"Así que esta es la técnica más poderosa de un verdadero Dios". Murmuró para sí mismo con gran sorpresa en su voz.
Las sensaciones de estos momentos eran indescriptibles, no encontraba palabras para expresar. Las palabras humanas usadas tanto en su mundo anterior como en el mundo de cultivo para denotar la grandeza eran indignas para llamar a tal técnica. Ahora podía comprender el recelo que el Dios inmortal del desierto tenía para no transmitir su técnica a quien no fuera su discípulo sucesor.
Pero también le hizo incrementar su desconfianza hacia el llamado Gran Destino. No había razones para que tal existencia le ayudara a conseguir algo tan poderoso, recordó lo que había dicho el Dios inmortal del desierto "No hay tal cosa como un almuerzo gratis". Bai Yingzu entendió que tarde o temprano el llamado Gran Destino se presentaría para cobrar la ayuda no solicitada.
Desde un principio Bai Yingzu no tenía buena voluntad hacia el Gran Destino, la desconfianza se incrementó haciéndolo ponerse alerta. Entendía que no había peor enemigo que aquel que maquinaba en las sombras ocultándose sin dar la cara.
Bai Yingzu siempre fue un hombre directo sin la necesidad de irse por las ramas, por eso mismo si alguien quería llevarse bien o al menos tener una relación armónica tenía que ser igual.
Bai Yingzu se puso de pie sintiendo su cuerpo tan ligero, en un parpadeo había atravesado la habitación llegando al extremo contrario de donde había estado sentado. Lanzó golpes al aire como si estuviese con un esparrin de boxeo, cada unos de sus golpes fueron certeros, inhumanamente rápidos, cargados con una increíble fuerza capaz de generar pequeñas ráfagas de viento con cada movimiento.
*Aplauso, aplauso. Desde la puerta principal de la habitación sin que Bai Yingzu se diera cuenta estuvo siendo vigilado desde el principio. En el primer momento en el que el Gran Dominio fue ejecutado con éxito el Dios inmortal del desierto lo supo inmediatamente, sigilosamente se acercó para mirar lo que había sucedido exactamente.
Si bien el Dios inmortal del desierto pudo ver el potencial de Bai Yingzu, todavía se sintió algo sorprendido al verlo ejecutar su técnica en muy poco tiempo. Aún más superando sus expectativas.
Con aplausos alguien salió de la oscuridad de la habitación. Este no era otro que el Dios inmortal del desierto. "Veo que lograste dominar mi técnica por completo, ahora ya no me queda nada más que enseñarte. Como una última prueba para que seas libre debes enfrentarte a mí". Sus últimas palabras fueron dichas al mismo tiempo en el que adoptó una postura de combate.
La energía de la raíz del mundo dio vuelta alrededor de su cuerpo, con un solo respiro el cuerpo del Dios inmortal del desierto absorbió toda esa energía. Poco tiempo después su cuerpo emanó un aura similar a Bai Yingzu, aquello significaba que había ejecutado el Gran Dominio y disminuyó su poder al mismo nivel para hacer un enfrentamiento más justo.
Sin dudar Bai Yingzu tomó una postura de combate preparándose para recibir los primeros ataques del Dios inmortal del desierto. Sin embargo, pasó el tiempo y aún nadie había movido ni un solo músculo. Parecía que ambos esperaban una abertura en la postura de su contrincante.
Como una estrategia para abrir el enfrentamiento Bai Yingzu movió ligeramente su pierna izquierda. Para cualquiera que lo mirara en esos momentos indudablemente pensarían que había roto su postura defensiva. Para el Dios inmortal del desierto esto no fue diferente, al mirar eso su cuerpo pareció desaparecer de su lugar.
En menos de un parpadeo como si hubiese usado un método de teletransporte ya se encontraba a una muy corta distancia. Lanzó una patada veloz directo a la cabeza de Bai Yingzu. En esos momentos Bai Yingzu sintió un escalofrío recorrer su espalda, ese ataque parecía de todo menos lo que se usaría para un enfrentamiento amistoso, le transmitía la sensación de que estaba en medio de un combate de vida o muerte.
Entendiendo que debía ponerse serio ajustó su estado mental preparándose para sus siguientes movimientos. Con una velocidad indescriptible logró esquivar el primer ataque, para esto uso cada uno de sus músculos en las piernas, incluso aquellos músculos que normalmente no utilizaría a menos que se tratara de un atleta olímpico de alto nivel con la capacidad de romper múltiples récords mundiales.
