Chereads / El pecado de la condesa de Malibrán. / Chapter 24 - El ejército insurgente de la mansión Román.

Chapter 24 - El ejército insurgente de la mansión Román.

-Y eran como 20 lagartos, yo tomé un tronco de la arena y con eso los empecé a apalear, pero cada vez se me acercaban más, porque querían llevarme hacia la playa, cuando vi que por sobre las olas venia acercándoseme el carruaje de la condesa de Malibrán, y mientras yo alcanzaba a matar a 1 o 2 lagartos, creo, el carruaje de la Condesa se estacionó al lado de mí, la puerta se abrió y ella se asomó, estaba bien bonita y bien vestida y me agarró de la mano para que me subiera con ella al carruaje, pero yo le dije; ¡No gracias señora! Yo tengo mi novia y no puedo irme con usted, entonces se enojó y la mano con la que me estaba agarrando se transformó en un tentáculo así como los de los pulpos, enredándome todo el brazo y la cintura, yo le di 2 patadas en el pecho para que me soltara y ella enojada me aventó a la arena, yo alcancé apenitas a agarrar a mi novia de un brazo para llevármela conmigo en el viaje, y cuando me di cuenta ya iba volando con Pamela, así que en el aire le di vuelta para que cuando cayéramos, yo quedara debajo de ella y que ella cayera sobre mí, y ahí fue cuando me desmayé y ya no supe ni qué onda, loco.

Le cuenta René a sus amigos del barrio su aventura pero a su manera, mientras su madre lo esperaba en el asiento de la combi donde lo iban a llevar al aeropuerto; Soledad y Pamela escuchaban divertidas sin atreverse a desmentirlo, la nueva versión de la historia que les platicaba a sus amigos que al enterarse de lo sucedido, ya habían organizado una especie de ejército insurgente para defender a la mansión Román de los ataques de la Condesa, ya era la mañana del Domingo y después de hacerle un ritual especial, para él y sus amigos, para darle varios amuletos para que la Condesa no pudiera volver a atacarlo, lo convencieron de que lo mejor era que se regresara a Houston donde ella no lo pudiera encontrar, además le explicaron cómo crear una puerta mágica para llamar a Soledad, aunque él no logró ver como lo salvó del secuestro que pretendía efectuar con él la Condesa.

Se convenció de que era una bruja muy poderosa al verla desaparecer en la pared, ya que también conocía la leyenda de la mulata de Córdoba.

- ¡No te preocupes René, tu casa será considerada nuestro castillo, porque se ha convertido en el símbolo de los dos barrios! Y sus inquilinas en nuestras hermanas de barrio, así que no permitiremos que ninguna Condesa, ni a ningún otro tipo de demonio venga a molestarlas, ve tranquilo a tu viaje de estudios hermano, que aquí la raza cuidará a tu madre y a tu casa.

Le dicen el grupo de amigos al despedirse de ellos, y ya en el aeropuerto; Pamela y René se despidieron muy amorosamente en el aeropuerto de Veracruz, prometiéndose muchos besos para las próximas vacaciones del fin del semestre, en junio.