Las palabras del Dios inmortal del desierto le hicieron abrir los ojos con sorpresa al darse cuenta de que estaba pasando por alto algo muy importante. Realmente Bai Yingzu no había pensado tomar seriamente el entrenamiento, ni mucho menos elevarse a un nivel más allá del necesario para defenderse en un ámbito común.
A pesar de que podía ser llamado genio los pensamientos y deseos de Bai Yingzu eran demasiado simples. Cuando el Dios inmortal del desierto casi señaló sus nulas ambiciones con sus palabras anteriores, pudo entender que de cierta manera compartía similitudes con el Dios del planeta azul del norte.
Bai Yingzu solo quería vivir pacíficamente, así como seguir un camino de investigación y nuevos descubrimientos. El obtener nuevos conocimientos y almacenarlos para futuras generaciones eran parte de sus deseos, pero no tenía una proyección tan grande como alcanzar el poder más allá de lo insuperable.
Dándose cuenta de que las desgracias del Dios del planeta azul podrían también ocurrirle, entonces pensó en tomar más seriamente la búsqueda de poder. De cualquier manera el fortalecerse no lo haría desviarse de sus objetivos, sin embargo, esto implicaba dividir su tiempo de tal manera que ninguna de sus actividades se vieran entorpecidas entre ellas. Aún con eso confiaba en que podía administrar su tiempo sin problemas.
Bai Yingzu quedó en silencio por un corto momento. El Dios inmortal del desierto lo miró dándose cuenta de que sus palabras habían tenido el efecto deseado, como un último empujón dijo con una voz tranquila.
"¿Deseas obtener el poder para confrontar las desgracias que muy seguramente vendrán en el futuro?.
Tal vez estás pensando que eso no sucederá solo porque tratarás de alejarte de los problemas. Pero créeme, lo quieras o no, los evites o camines directo a ellos, las desgracias siempre estarán presentes buscando las situaciones perfectas en las que puedan aparecer".
Bai Yingzu dio un suave suspiro, mirando nuevamente a los ojos del Dios inmortal del desierto dijo. "Sé lo que estás haciendo. Puede que no sea un total experto en psicología, pero todavía sigo estando familiarizado con ese campo. Sin duda puedo darme cuenta cuando un novato en el campo de la mente quiere manipularme para hacer o pensar de otra manera.
No sé acerca de tus intenciones al intentar hacer eso conmigo, y creo que al menos no es algo que pueda dañarme, al contrario de cierta manera esto podría ser beneficioso para mí. Si estas dispuesto aceptaré tus enseñanzas, pero no te reconoceré como mi maestro".
La voz despreocupada de Bai Yingzu entró a los oídos del Dios inmortal del desierto quien sin palabras dudó por unos segundos el como responder.
"Ja, ja, ja. Tengo que reconocer tu inteligencia, eres realmente alguien interesante, ahora me quedan menos dudas del por qué estás aquí.
Te transmitiré todos mis conocimientos casi al mismo nivel que mi sucesor, pero solo serás un discípulo no oficial, algo así como un almacén de conocimiento. Pero primero tienes que aceptar dos condiciones, ya sabes lo que dicen, no hay tal cosa como un almuerzo gratis.
Mi primera condición es que no debes transmitirlo a nadie más, y muchos menos a tus descendientes. Lo que menos quiero es que mi legado termine siendo corrompido bajo el resguardo de alguna familia que lo trate como algún tipo de tesoro que deba ser transmitido de generación en generación.
La segunda condición es que estarás obligado a cumplir con un único favor que te pediré en el futuro. Pero no te preocupes no tendrás que hacer nada irrazonable, tampoco algo que pueda dañarte a ti, ni mucho menos a tus familiares o amigos.
Tomo muy seriamente mis palabras, además considero a la familia como algo realmente sagrado y estoy en contra de realizar cualquier acción que pueda dañar el vínculo familiar". Sus últimas palabras fueron dichas de forma solemne, mostrando el gran peso y la seriedad con la que lo decía.
Bai Yingzu guardó silencio mientras miraba la expresión en el rostro del Dios inmortal del desierto. No podía discernir cuánto de lo que había dicho era verdad, pero sentía que podía confiar en que cumpliría con sus palabras al pie de la letra.
Solo bastó unos pocos segundos de contemplación para decidir el curso de sus acciones, asintió firmemente y dijo. "Ya que eres sincero no tengo razones para rechazarte, acepto cada una de tus condiciones, puedes confiar en que cumpliré con todo lo acordado. Pero también tengo que decirte que si bien soy alguien de palabra, también estoy dispuesto a romper mis juramentos en caso de que llegaras a incumplir con tu parte establecida".
De esa manera ambos llegaron a un acuerdo mutuo estableciendo los límites de cada una de sus palabras. Ni Bai Yingzu ni el Dios inmortal del desierto querían lidiar con sorpresas futuras por causa de agujeros en el acuerdo. De hecho fue Bai Yingzu quien pidió rectificar y repetir el acuerdo al que llegaron, pero en caso de que él no lo hubiera pedido el Dios inmortal del desierto lo hubiera hecho, el tomar la iniciativa le dio una buena impresión acerca del carácter de Bai Yingzu.
