Se llegó al sábado de Gloria y Romaia tocó 3 veces el dibujo de la puerta, eran cerca de la 11 de la noche y ya sus papás la habían regañado, por haberse pasado toda la tarde hablando por teléfono a un número de larga distancia desde Estados Unidos, y la tenían castigada sin salir de su cuarto.
- ¿Qué pasó Romaita, te sucede algo?
Le pregunta la mulata apenas apareciendo por la puerta mágica, y así se pasaron un rato platicando de su amor lejano con Nathan.
- ¡No te preocupes por eso! Tú al menos tienes la posibilidad de conocerlo algún día, y la oportunidad de por lo menos llamarlo por teléfono, aunque te castiguen tus papas, no que yo, llevo muchísimos años enamorada de un fantasma que nunca me va a poder amar.
- ¡Pero tú no puedes estar enamorada de un fantasma! Si eres hermosa, estás viva, y además con ese cuerpazo, ni idea tengo de qué edad tengas, pero te ves muy joven, así que no creo que alguien como tú pueda estar enamorada de un fantasma, porque puedes enamorarte de cualquier hombre, con la seguridad de que serás correspondida. –le dice Romaia.
- ¡Claro que puedo enamorarme de cualquier hombre! Pero a la vez no puedo hacerlo, porque esa es mi realidad, yo fui entrenada para combatir brujas malvadas y demonios asesinos, tengo muchos siglos haciendo lo mismo, he tenido muchos novios, y en más de una ocasión me he atrevido a enamorarme, no te miento, he sido feliz mientras ha durado, pero siempre que me ha tocado verlos envejecer, he deseado con toda mi alma tener el poder de curar tan solo esa enfermedad, la del envejecimiento, que parece ser el precio por mi inmortalidad, yo me mantengo joven, bonita y saludable, pero ellos no, además se deterioran muy rápido, como si al estar enamorados de mí y yo de ellos, les costara la vida, y ni siquiera han llegado a los 40 años de edad, cuando mueren victimas de extrañas enfermedades, que ni siquiera yo he podido curar, porque mueren de viejos; Romaia, y contra eso no hay medicina que funcione. –dice Soledad haciendo que la chica se conmoviera. -Por eso cualquiera de mis leyendas te habla de que a ningún hombre le hago caso, porque ya no quiero verlos morir jóvenes al enamorarse de mí, y así han pasado más de 100 años desde la última vez que tuve a una pareja, 100 años que los he pasado triste y sin ilusión, hasta hace unos 50 que lo vi por primera vez, él no es muy alto, pero se ve tan hermoso aunque su andar sea siniestro, aunque sus ojos destilen furia y su grito sea de venganza, nunca lo he visto sonreír y sé que en vida fue un buen hombre y que ahora su alma es corroída por el odio y el rencor, yo hasta pensé que ya lo había olvidado, pero lo volví a ver hace muy poco tiempo y me volvió a saltar el corazón, como cuando lo vi por primera vez, tal vez ni se cómo se llama, ni cómo acabará todo esto que siento, solo sé que yo mismo tengo que hacer que se vaya, y cuando lo haga, jamás lo volveré a ver. –le dice Soledad con un dejo de Nostalgia.
- ¿Y quién es ese fantasma que amas con tanta solemnidad? –pregunta Romaia. - ¿Y porque tienes que hacer que se vaya?
-Te lo diré si me prometes no burlarte.
- ¡Cómo crees, Soledad! Si tú no te burlaste de mis amores lejanos con el gringo; ¿Cómo crees que me voy a burlar de tus amores fantasmales?
-Es el conde de Malibrán.
En ese momento alguien intentó abrir la puerta de Romaia.
- ¿Con quién hablas hija? –le dice su madre. - ¡Abre la puerta!
Y la chica abrió su puerta, claro, ya asegurándose de que Soledad había salido por la puerta mágica.
- ¡Solamente estoy leyendo en voz alta! –dice Romaia. -Ya sabes que no tengo teléfono en mi cuarto.
Su madre se asomó y al ver un montón de revistas sobre la cama, revisó el cuarto, los closets, el baño y hasta debajo de la cama, también miró el dibujo de la puerta en la pared, pero no le puso mucha atención y al no encontrar a nadie, tan solo la regañó por estar despierta a esa hora y volvió a cerrar la puerta; Soledad volvió a salir de la puerta mágica y Romaia le dijo, retomando el tema de conversación.
- ¡Tenía la ligera sospecha de que se trataba del Conde! Yo solamente lo vi la primera vez que vino desde lo alto de la terraza, y a mí simplemente se me hace aterrador, aunque su porte de caballero diabólico blandiendo la espada se me hizo fascinante, también me pareció muy aterrador.
