Los sentidos de Élis habían evolucionado bastante, hasta el punto que podía escuchar todo desde la nave.
Aunque ella no podía ver con sus ojos, Ella percibía como cinco de las luces se estaban volviendo cada vez más tenues.
«Para» pensó.
Élis sentía como si su corazón se desgarrara con cada grito que escuchaba. La impotencia la consumía, y aunque sus piernas temblaban con el deseo de correr hacia sus amigos, su cuerpo se negaba a moverse.
«Para, por favor» pensaba mientras lágrimas silenciosas corrían por sus mejillas. El dolor en su pecho era tan agudo que casi la dejaba sin aliento. Cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad, una tortura sin fin que la llevaba al borde de la locura.
«¡NOOOOOOO¡» gritó en su mente mientras las cinco luces desaparecían de su percepción.
El dolor que sentía en su pecho llegó hasta el punto que era totalmente insoportable.
—Tian iré a revisar su nave —en ese momento escucho la voz del tipo que se llamaba Meír.
—Haz lo que quieras —dijo Tian sin interés.
Cuando Meír entró al lugar donde Élis se encontraba, se sorprendió.
—Vaya, pero que tenemos aquí, aún había una superviviente, parece ser que los materiales de esta cámara de recuperación, son capaces de aislar el aura de su ocupante por eso no nos percatamos de su presencia— dijo Meír mientras divagaba en voz alta.
«¿Qué, pero por qué tiene esta clase de cuerpo?», la rápida mente de Meír de repente notó algunos detalles raros en el cuerpo de Élis.
«Tiene los orbes que son solo propios de los Humes evolucionados, son muchos... No me digas que ella esta en proceso de evolución a la Clase "SS"» pensó Meír asombrado mientras veía su cuerpo.
Élis tenía un total de 9 orbes que estaban ubicados en distintas partes de su cuerpo.
1 en la frente, 2 en las sienes, 2 en los hombros, 1 ligeramente más abajo de su cuello, 1 en su ombligo y 2 en las palmas de sus manos.
«¿Tiene 9? ¿Cómo es posible? mi cuerpo en si ya es de la clase "SS", pero aun así no tengo tantos orbes» pensó Meír. Aunque su fuerza de combate ya había alcanzado el grado "SS", lo cierto era que su cuerpo solo tenía 5 orbes, 1 en la frente, 2 en las sienes y 2 en los hombros.
Mientras Meír hablaba, Élis apenas podía concentrarse en sus palabras. Su mente estaba atrapada en un torbellino de dolor y odio. Los recuerdos de sus amigos, sus risas, sus promesas, todo se había desvanecido en un instante. El vacío que sentía era insoportable, un agujero negro que amenazaba con consumirla por completo. Sin embargo, en medio de su dolor, una chispa de ira comenzó a crecer. Finalmente su odio se desato como una tormenta.
En ese momento el nuevo sistema nervioso de Élis por fin termino su evolución, reconectándose con su cuerpo.
Los ojos de Élis se abrieron abruptamente, dejando ver a Meír los iris más extraños que había visto. Verlos daba la impresión de que estabas viajando por un cosmos estrellado a gran velocidad. Sus pupilas por otro lado eran como un sol incandescente que podía reducir a cenizas a un planeta.
—¡Qué diablos! — exclamó Meír dando un paso hacia atrás.
Su cuerpo se tensó al extremo mientras sus sentidos, le gritaron que escapara. Ella se veía pequeña, pero el aura asesina que irradiaba le ponía los pelos de punta. Su brazo se extendió mientras su mano parecía estar presionando el aire, mientras un poder espantoso se desataba a toda potencia, De pronto una presión espantosa empezó a aplastarlo, hasta el punto que el "One" empezó a emitir chillidos parecidos al del metal doblándose.
Pero eso era imposible, el "One" era la mejor armadura del universo, ni siquiera a Xeltar le sería fácil destruirla.
—¿Quién eres...? Aahhh — su propio grito interrumpió su pregunta, cuando uno de los brazos de su exotraje se comprimió tanto que comenzó a aplastar su brazo.
Meír reaccionó inmediatamente después y encendió el propulsor de su exotraje rompiendo el techo de la nave, escapando de esa presión.
«¿Eso era telequinesis?, Pero es imposible para un hume doblar incluso una plancha de hierro, como es posible que pueda siquiera abollar el "One"» Meír estaba pasmado, no podía dar sentido a lo que acababa de pasar.
