Un par de horas después en puerto Arturo, los papás de Mickey comprobaban la teoría que les había expuesto Soledad, al ver que efectivamente, el más pequeño de sus hijos recuperaba la lucidez y su novia volvía a sentirse contenta.
- ¡Que rara enfermedad! –dice Norman Hardman, el papá de la muchacha.
- ¡Para mí no lo es! –dice su esposa; Michelle Hardman. –Si tú la tuvieras no tendrías a tu amante.
El matrimonio empezó una discusión a la que los Verch, tuvieron que intervenir distrayéndolos con trivialidades sin tocar el tema, que después de todo era asunto de ellos.
-Creo que mi esposo la tiene. –le dice Emma a Michelle.
- ¿A qué te refieres? ¡A que también tiene una amante!
- ¡No! Me refiero a la enfermedad, desde que los chicos comenzaron a presentar los síntomas el comenzó a cambiar conmigo, aunque siempre fue un buen esposo, antes no era tan atento, ni tan cariñoso conmigo, ahora hasta va a comer todos los días, llega temprano porque ha dejado de ir a la taberna, es como si disfrutara cada minuto que está conmigo, en fin, hasta parece como si estuviéramos recién casados.
- ¿Mmm? Pensándolo bien; Norman y yo ya estábamos a punto de divorciarnos porque tiene una amante, pero desde que empezó todo esto de los muertos vivientes, también llega temprano de su trabajo y ya no va al billar, ni al béisbol; ¿Será que él también tenga el síndrome? Yo pensé que había cambiado porque lo amenacé con divorciarnos y llevarme a Brittany a Nueva york, y si, ya pasa casi todo su tiempo libre en la casa y cuando no, es porque anda en asuntos de nuestra hija.
-Deberías de seguirlo observando, ahora que vemos a los muchachos tan contentos te voy a pedir el gran favor de que me dejes traerlo todos los días, aunque sea un ratito, yo sé que será una molestia, pero te lo pido por mi hijo. –le dice Emma Verch, suplicante.
- ¡Por eso no te preocupes, nuestros hijos ya llevan más de un año de novios y no será molestia para mí, es más, tú que no trabajas y te quedas todo el día en tu casa, ahorita que están suspendidas las clases podría pasar a dejar a Brittany a tu casa, para que se quede con ustedes toda la mañana en lo que nosotros vamos a trabajar, así no se quedaría sola y yo o Norman pasaríamos por ella a la hora de la comida; ¿Qué te parece?
Dice Michelle Hardman y comentándoselo a sus esposos que a todo les dijeron que si, tomaron al jovencito de apenas 15 años que ya había recuperado su lucidez y se lo llevaron a casa.
- ¡Entonces esto es la venganza de la Condesa! –dice Romaia enfadada. –Tengo que olvidarme de Nathan y dejar que muera lentamente, como si fuera un muerto viviente porque no podemos estar juntos.
- ¡Eso no es justo! –dice Érika. - ¿Cómo Pamela y Ana Lee si pueden estar con sus novios y nosotras no? Además, si no vamos a verlos o ellos no vienen; ¡Se morirán de hambre, de sed o no sé de qué! Pero se morirán.