-Pues él es fornido, su piel es blanca y su cabello rubio, es muy guapo y atractivo por lo general físicamente, sus ojos son cafés, y no sé, tal vez si sonriera se mirara más atractivo, como te dije, tal vez no se ni su nombre, y al parecer nadie lo sabe, hay muchas versiones y se le ha llamado de tantas maneras, que su identidad original se ha perdido, y hasta creo que yo misma la quemé en un libro.
- ¡Así como lo describes hasta yo me estoy enamorando! Y ahora dime; ¿Porque dices que tienes que hacer que se vaya?
-Por qué, aunque su alma está corroída por el odio, el rencor y tan solo lo mueve el deseo de la venganza, en realidad el sigue enamorado de la Condesa, en cuanto alguien logre hacer que la perdone, alguien que puedo ser yo misma, pues la perdonará y se irá con ella, y yo tan solo tendré que verlo irse con su amada, así como he tenido que ver irse a todos mis seres queridos, así como las veré irse a ustedes algún día. –dice Soledad con tristeza.
- ¡Pero qué triste historia señora Soledad! Y la verdad que veo muy difícil tu caso y ni cómo ayudarte, pero no sé, tal vez exista alguna manera, después de todo el amor siempre encuentra la manera, siempre encuentra el camino, si no, pues no te hubieras enamorado así de él; ¿Y qué tal si tú eres también su esperanza de amor y todavía no lo sabe? –le dice Romaia.
- ¿A qué exactamente te refieres niña?
Le pregunta Soledad extrañada de su manera de hablar, como si dentro de esa jovencita de 17 años se encontrara un alma muy antigua, experta en amores imposibles.
-Me refiero a que si el amor ha tocado a tú corazón, con alguien tan especial como imposible, como lo es el conde de Malibrán, pues entonces no es tan imposible, porque el amor siempre encuentra la manera, siempre encuentra el camino, no soporta la espera y no espera al destino, y si dices que tiene muchos años que sientes algo por ese fantasma que solo lo mueve el odio, el rencor y el deseo de venganza, entonces debe haber una manera, debe haber un camino de que tú rescates esa alma perdida, después de todo él es inocente y su maldición reside en la terrible fuerza de un amor tan intenso que fue traicionado, te aseguro que si la Condesa lo hubiera amado con la misma intensidad que él la amó, nada de esto hubiera sucedido y hubieran sido felices por siempre con hijos o sin ellos, como yo con mi gringo, te aseguro que si él me llega a amar con la misma intensidad con la que el Conde amó a la Condesa, entonces tarde o temprano vendrá aquí por mí o yo iré con él, porque el amor cuando es verdadero, siempre encuentra la manera, siempre encuentra al destino, y así, si tu amor por el Conde es verdadero y tiene algún sentido de existir; ¡Ah, porque el amor siempre tiene sentido, eh! Entonces debes de ayudarlo a encontrar la manera y el camino, no digo que va a ser fácil, tan solo digo que no es imposible.
Tal vez su maldición pueda ser terminada o conjurada, con un beso de amor verdadero; ¡Como en los cuentos de hadas! Recuerda que cuándo el príncipe besa a la princesa, la maldición se termina, el cuento se acaba, y todos se van al país del felices por siempre.
Soledad tan solo se le quedó mirando, asombrada por la seguridad con la que le hablaba la chica sobre el amor, demostrando haber nacido con buenos principios firmes y arraigados en su personalidad, demostrando así que, efectivamente, un alma muy antigua habitaba ese cuerpo de jovencita de apenas 17 años.
-Pues tienes razón Romaita, no sé de dónde has sacado toda esa filosofía del amor, pero me has abierto los ojos y ahora sé, que si yo siento que amo a ese fantasma que sufre corroído por el rencor y el deseo de venganza, entonces es un alma que yo debo rescatar, y como tú dices, tal vez yo sea su última esperanza y le has dado el sentido que necesitaba este amor para que yo luche por el, ahora me tengo que ir, aunque nadie más ha tocado 3 veces porque todas deben de estar dormidas, tengo que descansar yo también, y tú, que si sigues desvelándote, te vas a poner vieja y fea y eres tan joven y tan bonita que no debes desperdiciarte en desveladas, y muchas gracias por tus consejos, con tus 17 años de edad me has enseñado lo que yo no había aprendido en miles de años, que gracias al amor que nació en mi por esa alma en pena, tengo que encontrar una manera y un camino, y tal vez sea el camino de mi felicidad, ahora se que este sentimiento tiene sentido.
- ¡Y la del conde de Malibrán!
Dice Romaia ya acostada en su cama, mientras la mulata desaparecía en la puerta mágica.
- ¡Creo que su verdadero nombre es Juan de Malibrán y Bosques! No importa, de ahora en adelante así lo llamaré, me gusta ese nombre para él.
Y así, la alegre mulata se acostó cansada, pero sonriente e ilusionada, mientras pensaba ahora más que nada, en la posibilidad de cómo rescatar a esa alma perdida en una maldición de odio y rencor.