Recomiendan esperar a que amanezca.
Jhon, con voz algo tartamudo, contesta que, tiene un pendiente, se disculpa.
Y se limita a salir apurado.
Walter y Gina, quedan en la escalera y escuchan cómo el auto de su hijo, arranca con urgencia.
Se miran el uno al otro.
Hay pesar en el rostro de Gina.
Walter, dando media vuelta, dice a Gina, que, es solo parte del proceso.
Gina, algo dudosa, sigue a su esposo de nuevo al dormitorio.
En el camino, piensa: lo siento Jhon… de no haber muerto, hubiese sido Billy.
Camino a casa, Jhon, no se da cuenta de que, va a alta velocidad, por fortuna, el camino en carretera está despejado hasta llegar a la avenida.
Su mente es una vorágine de emociones, amplias lágrimas salen de sus ojos y nublan un poco la vista, por lo que no ve bien el camino, pero, no se detiene, no hasta llegar fuera de su casa. Se estaciona.
Es entonces cuando todo sale a flote, suelta el llanto aferrado con sus manos al volante con tal fuerza que, las uñas se emblanquecen y golpeándolo en alguna ocasión.
Aferrado al volante de su auto, por la fuerza empleada, sus uñas, se tornan blancas.
Dentro de su hogar, en su habitación.
La sábana se comienza a elevar, tornado la forma de una persona recostada y una voz, una exhalación susurrante: Jhon…
Al cabo de un rato, Jhon, voltea a ver hacia su casa.
FIN DE CAPITULO 22