Esquivar el primer ataque no bastó para detener a las intenciones amenazantes del Dios inmortal del desierto. Si Bai Yingzu esquivaba un ataque, el Dios inmortal del desierto lanzaría dos ataques más y así sucesivamente hasta lograr golpear a Bai Yingzu. Naturalmente como había sido el primero en abrir el combate fue quien dictó su curso.
Bai Yingzu solo pudo esquivar los ataques sin ninguna oportunidad de contraatacar. Después de lanzar cerca de 10,000 patada en 90 segundos el Dios inmortal del desierto cambió a un ataque combinado. Una lluvia torrencial de patadas y puñetazos veloces cayeron sobre Bai Yingzu, pero sorprendentemente esquivó todas sin recibir ningún tipo de daño.
El ritmo de la batalla no parecía estar de su lado, pero Bai Yingzu se esforzaba en tratar de cambiar las tornas para su beneficio. Sus ojos resplandecieron con un intenso brillo azul, en esos momentos sintió que su sangre se agitaba aún más salvaje dentro de su torrente sanguíneo. De manera imprevista tuvo una extraña sensación de libertad y junto a esto una oleada de energía tan fresca como una brisa bañó su cuerpo.
Su cuerpo se volvió más ligero y con ello sus sentidos se volvieron aún más agudos. Bai Yingzu tenía la sensación de ser una bestia salvaje en medio de una caza furtiva, un depredador capaz de dominar el campo de caza con solo transmitir el terror en cada una de sus presas.
Inconscientemente sus labios se curvaron formando una sonrisa extraña. Tan salvaje como podía ser, tenía una única idea en su mente, hacer uso de la máxima violencia posible, se dejó llevar por los nuevos instintos recién despertados y su sangre hirvió con gran emoción.
De manera imprevista para el Dios inmortal del desierto, Bai Yingzu inició su contraataque de forma violenta exudando una intensa sed de sangre. Su primer movimiento fue casi tan rápido y preciso como los golpes anteriores del Dios inmortal del desierto. Encajó un total de 100 golpes en el pecho del Dios inmortal del desierto en aproximadamente un solo segundo, solo 11 golpes más lento que el Dios inmortal del desierto.
Al ser más lento que sus golpes anteriores el Dios inmortal del desierto debía poder esquivarlos fácilmente, pero debido a su sorpresa tras sentir la intensa sed de sangre no lo hizo. Pudo sentir que la fuerza de cada uno de los golpes sobre su pecho incrementaba en cada sucesión hasta que en el último golpe sintió un ligero rastro de sangre en su boca. Esto le hizo abrir los ojos con asombro.
"Increíble. El último de sus golpes realmente pudo provocar un ligero daño en mi cuerpo". El Dios inmortal del desierto dijo para sus adentros. Este hecho lo hizo llenarse de emoción y altas expectativas.
Cuando estaba a punto de detener el combate recibió otros golpes en su cara, pecho y garganta respectivamente, siendo ese último golpe el que le provocó un leve dolor e hizo que nuevamente tuviera la sensación de sangre en su boca.
Golpear al Dios inmortal del desierto en su primer intento provocó que la confianza de Bai Yingzu incrementara exponencialmente. Usando movimientos precisos continuó la lluvia de golpes que cada vez se volvían más rápidos, y con ayuda de su habilidad metafísica pudo incrementar la fuerza de sus golpes en cada sucesión. Aunque esto también provocó un poco de daño para sí mismo ya que sus músculos estaban siendo sometidos a un mayor estrés.
Todavía con un poco de entumecimiento en sus brazos y piernas no cesó su ataque, ni siquiera consideró detenerse, como si se tratara de un combate mortal en el que solo uno podía salir con vida puso todo su empeño para ganar. Aunque sabía que se enfrentaba a un verdadero Dios y que por eso sus oportunidades de ganar eran mínimas al punto de ser inexistente, se enfrentó con la fuerza de su voluntad sin la mínima intención de rendirse.
Todo lo que actualmente sentía no podría ser obtenido en su anterior mundo, un mundo altamente tecnológico y pacífico, libre de toda violencia y regido por un estricto control. Realmente se sentía agradecido de llegar al nuevo mundo, un mundo lleno de misterios los cuales tendría la oportunidad de descubrir, un lugar en el que podría hacer uso de sus máximas capacidades como científico e investigador.