Cuando finalmente habían terminado de establecer el acuerdo, junto a los límites y beneficios que este traería, estrecharon sus manos como dos experimentados hombres de negocios.
...
Y así el tiempo en aquella habitación transcurrió sin problemas. Al estar tan concentrado en las enseñanzas del Dios inmortal del desierto y sumando a esto que en la habitación no había ventanas que dieran una vista del exterior, Bai Yingzu perdió la noción del tiempo, no sabía cuánto habían pasado, pero estaba casi seguro de que tal vez habían sido unos cuantos años.
No se preocupó de lo que pasara en el exterior, ni tampoco en lo que ocurría en el mundo de cultivo donde se suponía se encontraba su cuerpo físico. El Dios inmortal del desierto le había explicado la disparidad del tiempo entre el mundo actual y el mundo de cultivo.
Básicamente el mundo del Dios inmortal del desierto era un espacio aislado del tiempo que corría en algún otro lado separado del mundo de cultivo. El Dios inmortal del desierto no pudo darle un número exacto, pero estimaba que el tiempo podía ir del 1,000 hasta 100,000 veces mas rápido que en el mundo de cultivo.
La apariencia infantil de Bai Yingzu no cambiaba porque su existencia se regía bajo las leyes del mundo de cultivo. Lo que significaba que si en el mundo del Dios inmortal del desierto se volvía 1,000 años más viejo, su apariencia no cambiaría porque en el mundo de cultivo solo había envejecido 10 minutos aproximadamente.
Bai Yingzu había preguntado la razón de esta disparidad de tiempo, después de todo, comprendía que quien había establecido esto era el mismo Dios inmortal del desierto. Sin embargo, esta duda no fue respondida, el Dios inmortal del desierto no tuvo la intención de responder. Bai Yingzu pensó que tal vez esto tenía algo que ver con algún tema sensible por lo que no hizo más preguntas.
Dejando a un lado todas las preguntas sin importancia, se concentró en entrenar de acuerdo con las indicaciones del Dios inmortal del desierto, y aunque casi no estaba con él porque también tenía que enseñar a su discípulo, de vez en cuando regresaba para darle nuevas instrucciones.
Pronto el Dios inmortal del desierto se dio cuenta de que Bai Yingzu parecía ser algún tipo de genio capaz de comprender sin mucho esfuerzo todo lo que le decía. Esto le provocó un grato sentimiento de felicidad. Y es que aunque él mismo y Bai Yingzu no se consideraban como maestro y discípulo todavía pudieron llegar a formar un vínculo extrañamente similar.
...
Bai Yingzu se encontraba de piernas cruzadas mientras practicaba la técnica más poderosa del Dios inmortal del desierto, ‹Gran Dominio›. Durante todo el tiempo en que había estado entrenando, falló en cada uno de sus intentos por ejecutar el Gran Dominio.
Casi todas las técnicas que había aprendido del Dios inmortal del desierto pudieron ser ejecutadas con éxito, a excepción de una sola, ese era el Gran Dominio.
Fallando una vez más en la ejecución del Gran Dominio, apretó los dientes con aún más determinación y volvió a intentarlo nuevamente. Su energía circuló como una furiosa corriente, concentrándose en cada uno de los puntos correctos tal como indicaba la técnica, la energía fluyó y lentamente comenzó a cambiar su naturaleza. La energía espiritual cambió convirtiéndose en energía de la raíz del mundo, trató de contenerla en cada parte de su cuerpo llevándola hacia los puntos establecidos.
Creyendo que esta vez lo estaba haciendo bien sus labios se curvaron en una sonrisa, pero esta sonrisa se congeló al sentir un descontrol en la energía de la raíz del mundo, debido a eso la energía perforó su cuerpo para liberarse al exterior, y aunque trató de controlarla esta solo se volvió más agresiva y le provocó más dolor obligándolo a disiparla. Bai Yingzu respiró pesadamente sintiéndose agotado.
Aún sin intención de rendirse pensó en otra manera. Había creído que esta vez lo lograría porque todo parecía ir bien. Tomando en cuenta los resultados iniciales pensó que su método actual era el camino correcto que debía seguir, solo tenía que arreglar algunos errores.
...
Después de un largo pensar y tras ponerse manos a la obra terminó de pulir algunos pequeños detalles de su método. Una vez más reunió la energía espiritual en su cuerpo y la hizo transitar a la conversión en energía de la raíz del mundo. Pero esta vez a diferencia de sus anteriores intentos abrió la entrada a su espacio mental.
Después de tanto pensar se había dado cuenta de algo, que la energía de la raíz del mundo siempre buscaría romper el equilibrio alcanzado tras la condensación en los puntos energéticos. Y entonces pensó que no era necesario mantenerla en equilibrio sino solo mantenerla en su interior.
Cuando la energía salía de su cuerpo era disipada, lo único que tenía que hacer era evitar que se combinara con el ambiente exterior. Si la energía de la raíz del mundo quería romper el equilibro podía hacerlo, Bai Yingzu la guiaría a su espacio mental para que pudiera moverse tanto como quisiera.
