3 años habían transcurrido, en ese tiempo la sordera de Aran no había sido impedimento para aprender bien el lenguaje de señas y hablar entrecortadamente con su voz., en este punto, los humanos lo único que pensaban era que tenia problemas de habla. El plan maestro de Anty y Nina había funcionado a la perfección, por el momento nadie sospechaba que Aran no podía escuchar.
Rosa no había dicho nada de lo sucedido en aquella ocasión, hizo caso omiso y su corazón se mantuvo firme igual que su voluntad.
**Nina, Anty, tengo hambre... ¿Hay algo de comer?**
**Si, tenemos unos panecillos que compramos a las odiosas hadas**
Fuera de la ventana que daba hacia el bosque que daba la impresión de ser pequeño estaban los 3 platicando tranquilamente.
**Pronto tendrás que ir a la escuela como los demás niños y te veremos menos así que come mucho para ser fuerte** Dijo cariñosamente Anty, su forma de hablar desde que Aran aprendió a comunicarse mejor cambió. Ahora era amable, cariñoso y firme al mismo tiempo. Es como si el ser padre lo hubiera cambiado.
**Si, yo me voy a portar bien**
En el suelo del mini patio trasero que daba hacia el bosque Aran, Anty y Nina comían relajadamente panecillos, galletas y leche. Toda la comida era de procedencia espiritual, sin embargo, a Aran le sabía tan bien como comida humana. Aunque realmente nunca había tenido comida humana decente si se le pusiera comida humana y espiritual el no podría diferenciarlas.
---------------
El día por fin había llegado, Aran se iría al jardín de niños.
Era de mañana y una de las monjas había llevado ropa para Aran. La monja era una de las tantas que se pasaba de vez en cuando a ver si el niño seguía con vida. Su caminar era apresurado y en su rostro se mostraba la molestia que le causaba cuidar de Shura. Aunque eso no era ni cercano al significado de cuidar, para ella era simplemente molesto. Con un suspiro pesado entro a la recamara oscura que no había cambiado en absoluto durante todo ese tiempo.
-Te traje ropa Aran, cámbiate para que la monja Rosa te acompañe al jardín de niños. Sera mejor que te apresures, no quieres que la Sacerdotisa se entere que desperdicias nuestro tiempo ¿Cierto?
-Si monja, ya voy.
Aran agarro las ropas andrajosas que le había dado la monja y se las colocó como pudo. Las prendas que usaba siempre provenían de las donaciones que la Sacerdotisa pedía por lo que las ropas eran viejas, con agujeros, desgastadas o decoloradas. Sin embargo, para fortuna de unos y desgracia de Shura, el no sabía que la ropa que usaba era descrita como "ropa de pordioseros".
Cuando terminó de cambiarse se sentó a esperar a Rosa, la monja que lo llevaría al jardín.
De repente, Anty y Nina aparecieron frente a el.
**¡Pequeño! UFF llegamos a tiempo. Anty y yo fuimos por algo al bosque. Es un regalo por tu primer día de escuela**
** ¡¿Qué es?!**
De las manos de Anty surgió un pequeño arete de oro con pequeñas incrustaciones de zafiros. La belleza de aquel accesorio esa inmensa, tanto así que cualquiera que lo viera mataría por tenerlo.
**Toma, es un arete que hicimos ambos para ti, es muy especial y nadie mas puede verlo mas que tu. No se lo enseñes a nadie mas porque no podrán verlo, podrían mirarte raro. Cuando estés en peligro o menciones nuestro nombre podremos saber que llamas por nosotros e iremos por ti.**
**Gracias papis. Los quiero mucho** Mencionó Aran con sus manos
Luego de colocarle el arete en la oreja de Aran, Anty y Nina se sentaron a su lado. Segundos después Rosa llegó para llevarse al niño.
-Hola Aran, es hora de irnos.
-Si Rosa.
De camino al jardín de niños Aran y Rosa miraban los puestos que se ponían alrededor del pueblo, los puestos de comida, ropa, accesorios, etc.
Cuando llegaron a la puerta de la guardería Anty y Nina se pusieron sentimentales.
**Mi bebé, cuidate mucho**
**Te queremos, no te olvides del arete** Dijeron Nina y Anty a Aran en lenguaje de señas.
-¿Qué observas tanto?
-Nada, el cielo esta bonito hoy- Dijo Aran entrecortadamente recordando que nunca podría revelar la identidad de sus papás.
-Bien, se buen niño. Cuando salgas vendrá otra monja por ti.
-Esta bien.
De esa manera el primer día de escuela de Aran había iniciado.