El dulce y fértil mes de mayo,
que presto se acerca,
traerá consigo el delirio apasionado de tu persona.
Despertará en tí, amada ninfa,
el amor salvaje que el hermético invierno te arrebató.
Dulcificarse, tu rostro concederá en,
y descalza y despeinada, danzarás sobre la vida misma,
cual diosa pagana.
Tan arrebatadora tu imagen que el aliento mismo se congela.
Tan delicados tus pecados que hasta los ángeles sucumben.
Tan exquisito tu amor, que a tus pies caigo rendido,
venerando las profundidades arrebatadoras de tu templo.
Digna musa de poetas,
tierna emperatriz de la belleza,
condena mi cuerpo y mi alma a amarte,
que gustoso, la penitencia soportaré.