Aún dueles, corazón enloquecido.
Sangras y lloras, y grito de agonía.
Este es el desenlace de un corazón cobarde,
ser presa del desconsuelo, de la pena y el anhelo.
Me flagelo el alma con el recuerdo del amor perdido.
Y mi peor castigo es invocar tu mirada angustiada
ante el pronto y funesto final.
¿Dónde están los finales felices?
¿Dónde quedaron ya?