Eran solo las 6:00pm y el sol apenas empezaba a ocultarse, cuando tres figuras entraron en el cementerio
- pensé que los vampiros no podían pisar tierra santa- comento Jack al pasar sobre el cementerio sin problemas
- usamos zapatos no la estamos pisando...- le respondió Diane con una sonrisa
- enserio no me digas que... ¡oh por dios claro! la suela no permite que se pise tierra santa.
- solo para no permitirle caer en confusión - dijo el guardaespaldas de Diane- si podemos pisar cementerios, aunque hay artefactos "santos" que nos matan instantáneamente, pero no son ni los crucifijos ni los ajos y tampoco los cementerios
- ¿por cierto tú quién eres? - pregunto Jack al guardaespaldas de Diane
-guardián de la Princesa heredera Diane Kurono, Cristopher Rozacrux ahora como nuevo miembro de la casa real Kurono, también soy su guardián príncipe prometido Jack Kurono
- ¿que acabas de decir? - dijo Jack completamente confundido frenando en seco
-que soy el guardián…
-¡eso no! Me llamaste príncipe prometido
-sobre eso- interrumpió Diane – que tal si lo discutimos cuando recuperemos la estatuilla de Dante
ya estaban frente a la cripta, el sol se había escondido por completo, Diane la golpeo y la piedra se rompió como si fuera papel, un par de golpes más y estaba el paso abierto, la escalera empinada descendía como si fuera al infierno, a pesar de estar completamente oscuro, los ojos de un vampiro no necesitaban luz, para los tres era como si estuvieran transitando a plena luz del día, bajaron cuidadosamente la escalera hasta llegar a un salón redondo increíblemente grande
- esto es extraño - dijo Cristopher - es demasiado fácil...
- pienso lo mismo, demonio del averno
una voz gruesa y ceremoniosa los hisos saltar y colocarse en guardia por puro instinto, un sujeto vestido con saco, corbata y una capa todo de color negro que contrastaban elegantemente con la camisa blanca y su crucifijo de plata se encontraba tranquilamente parado en la escalera, al parecer los había seguido de forma tan sigilosa que ni siquiera tres vampiros lo habían notado.
El sujeto tenía un aire de solemnidad y elegancia, un sombrero puntiagudo adornado por una cinta blanca y una enorme pluma del mismo color reposaba suavemente sobre su cabeza, poseía unos anteojos redondos, que no ocultaban un par de amables ojos azules, otro rasgo particular era su barba estilo candado, el hombre con una amable sonrisa miraba a los jóvenes.
- porque no me sorprende verlo aquí padre Francisco- dijo Diane completamente aterrorizada, tratando de no demostrar el sudor que recorría su espalda y el temblor en sus piernas
- demonio infernal- dijo amablemente el sacerdote- por supuesto que no es sorpresa que yo esté aquí, donde la oscuridad quiera nacer, la luz de la santa iglesia siempre emergerá para iluminar a los hijos de Dios.
El sacerdote desenfundo un arma y disparo, Diane y Cristopher se movieron más rápido que las balas, atacando al sacerdote mientras que Jack solo atino a correr sin rumbo fijo en el salón
El sacerdote desenvaino una segunda arma y disparándoles a los jóvenes vampiros empezaron una feroz batalla dentro del salón.
El sacerdote disparo una de sus armas, una milésima de segundo después disparo la segunda, en el aire las dos balas chocaron cambiando la trayectoria de una de ellas de forma brusca, golpeando el brazo de Cristopher quien callo de bruces, presa del dolor, de haber sido una bala normal no habría ningún problema, pero esta era una balas anti vampiros.
Diane evadió tres balas que chocando entre si cambiaron su rumbo, atacándola desde ángulos imposibles, ni siquiera para un tirador experto tal hazaña era pensable, pero ese hombre hacía que sus balas se chocaran entre si cambiando el rumbo a su antojo, sin siquiera mirarla era como si supiera de ante mano cada futuro movimiento de ella, las balas rebotaron en las paredes dirigiéndose a ella por detrás.
Diane a duras penas logro evadir el ataque trasero, afortunadamente conocía muy bien esa técnica, en más de una ocasión casi la había matado.
El sacerdote como sabiendo que ella evadiría su ataque, se dignó a mirarla, disparo una nueva ráfaga de balas, era sorprendente la facilidad con que había logrado acorralarla, en solo un instante desde todos los ángulos venia un ataque, no tenía forma de evadirlo, no había punto ciego.
por eso Diane odiaba encontrarse con ese hombre, él era demasiado fuerte para ella. Justo cuando el sacerdote por fin la daba por muerta un cuerpo se atravesó entre las balas y ella, dándole una vía de escape a la chica,
Cristopher en una medida desesperada había usado su cuerpo como escudo, para su reina, absorbió tantos disparos como le fue posible, logrando que Diane solo sufriera unas pocas heridas.
