Billy caminó en la viga como lo hiciera tantas veces.
Brincó en la punta, solo que, esta vez, no cayó hacia adelante, su pie resbaló y cayó cabeza atrás, un golpe seco en la nuca.
Con los gritos de los niños, Billy cayó al agua.
Todo esto, asustó demasiado a los niños, solo unos pocos trataron de ayudarlo, pero, su cuerpo se hundió muy rápido, se apresuraron a tratar de llegar a él.
Jhon, no podía dejar de gritar mientras trataba de nadar.
Una niña, un poco más grande que él, estaba mucho más cerca, intentando sacarlo del agua.
Quizá, sería el pie húmedo, la pérdida de equilibrio, su distracción al fanfarronear.
Una culpa inmensa inundó el corazón del niño.
Algunos de los niños, corrieron al sitio de las casas rodantes, a los lejos, los escucharon algunos adultos.
Al imaginarse lo peor, corrieron en su auxilio.
Pronto, todos en aquellas casas fueron avisados.
Entre ellos, los padres de Billy y Jhon.
Al llegar, vieron cómo los hombres estaban en el agua, buscando a su hijo.
Walter, su padre, como poseído, se arrojó sin pensar… sólo pensaba en el niño… sin saber que, era su hijo, Billy.
Mientras, estaba la conmoción, su madre, Gina, alcanza a ver al pequeño Jhon, siendo abrazado por dos de los niños mientras no deja de llorar.
FIN DE CAPITULO 19