Cruzando el portón se encontraba un nuevo mundo esperando a Aran. Un lugar lleno de personitas inocentes y pequeñas divirtiéndose o durmiendo.
-Bienvenidos al jardín colores.
-Gracias. Le encargo al niño.
-Si monja. Que pase buen día
**Adiós bebé, cuídate mucho. Te amamos** dijo Nina con ojos llorosos.
**Si necesitas ayuda ya sabes que hacer, tienes el arete**
Aran inclino la cabeza como queriendo decir que si a sus padres pero sin hacerle saber a los demás que estaba hablando con alguien.
**Mira que lindo es**
**Es obvio, es nuestro hijo**
-No inclines la cabeza. Te ves mal siendo de la iglesia y haciendo eso- Dijo la miss que atendía la escuela.
-Si profesora.
El lugar estaba lleno de colores, paredes pintadas con muñecos y palabras hermosas. Las profesoras del lugar se veían amables, dedicadas y pacientes además de ser unas bellezas.
-Oh al parecer tenemos un angelito nuevo. ¿Cuál es tu nombre?
-Aran. Me llamo Aran.
-Hola Aran, es un gusto conocerte. Espero que te diviertas aquí.
De repente, muchos niños se acercaron a el. Eran niños de familias pobres y adineradas que tenían la curiosidad por conocer al compañero nuevo.
-Hola, ¿Quieres ser mi amigo?
-Hola.
Así, pareciendo una ráfaga de viento muchos niños hacian preguntas al mismo tiempo. Sus voces agudas aturdían a cualquiera.
-Vasta niños. Están espantando a su nuevo amigo. Dejen que los conozca.
Aran se encontraba asustado, el sabía leer los labios pero no sabía hacerlo con más de 10 personas y al mismo tiempo. No sabía que hacer, si alguno preguntaba algo importante no sabría que responder porque para empezar, no lo habría escuchado ni entendido.
-Un gusto conocerlos- Dijo nerviosamente Aran y temiendo a más preguntas.
-Muy bien niños. Es hora de nuestro primer juego, la maestra Marina, o sea yo, les enseñará algo nuevo.
-¡Woooo, Siiii, juego! Dijeron todos al mismo tiempo.
-¡¡¡Okay, empecemos!!! Escojan a uno de sus compañeros, el será el que los busque a ustedes por todo el lugar.
Los niños emocionados platicaban entre ellos, todos vertían opiniones sobre quién sería el mejor buscador, sin embargo, Aran no sabía que hacer, entendía poco y no sabía bien el contexto de la situación.
-Okay, yo propongo que el nuevo sea el que busque.
-Siii que buena idea.
-Me agrada mucho.
Todos llegaron a un común acuerdo y así se arregló en asunto. Aran sería el que los buscaría a todos.
Una niña tocó el brazo de Aran temiendo molestarlo, cuando el volteó, ella pudo observar que se veía asustado pues sus ojos poco a poco se iban poniendo llorosos. Con el poco o mucho tacto con el que solo los niños saben hablar le dijo.
-Te toca buscar. ¿Si quieres jugar? ¿Estas bien?
-Si, estoy bien- Dijo Aran secándose las pocas lágrimas que habían salido.
Todos comenzaron a correr para esconderse, cuando Aran por fin entendió la situación contó del 1 al 20.
-Listos o no ahí voy...
Aran buscaba por todas partes a sus compañeros, debajo de las camitas, atrás de roperos, en los juegos. No había nadie, eran muy buenos jugando, además, el estaba un poco en desventaja pues al no escuchar no sabría si algún niño se había movido o hecho un ruido que indicara donde estaba.
El día avanzo, los juegos terminaron, las actividades en general también y el grupo de niños agotados esperaban a sus padres pacientemente.
Frente al portón de la escuela cada uno de los padres llegaba a recoger a un niño, con rostros sonrientes tomaban sus cosas para irse con sus seres queridos. En la entrada de la escuela Anty y Nina esperaban por el. Con la característica magia verde deslumbrante Nina llamó la atención de Aran que al ver eso esbozo una pequeña sonrisa orgullosa llena de amor. El sabía que aquellos seres que no se parecían a ningún humano que lo rodeaba siempre estarían para el y el para ellos.
-Woow, Aran, ¿No va a venir nadie por ti? ¿Nadie te quiere?- Preguntó un niño de forma maliciosa claramente con el objetivo de hacer sentir mal a Shura.
-...
-¿Por qué no me contestas? ¡Qué grosero eres! ¿Es porque no tienes papás?-
-No... Yo soy bueno
-¡No me mires fijamente, es asqueroso! ¿Y por qué hablas raro?
<<¡Qué mocoso tan grosero! ¿Cómo se atreve a decir eso?>> Grito Anty aunque nadie pudiera escucharlo mas que Nina.
**Shura, no le hagas caso a ese niño malcriado. Tu eres bueno y nosotros te queremos mucho, somos tu padres. ¿Bien? ** Le dijo en lenguaje de señas Nina a Aran.
**Si, nos tienes a nosotros y nosotros a ti. También somos una familia, eres nuestro hijo** Le dijo Anty con una cara amorosa a Aran
Aran volvió a sonreír al ver lo que sus padres le decían, ya no se sentía triste por lo que le había dicho ese mal niño, pues sabía que a pesar de ser el único que podía ver a Anty y Nina, eso no significaba que no existieran.
Bajo un árbol la vista de un niño solitario llamaba la atención de aquellos adultos que llegaban por sus hijos. Sin embargo, eso estaba lejos de la realidad pues bajo ese árbol Aran disfrutaba pacientemente la compañía de sus padres mientras esperaba la llegada de alguna monja que lo llevara de vuelta a la iglesia.