El Dios inmortal del desierto con la intención de poner fin al combate, se preparó para ejecutar su técnica ‹Toque inmortal› para inmovilizar a Bai Yingzu. Toque inmortal era una técnica de condensación de energía en una mano capaz de dar un poderoso choque que inmovilizaría a cualquiera con el que hiciera contacto. Podía usarse para inmovilizar a los enemigos o para causar una muerte instantánea.
Bai Yingzu reconociendo la técnica que el Dios inmortal del desierto utilizaría se preparó para contrarrestarla. Con ojos ardientes llenos de una poderosa voluntad ejecutó dos de las técnicas que había aprendido del Dios inmortal del desierto ‹Cadena de la voluntad inmortal› y ‹Destello de la raíz universal›.
De forma inmediata una gruesa cadena de aproximadamente un metro, y cinco esferas de energía fueron lanzados hacia el Dios inmortal del desierto con la intención de interceptar su ataque. Cuando el Dios inmortal del desierto vio los ataques que se acercaban mostró una amplia sonrisa, su mano abierta fue cerrada en un puño y con ojos ardientes avanzó aún más rápido para encontrarse con aquellos ataques.
¡BOOM!. Un estrepitoso sonido pudo ser escuchado por toda la amplia habitación. La colisión de las dos energías azul y dorado fue tan intensa que podía cegar a quien lo viera directamente.
Con aquel choque Bai Yingzu fue momentáneamente cegado, esto lo obligó a retroceder unos pasos para no ser presa de un ataque furtivo por parte del Dios inmortal del desierto. Rápidamente concentró la energía en sus ojos para recuperar su visión. Sabía que sin sus ojos estaría perdido ya que no podía confiar en su sentido del oído para detectar a los enemigos con una velocidad más allá a la velocidad del sonido.
Era lógico ya que básicamente los ojos eran sensores biológicos capaces de captar destellos de luz de forma inmediata con una sola mirada. En cambio los oídos serían un tipo de sensor de menor capacidad ya que estaban limitados en una menor magnitud medible.
Por un lado teníamos a un sensor capaz de medir magnitudes en escala de la velocidad de la luz y por el otro se tenía un sensor capaz de medir magnitudes máximas a la velocidad del sonido. Tomando lo anterior en cuenta no era difícil tomar una decisión de cuál sensor sería el de mayor prioridad para su cuidado o mantenimiento.
Pero aún con lo que había hecho no pudo recuperar la visión a tiempo. Cuando el sonido de las ráfagas causadas por los movimientos del Dios inmortal del desierto llegaron a sus oídos ya había sido tomado del cuello y sentido un choque eléctrico que lo había inmovilizado para posteriormente caer inconsciente, rápidamente sin ninguna oportunidad de reaccionar se hundió en una profunda oscuridad.
...
"Joven maestro. Joven maestro". Dentro de la densa oscuridad un tenue destello iluminó un largo sendero. Una suave voz femenina pareció llamarlo desde las profundidades del mismo olvido. El actual Bai Yingzu estaba aturdido y sin pensar siguió el sendero de donde la voz femenina lo llamaba.
Al final del sendero luminoso se encontraba una puerta irradiando un luz blanca demasiado intensa. Volviendo en sí nuevamente, Bai Yingzu supo que esta era la salida del mundo del Dios inmortal del desierto para entrar al mundo de cultivo. Aquella voz femenina que llamaba no era otra que Xia Yanyu. Sin más tiempo que perder empujó la puerta para regresar.
Bai Yingzu abrió los ojos. El repentino brillo de la mañana lo cegó temporalmente provocando un poco de dolor para sus ojos.
Esperó un corto tiempo hasta que se adaptó a la luz del ambiente. Cuando sintió que estaba mejor volteó su mirada hacia una tímida Xia Yanyu. Ella bajaba tímidamente su cabeza como si hubiese hecho algo malo, esto dejó ligeramente sorprendido a Bai Yingzu quien no comprendía la razón de su extraño actuar.
Por su parte Xia Yanyu actuaba de esa manera debido a que ya se había dado cuenta de que parecía no agradarle a su actual joven maestro. Pensó en actuar con más cuidado para evitar molestarlo, ella tenía toda la intención de volver a formar una buena relación, pero Bai Yingzu parecía que la alejaría en cualquier momento que hiciera algo que le disgustara.
Esa actitud por parte de su joven maestro la hizo entrar en pánico. Y así sin siquiera actuar de forma atrevida esperó la orden de su joven maestro, sin embargo, su joven maestro no dio ni una palabra simplemente la miró en silencio. Esto provocó que el ambiente se volviera un poco tenso.
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