- Criss...- susurro Diane al ver el cuerpo de su guardián y amigo caer al suelo, ella sin fuerza, trato de ir hacia él, pero las balas anti vampiro contaminaban su sangre, ella no podía moverse con facilidad, así que rápidamente procedió a sacarse las balas que la impactaron ella misma, usando sus propios dedos, a pesar que al tocarlas estas los quemaban hasta el hueso
- estoy bien- dijo criss colocándose de pie - recuerda no soy un vampiro, soy un licántropo
El cuerpo de Criss estallo prácticamente en músculos y pelos, convirtiéndose en una bestia gigantesca, pero al dar un paso se tambaleo y callo de rodillas, mientras amablemente el sacerdote levantaba su sombrero con el cañón de su pistola y decía.
- ¿crees que no les puse cabezas de plata? – mientras miraba complacido, como en menos de un minuto había derrotado a dos de los demonios mas perseguidos por la iglesia.
Algo sobresalto al cura movió su cuello tan rápido hacia atrás como pudo mientras un cuchillo paso rosando por un milímetro la garganta del sacerdote, sin perder ni una milésima de segundo, disparando a las sombras de donde venia el ataque.
Sombras de las que emergió un hombre vestido de blanco, de cabello rubio y ojos verdes, de mirada implacable, sin duda era usuario de dagas, de forma increíblemente rápida lanzo cientos de dagas al aire y luego como por arte de magia estas atacaron al sacerdote arrinconándolo
El sacerdote disparo derribando las dagas, pero el tipo de traje blanco movió sus dedos como si halara hilos invisibles y las dagas derribadas retrocedían de forma inmediata a sus manos para ser lanzadas de nuevo, el sacerdote estaba en problemas, sus balas no eran infinitas, pero el tipo de traje blanco al poder volver a lanzar las dagas a través de ese extraño truco con sus dedos tenía munición ilimitada
Diane no desaprovecho un segundo y se quitó hasta la última bala del cuerpo a pesar del terrible dolor que le provocaban, se arrastró tan rápido como pudo donde su guardia
-Diane huye-dijo con esfuerzo el enorme lobo- no podemos vencer a un asesino y aun sacerdote al tiempo….
Diane no se iba a rendir, no huiría como una rata cobarde, tomo su sangre desparramada en el suelo y la transformo en una espada y sin dudarlo se lanzó contra el sacerdote,
Los tres quedaron inmobiles, las pistolas del sacerdote apuntando a la cabeza del hombre con traje blanco y la cabeza de la princesa vampiro, las dagas del hombre a los cuellos del sacerdote y Diane, mientras que las uñas de Diane estaban en el cuello del hombre de traje blanco y su espada en el pecho del sacerdote
- ha pasado tiempo Neltair- saludo amablemente el sacerdote al asesino de blanco- ¿aún existe tu pagana organización?
- Mi credo es más real que la farsa que representa tu corrupta iglesia maldito cura- el asesino miro a Diane- ¿Qué diablos hace aquí princesa? No me sorprende que su raza este casi extinta, si carecen del más mínimo de instinto de supervivencia. Por cierto veo una divertida fiesta aquí, ¿les importa si me les uno?
- Por supuesto que no- dijo el sacerdote- la hija del infierno y yo, no nos podríamos divertir sin el embajador de los seed, Neltair el asesino.
De repente un extraño sonido hiso que los tres giraran la cabeza asía donde provenía, las puertas del salón circular se abrieron y de él emergió un ejército de momias idénticas a la que el borracho vagabundo había derrotado, y detrás de ellas una mucho mas grande que sin duda era el jefe final.
- bueno – dijo el sacerdote - ¿qué les parece si nos encargamos de estas cosas y luego los asesino a ustedes?
- ¿asesinarme tu a mí?, - dijo sorprendido Neltair- creo que se tiene muy altas expectativas asqueroso sacerdote, pero admito que estoy de acuerdo, saquemos la basura primero.
Diane miro preocupada la situación - Neltair era un asesino profesional que había acabado con vampiros mucho más fuertes que ella, el sacerdote era un verdadero monstruo - miro a su guardaespaldas Cristopher - quien estaba herido de muerte y a Jack al lado de criss, o le estaba tratando de extirpar las balas o estaba usando su cuerpo como escondite, la verdad no podía decirlo con certeza, solo un milagro la sacaría viva de ese lugar, por ahora lo mejor era seguir el juego y no mostrar debilidad.
- Una hija de la noche no se alía con cerdos del vaticano, ni con asesinos orientales, será más bien un concurso de quien acaba con más basuras
Los tres se separaron... Diane tenía que pensar en algo y pronto o esta sería su última noche