino, arrancaron los generadores, iluminando la casa y Adelina tomó el micrófono.

- ¡Tenemos todo listo mosquetebrias de la pensión para señoritas de la mansión Román! El ejército del matriarcado a aterrizado en el aeropuerto y nuestras fuerzas los están posicionando para asegurar el perímetro, en cuanto caiga la noche empezaremos el ritual, el cielo está despejado y no se ven señales de tormenta, la Luna de Octubre lucirá en todo su esplendor y será nuestra mejor aliada en esta batalla, no hay señales de las legionarias y espero que esta noche no nos molesten pero en el caso de que eso suceda, en esta ocasión se acabaron las estrategias, ésta vez no abandonaremos el fuerte Román y si nos atacan tendremos que responder con fuerza letal, no podemos esperar a la siguiente Luna llena, porque el síndrome de las mujeres asesinas ha evolucionado, transformando a las legionarias en fieras salvajes e irracionales, algunas niñas que mantenían como esclavas y que hemos rescatado, nos informaron que ya se están matando entre ellas, y que ni sus prisioneros se encuentran a salvo.

-Así que es esta noche o nunca, cientos de hombres y mujeres resguardarán el perímetro.

-Nosotras tan solo tenemos que llamar a la Condesa para entregarle lo que queda del cuerpo de su hijo, y esperemos que eso sea suficiente para que nos devuelva el pecado que se llevó, ésta será nuestra noche de la Luna de Octubre, hoy es viernes 1 de octubre de 1982, la noche que será conmemorada como la batalla del fin del mundo, hoy es cuando se decide el destino de la humanidad.

Dice Adelina desde la terraza del fuerte Román, cientos de parejas vitorearon su discurso y comenzaron a posicionarse para ver por última vez a la Condesa, o para defenderse de su ejército de cocodrilos, entre ellos había muchos militantes del Fuerte Barrancas, que habían sido transportados por medio de las puertas mágicas, y también del ejercito de las Matriarcas que ya prácticamente eran sus aliados y que habían llegado por avión.