Poco después vio a esa chica abandonar la nave para seguirlo. En su rostro, la furia era tan intensa que Meír sintió un escalofrío recorrerle la columna vertebral. Sus ojos ardían con un odio tan palpable que parecía capaz de prender fuego al aire. Cada músculo de su cara estaba tenso, y su mandíbula apretada reflejaba la rabia contenida que amenazaba con desbordarse. La mirada fija de esa Hume era como una tormenta desatada, llena de promesas de venganza que hicieron que el miedo se arraigara profundamente en Meír, paralizándolo por un instante.
Mientras tanto Tian que estaba a punto de retirarse, escucho la conmoción y regreso a ver qué era lo que pasaba.
—Así que quedaba otra superviviente, es una lástima, si lo hubiera sabido la habría matado delante de Einar para aumentar su sufrimiento.
Pero entonces sintió el aura de Élis y su expresión se llenó de emoción.
—Meír no dijiste que solo han estado un día en este planeta, entonces ¿Por qué ha alcanzado la Clase SS? —preguntó Tian.
—No lo sé, es muy raro, tal vez su cuerpo sea muy compatible con la energía de la evolución, pero aun así deberían de haberla obtenido de una bestia clase SS o por lo menos S superior —dijo Meír.
—¡Oh! Entonces si llegaron a matar a ese Dragón de ahí, pensé que solo habían tenido suerte y que alguna otra bestia lo había matado —dijo Tian con actitud relajada.
—No te descuides, a pesar de ser un SS de nivel 1 tiene poderes telequinéticos muy poderosos —
Mientras tanto Élis había volteado su cabeza y noto algo que le rompió el corazón, ella cayo sentada de rodillas, su mirada se posó sobre los cuerpos inertes de sus amigos, y el dolor que sintió fue tan profundo que parecía capaz de romper el alma de quien lo presenciara. Cada figura caída era un recordatorio brutal de las risas compartidas, las promesas hechas y los sueños que ahora yacían destrozados a su alrededor. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras sus rodillas cedían, dejándola caer al suelo. Sentía un vacío abrumador en su pecho, un agujero negro que amenazaba con consumirla por completo. Cada detalle, desde las heridas visibles hasta la quietud antinatural de sus cuerpos, intensificaba el sufrimiento que la ahogaba.
Para ella era incluso peor que cuando perdió a sus padres, al menos en ese entonces todavía albergaba algo de esperanza, pero ahora no había nada. Su mente colapsó, ella solo quería escapar de la realidad.
«Esto no está pasando, claro lo más seguro es que todavía esté en la nave recuperándome y esto sea una pesadilla» pensó tratando de negar con todas sus fuerzas la realidad.
Se pellizcó con fuerza la cara, pero el dolor en sus mejillas le confirmó que todo era real.
Einar, su capitán, era el protector incansable que siempre los cuidaba y estaba pendiente para enseñarles y orientarles. Con una mirada firme y una voz que transmitía seguridad, se había convertido en el pilar del equipo, el guía cuya sabiduría y experiencia eran invaluables.
El Protector Aren, por otro lado, siempre la seguía como si de una sombra se tratara. Su presencia constante y silenciosa era una fuente de consuelo para Élis, quien sabía que podía contar con él en cualquier momento. Aren era un guardián leal, cuya fuerza y lealtad eran incomparables.
Siena, la que siempre la regañaba como una amiga responsable, actuaba como la voz de la razón dentro del grupo. Con sus ojos brillantes llenos de determinación y su actitud protectora, Siena se aseguraba de que todos mantuvieran los pies en la tierra, recordándoles siempre la importancia de sus misiones y responsabilidades.
Drake, su amigo con el que podía pelear, aportaba una energía vivaz y un espíritu guerrero al equipo. Su naturaleza competitiva les había hecho caer en muchos conflictos, pero lo cierto era que lo valoraba mucho, como si de un hermano se tratara.
El tranquilo Liam, que siempre abogaba por ella, era el pacificador del grupo. Con su voz suave y sus palabras calmantes, Liam sabía cómo mediar en los conflictos y mantener la armonía. Su presencia era una constante fuente de paz para Élis, quien encontraba en él un confidente y un amigo.
Todos yacían muertos, sus cuerpos tirados delante de ella hicieron que sus memorias felices le ardieran como si una llama incandescente la devorara.
—Hey tu enana, es tu día de suerte estoy de buen humor, si ruegas y dejas esos pedazos de basura, te perdonaré la vida para que puedas venir con nosotros, que dices no soy realmente magnánimo— dijo Tian cómo si realmente creyera que estuviera siendo generoso.
