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Chapter 8 - Sombra y coloso

"Dai Sato, el capitán de la octava división de la Naicho." Dice Liam mientras se pone en pie y encara a su superior. 'Este hombre es fuerte, aún con mi anillo, no es alguien a quien deba tomar a la ligera.'

"Parece que recibiré una buena bronca de mis superiores por lo de la maldición. Al fin y al cabo tú estabas a mi cargo." Dai se quita el traje y queda en una camiseta de tirantes. "Pero al menos me gustaría desfogarme un poco."

Liam mira los anchos brazos de su capitán. 'Por muy fuerte que sea, no podrá hacer nada contra una maldición.' Moviendo el dedo hace salir del anillo una gran sombra que se lanza hacia su oponente.

"Una maldición de la oscuridad. ¿Cierto?" Dai desenvaina una espada occidental. "Kougeki." Con estas palabras crea un portal del que sale un brazo gigante que detiene de un puñetazo a la maldición.

'No esperaba que fuera un curse tamer.' Piensa Liam, haciendo retroceder a su sombra con un gesto de mano, como si fuese un títere. Observando la inmensa sala, planifica su próxima jugada.

La sombra se desplaza en línea recta sobre las cuatro esquinas de la sala, acabando con todas las luces que la iluminan. "Uno de sus poderes es el de hacerse más fuerte cuanta menos luz haya en el ambiente, pudiendo multiplicar hasta cinco su fuerza inicial." La cápsula de contención se oscurece por completo. "Nattsyn." Dice Liam.

"Tendrás algún método para no quedarte ciego, no creo que seas tan tonto." La voz de Dai se esconde por un momento y aparece detrás de Liam. "Por desgracia la oscuridad no te va a dar ventaja. Los perros viejos como yo hemos desarrollado un sexto sentido para sentir la energía espiritual con extrema precisión."

El balanceo de la espada hace un corte no muy profundo en la espalda de Liam, que consigue eludirlo en gran parte, pero no en su totalidad. "Cielos, nunca mejoraré con la espada." El metal del arma resuena en el suelo.

Liam, desconcertado, mira a su alrededor para intentar encontrar a su objetivo. 'Mis ojos no se han acostumbrado al encantamiento aún. Y si no veo al objetivo, no puedo atacar con Erebos.'

"¡Kougeki!" Repite de nuevo Dai mientras un puño colosal aparece y golpea el rostro de Liam. 'Mientras ese chico no se me pueda acercar, será mejor aprovechar los ataques a distancia de Iapetos.'

Un rápido y agudo filo de sombra se clava en la zona del corazón de Dai Sato. 'Mierda.' Dai cae al suelo escupiendo sangre. Liam se acerca y mira con desprecio su cuerpo agujereado.

De golpe Dai se levanta. "Te." El puño del propio Dai crece de tamaño y golpea en el mentón de Liam con una fuerza inmensa. 'Ese ataque al corazón ha sido peligroso. Si no hubiese previsto un ataque al corazón y no hubiese crecido mis pulmones para forzar al corazón moverse unos centímetros hacia abajo, ahora estaría muerto. Por suerte me tome la molestia antes de entrar a la sala.' Piensa mientras su herida chorrea sangre.

Liam se levanta del suelo, pasando su antebrazo por la boca para limpiar el rasguño y el labio ensangrentado. "Por lo que parece, debo haber apuntado mal a tu corazón."

"No, el cálculo ha sido perfecto. Admirable teniendo en cuenta que justo acababas de asimilar la visión nocturna." Dice Dai con una sonrisa un tanto sádica.

Moviendo la mano, Liam envía de nuevo al ataque a Erebos. En un abrir y cerrar de ojos, Dai desaparece otra vez. 'No puede ser, con una herida grave no debería poder moverse así.'

"Ashi." La voz de Dai suena desde arriba. La patada de la pierna gigantificada de Dai golpea la cabeza de Liam, quien cae al suelo.

Sin apenas tiempo en el pavimento, Liam se vuelve a levantar. "Increíble resistencia." Dice Dai.

'Debo ser menos ofensivo, si alejo a Erebos de mí, me dejo vulnerable a sus ataques.' Liam atrae a la sombra hacia él. Ambos contendientes se miran cara a cara, manteniendo distancias y esperando a que el otro haga un movimiento y baje la guardia.

"No me dejas más opción." Dai se saca la camiseta para cubrir la salida de sangre de la herida. Toma aire profundamente y lo deja ir. "Karada." El cuerpo completo del agente japonés empieza a crecer, convirtiéndolo en un gigante de casi cinco metros.

Sin miedo alguno, el capitán se acerca a Liam. La gran sombra comparada a su cuerpo gigante se queda algo pequeña. Dai coge la sombra y la retuerce como una serpiente, haciendo uso de la facilidad que tiene Erebos para moldearse. "La forma de la oscuridad se adapta a su entorno. ¿Verdad?"

Haciendo esfuerzo con ambas manos Sato empieza a comprimir la sombra. Liam, desesperado, intenta cortar con una pequeña daga la pierna del gigantesco Dai, sin conseguir cortar su duro músculo.

Con un movimiento de pierna, Sato intenta quitárselo de encima. Sin embargo, los reflejos de Liam consiguen esquivar el ataque. "Re Atama." La cabeza de Liam se hace gigante y recibe de lleno el ataque que parecía esquivado.

El cuerpo del joven vuela, y tras rebotar contra el techo cae al suelo. Esta vez sin poderse levantar.

Dai Sato acaba de comprimir a la sombra entre sus puños, haciéndola desaparecer y vuelve a su tamaño normal. Respira agotado mientras mira a Liam. "No me gusta hacer daño a niños pequeños, pero si no me hubiese empleado a fondo hubiese perdido."

Cargando el cuerpo de Liam abandona los laboratorios de la Corporación V.

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Hospital Memorial Mitsui, centro de Tokio. Al día siguiente.

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Liam despierta bajo una manta blanca y la luz de la mañana. '¿Sigo vivo?' Mira a su alrededor y ve a otro chico en la cama de al lado. 'Un hospital.'

Se intenta levantar, con gestos de dolor aún. "No puedes levantarte, el capitán Sato me ha dicho que solo te levantes una vez estés bien." Una doctora con la placa de la Naicho en el pecho se acerca a su cama.

"Además, debo informarte de que cuando estés bien no marcharás en libertad. Tu custodia pasará a manos de la octava división, no tengo ni idea de que harán contigo."

Angustiado, Liam se tumba en seco. "M-me encuentro muy mal aún... Creo que necesitaré unos días más de reposo."

"Me alegra oír eso, como tu doctora personal debo velar por tu recuperación." La doctora marcha del cuarto y Liam se queda solo junto al otro muchacho.

Se pone en pie haciendo un esfuerzo y observa curioso al chico de ojos azules. 'Está en estado vegetativo.'

Coge el mando del televisor, lo enciende y vuelve a la cama. 'Tendré que quedarme aquí unos días hasta que se me ocurra una forma de escapar. Un poco de descanso también me ayudará.'

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Agradecería que en los comentarios me dijeseis que os está pareciendo mi obra o que cosas creeis que se deben mejorar. Así como impresiones o lo que os apetezca. Graciass