Poniendo en marcha su teoría permitió la entrada de la energía de la raíz del mundo dentro se su espacio mental, en cuanto ingresó dio vueltas alrededor de forma agresiva. Cayó como ráfagas de un violento cambio climático sobre los pequeños templos antiguos y edificios modernos, rompió cristales e hizo pedazos algunas puertas.
Luego cambió su objetivo hacia el gigantesco templo antiguo y el gigantesco rascacielo, pero cesó sus agresiones después de unos cuantos segundos tras darse cuenta de que ambas estructuras eran gigantes inamovibles. Como si se tratara de un niño caprichoso que se aburrió de un juguete se alejó de las estructuras y cambió de dirección hacia el aparentemente frágil jardín de gardenias.
Bai Yingzu podía ver y sentir todo lo que sucedía dentro de su espacio mental, al mirar que la energía de la raíz del mundo quería hacer destrozos en sus dos estructuras principales y al final se rindió sin lograr nada, sonrió como si estuviera mirando las inofensivas travesuras de un niño. Pero cuando se dio cuenta de su cambio de objetivo hacia su jardín de gardenias se mostró preocupado, incluso pensó en expulsar a la energía en ese instante.
Cuando estaba a punto de intervenir para porteger su jardín, todo el campo repleto de gardenias expulsó su fragante perfume a través de una densa neblina blanca. Esta neblina pudo repeler las agresivas embestidas de la energía de la raíz del mundo sin muchos problemas, aparentemente esto enfureció a la energía quien comenzó a volverse más salvaje con sus ataques, pero aún así no tuvo éxito en causar algún daño.
Después de no poder causar daños terminó por rendirse. Dando vueltas como un viento furioso que generaba remolinos, sin previo aviso se lanzó contra la aislada y aparentemente delicada ‹Flor mística de la primavera celestial›, aquella flor de cristal azul transparente la misma que había ayudado a Bai Yingzu a recuperarse de su parálisis.
En ese momento Bai Yingzu estaba preparado para expulsar a la energía de la raíz del mundo sin importar que esto le haría fallar en la ejecución del Gran Dominio. Aquella flor había sido su benefactora, sin ella muy probablemente estaría postrado en cama o inmerso en un sueño profundo por el resto de su vida. Se había prometido a sí mismo el protegerla, y él era un hombre de palabra, alguien que cumpliría sin importar nada.
Pero una vez más fue lento, antes de que hiciera cualquier movimiento la flor mística de la primavera celestial se iluminó con un tenue brillo azul y absorbió el impacto de la energía de la raíz del mundo. La energía de la raíz del mundo se agitó temerosamente como si hubiese encontrado a su depredador más letal. Sin dudar trató de huir, pero fue retenido por la densa niebla de las gardenias quienes lo empujaron de regreso al área de influencia de la flor mística de la primavera celestial.
La hermosa flor de cristal azul actuó como una esponja y absorbió cada hebra de energía, rápidamente todo el espacio mental quedó libre de la presencia de la energía de la raíz del mundo.
Boquiabierto por todo lo que había pasado Bai Yingzu se sintió demasiado sorprendido y al mismo tiempo tan inútil, en ninguno de sus intentos había sido de alguna ayuda, fue lento en todo.
Suspiró y pensó que la ejecución del Gran Dominio había sido un fracaso. Después de todo, la energía de la raíz del mundo había desaparecido de su interior, y sin ella era imposible el ejecutar la técnica.
Cuando se disponía a descansar de tantos fracasos se percató de algo que lo hizo abrir los ojos con asombro, la flor de cristal exudaba una energía de naturaleza similar a la energía de la raíz del mundo, pero que a diferencia de la anterior que se iluminaba con un brillo dorado este lo hacía con un brillo azul.
Al momento en el que la energía salió de la flor llenó el ambiente de su espacio mental. Bai Yingzu pudo sentir una conexión, esto le hacía sentir el control total sobre la nueva energía. Tomando el control se preparó para intentar ejecutar la técnica del Gran Dominio una vez más.
La energía en su cuerpo se agitó dando vueltas por todas partes, por cada rincón de su espacio mental hasta el interior de cada uno de sus órganos vitales, piel, huesos y sangre.
El exterior de su cuerpo fue rodeado por un aura azul que se entrelazaba con la energía del exterior forzando la unión en una compleja red. Sus ojos desprendían un tenue brillo azul y su aura exudaba un aire de misterio.
Su mente se volvió más clara y obtuvo una mayor capacidad de procesamiento al punto en el que podía centrar su atención en múltiples cosas al mismo tiempo sin ningún tipo de dificultad.
Podía imaginar, recordar e incluso resolver múltiples ejercicios matemáticos tan complejos como pudieran ser imaginados. Su memoria también se vio mejorada en varios niveles así como su velocidad de reacción y pensamiento.
Si antes podía decirse que su mente estaba por encima del ser humano promedio llegando al punto de un genio, ahora estaba por encima de las máquinas más potentes de su tiempo. Podría decirse que si participaba en un concurso matemático con grandes genios, estaría haciendo trampa al usar una supercomputadora como era su cerebro en estos momentos.
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