Al escuchar esas palabras, una ira mil veces mayor a la que nunca había sentido se apoderó de Élis. Todo su cuerpo temblaba, como si una tormenta interna amenazara con desatarse. Sus ojos, antes llenos de dolor, ahora ardían con un fuego intenso que delataba el inmenso odio que tenía contra su enemigo. Cada músculo de su cuerpo se tensaba, sus manos se cerraban en puños tan apretados que sus uñas se clavaban en la piel, y su respiración se volvía errática, casi un gruñido. Élis se convirtió en una figura aterradora, una encarnación de la venganza pura y desenfrenada, lista para desatar su furia sobre quien se atreviera a cruzarse en su camino.
Su mano se levantó mientras dirigía todo su poder hacía Tian.
—Ten cuidado Tian, no la subestimes es más fuerte de lo que parece.
La tierra empezó a temblar, y una presión espantosa golpeó a Tian.
—¡Oh! Tienes razón incluso yo siento algo de presión, pero no es suficiente para contenerme.
Luego cubrió completamente su cuerpo con su Ki de tal manera, que se asemejaban a llamas plateadas, dándole una apariencia majestuosa.
—Pequeña hume será mejor que te prepares, sino podrías morir en el siguiente ataque —luego de eso el poder de Tian se concentró en su puño y lanzó un golpe al aire, al principio parecía que nada había pasado, pero al segundo siguiente, un puño dorado de Ki más grande que el propio Tian apareció en el aire dirigiéndose a Élis.
El odio de Élis era tan grande que le impedía pensar, ahora mismo sus pensamientos solo se enfocaban en destruir a Tian, su vida ya no le importaba, es por esto que había descuidado totalmente su defensa.
Pero un momento antes de que el ataque impactara, escuchó una voz de mando que le ordenaba " Muévete".
El tono de la voz de mando de Einar tenía un efecto casi mágico en el cuerpo de Élis, haciendo que sus reflejos se despertaran y actuaran de inmediato.
En el último instante Élis logro tirarse al suelo, para esquivar el ataque de Tian por los pelos.
Al verla esquivar su ataque Tian se sorprendió un poco —¡Oh! muy bien parece que no todos los miembros del equipo de Einar eran basuras. Ahora veamos si puedes esquivar este ataque.
Luego de eso levantó nuevamente su brazo con su palma apuntando hacia Élis, pero entonces notó que ella parecía distraída como si buscará algo.
—Capitán —dijo Élis mientras miraba hacia donde estaba el cuerpo de Einar.
Ella albergaba una pizca de esperanza, todo su ser quería creer que no estaba muerto, pero al ver su cadáver supo de inmediato que estaba irreversiblemente muerto.
El dolor volvió a golpearla otra vez, pero ahora estaba más despierta y una pizca de vida brillaba en sus ojos.
La claridad, que el odio le había arrebatado, regresó a ella.
—¿Te atreves a distraerte en mi delante? —dijo Tian con un tono que empezaba a tener matices de furia.
Luego de eso levantó su palma dirigiendo una ráfaga de Ki hacia Élis, con la fuerza de un huracán.
Élis no entendió rápidamente la naturaleza del ataque de Tian, pero aun así uso su poder telequinético para protegerse. Cuando su poder chocó con el ataque de Tian, no pudo resistir más que una fracción de segundos antes de ceder, provocando que el cuerpo de Élis saliera volando.
Élis voló por decenas de metros antes de poder estabilizarse. En cuanto logró detenerse, busco a su enemigo, pero cuando miro al sitio donde se encontraba Tian, no pudo encontrarlo.
—¿Adónde miras? —le susurró una voz en su cuello.
Élis se sobresaltó, escapando rodando por el suelo.
Esa reacción pareció satisfacer a Tian.
Al verlo esta vez Élis al fin pudo pronunciar las preguntas que tenía en su mente.
—¿Por qué? — preguntó.
—¿Te preguntas por qué soy tan fuerte? —le dijo en tono narcisista.
—¿Te pregunto por qué los mataste?, maldito retrasado —dijo Élis con ira.
La respuesta de la hume molesto un poco a Tian —parece que aún no entiendes como tratar a tus superiores.
—¡RESPONDE! —gritó Élis con voz rasgada.
Tian hizo una pausa para sonreír antes de decir —pues podría decirte que es por una venganza hacia Einar, pero creo que la razón principal es simplemente por qué puedo hacerlo.
