Aunque, Jhon recuerda aquél rostro amable, aunque demasiado serio… tiene la certeza que, jamás supieron de él.
Lo extraño es que, no recuerda que hubiese algún velorio o luto por él.
Es curioso, murió tan joven… justo, a la misma edad que Jhon tiene ahora.
Vagamente, entre recuerdos… puede recordar la orilla del mar en este bracito de corales.
Recuerda que, nadaban en un pedazo en que habían rejas, las que los separaban del mar, muy lejos de la barrera de coral, a la que nunca fueron llevados… los adultos decían que era peligroso.
El mar se traga todo, decían.
Por eso, seguían las reglas, nadando dentro de las rejas que, los vecinos habían puesto para que nadaran sin riesgos.
En este lugar, fue colocada una viga oxidada para que pudieran caminar hacia la punta y arrojarse al agua.
Jhon, recuerda a muchos niños, son hijos de sus vecinos, entre ellos no hay más que sonrisas y juegos infantiles.
Corren hacia la punta de la viga y se arrojan al agua, otros recogen piedras y caracoles de la orilla, entre las rocas.
Algunos más, solo nadan en la orilla.
Un día aparentemente normal.
Varios niños hacían fila en la viga, esperando turno, entre ellos, Billy.
Le gustaba fanfarronear y juguetear en la viga para asustar a Jhon, quien lo miraba con miedo.
FIN DE CAPITULO 18