—¡Desgraciado! —los puños de Élis estaban tan apretados que se hacía daño a sí misma.
—El fuerte dominando al débil es la regla absoluta de este universo, matar a esos Humes, es solamente otra demostración periódica que me corresponde hacer para afianzar mi dominio, estableciéndome cómo un Dios absoluto al que nadie puede oponerse— dijo Tian con una sonrisa macabra.
—Hijo de P*rra, no creas que saldrás de ésta sin ningún castigo.
—¿Castigo?, acaso cuando matas a un cerdo recibes algún castigo, por supuesto que no. Eso es debido a que eres un ser superior a ese cerdo, ellos no son capaces de poner resistencia, de la misma manera que los humes no son capaces de oponerse a mí, jajaja— respondió Tian lanzando una carcajada.
—Tú —Dijo Élis sintiendo un odio tan intenso que le costaba toda su fuerza de voluntad, no lanzarse a golpearlo.
—Esta es tu última oportunidad, si te sometes a mí, puedo perdonarte la vida y permitir que te unas a mi equipo ¿Qué dices no es una gran oferta? —dijo Tian con una sonrisa altiva.
—Prefiero morir sacrificada cómo un perro, que convertirme en él subordinado de uno —dijo Élis con firmeza, mientras sus ojos ardían con desprecio.
Este insulto causó que Tian frunciera un poco el ceño, quien dijo —ya veo, no se qué esperaba del equipo del idiota idealista de Einar.
Luego de eso levantó la mano hacia el cielo y se enfocó en concentrar su Ki. Al poco tiempo varías docenas de espadas de Ki que eran más grandes que Élis, se formaron en el aire.
—Veamos si puedes sobrevivir a este ataque —dijo Tian mientras bajaba el brazo y señalaba a Élis como si dictara su sentencia de muerte..
Las espadas se movieron a una velocidad muy superior al sonido hacia Élis. Pero ella no vaciló. Su voluntad había sido despertada. En su mente solo tenía un pensamiento.
«No perderé, tengo que vengar a mis amigos, aún si tengo que sacrificar mi vida» pensó mientras veía a ese ataque acercarse sin el más mínimo rastro de temor.
Su falta de miedo no era debido a que estuviera confiada de sus capacidades para recibir ese ataque, si no al hecho de que, al morir sus amigos, había perdido su razón principal para vivir.
Era por esto que la Élis actual no le temía a la muerte.
Hasta antes de este viaje, ella no era tan fuerte como Einar o Aren, si no tenía en cuenta su telekinesis, pero su mente era sin lugar a dudas la más rápida de todas, además era sumamente astuta y tenía los mejores instintos de supervivencia.
Cuando la lluvia de espadas la alcanzó, su brillante mente ya había calculado la trayectoria de todos los ataques, esquivando hábilmente con una serie de movimientos ágiles. Su cuerpo era sumamente flexible, lo cual aumentaba la gama de movimiento que podía usar para esquivar.
Cuando terminó de esquivar todas las espadas, una voz con tono arrogante le dijo —lo haces muy bien, aumentemos un poco la dificultad.
Poco después las espadas de Ki voltearon en medio del aire y volvieron a embestir hacia Élis, en diferentes ángulos.
Los rápidos reflejos de Élis le permitieron reaccionar, moviéndose rápidamente para esquivar estos ataques, pero aun así le fue mucho más difícil, ya que las espadas ahora ya no avanzaban en línea recta.
Algunas avanzaban dando giros, otras se balanceaban de lado a lado, mientras otras se movían sin ningún tipo de patrón definido. Aun así Élis estaba haciendo hasta lo imposible para esquivar la mayoría de ataques, pero pronto se vio bloqueada sin ningún tipo de salida visible.
Acorralada, lo único que pudo hacer fue enviar su poder mental en todas las direcciones, tratando de interceptar todas las espadas. Sus poderes telequinéticos crearon un campo de fuerza que impidieron que las espadas golpearan a Elis, dispersándolas en el aire.
—Meír, pensé que dijiste que era solo del primer nivel de la clase SS, pero parece que te equivocaste — dijo Tian algo sorprendido por el poder de Élis.
—No, su poder es solo el de un "SS" nivel 1, pero parece ser que tiene un talento extremadamente alto para la telequinesis —dijo Meír algo asombrado.
—Eso también es bueno, parece que me servirá de calentamiento —dijo Tian con algo de emoción.