Alan mostraba un rostro sorprendido con cada uno de los estados de los héroes. Kuro no pudo leer los de sus compañeros, pero seguramente era similar al suyo, ¿cierto?
Lo más extraño seguramente era su atributo, Tinieblas, que no era de los comunes que mencionó Alan. Además de esto, su habilidad Autoridad de Rey no tuvo ninguna mención, aunque quizás la Bendición Divina le otorgaba habilidades como esa.
Pasaron varios minutos donde Alan explicaba a los demás héroes nuevamente sobre el Índice y Rango de Divinación, y el nivel. Incluso Kuro tenía dudas, pero seguramente se les aclararían con práctica.
-Muy bien Kuro, déjeme ver que tenemos por aquí...
Alan comenzó a leer su estado poco impresionado, hasta que...
-¿¡Índice de 95!? Ahem... -calmó un poco su sorpresa -no has tenido ninguna experiencia en combate y casi llegas al Rango D. Tus compañeros apenas van por 30...
-Hablando de eso, ¿cuál es el promedio? -preguntó Kuro.
-Un adulto normal suele tener entre 10 y 15, y los demonios de esta edad suelen poseer alrededor de 45. Subir más allá de los 400 podría tomar una o dos décadas, pero la Bendición Divina de ustedes les permitirá subir de forma explosiva.
A medida que explicaba iba leyendo el estado de Kuro, y a pesar de que su atributo no era común, tampoco era algo super sorprendente.
Sin embargo, fue la habilidad la que tomó completamente desprevenido a Alan, haciendo que se ahogara con su propia saliva.
-Vete. -dijo Alan tras unos segundos.
-¿Qué?
-Lárgate. -miraba fijamente a Kuro a sus ojos.
-Hey hey, ¿qué está pasando aquí? -intervino Kenta al notar la agresividad de Alan.
Sin embargo, este tomó la espada que cargaba en su cintura con ambas manos, apuntándola directamente a Kuro.
-Sal de este lugar en estos momentos si no quieres que te elimine aquí y ahora, escoria traidora. -expresó con gran enojo en sus palabras.
Kuro, sin tener oportunidad siquiera a defenderse, y sin la más mínima explicación, comenzó a caminar hacia la salida. No podía defenderse contra una persona mucho más fuerte que él... al menos había recibido información antes de ser expulsado sin razón alguna.
"¿Qué cosa es esta habilidad como para que me expulsaran...?" se preguntaba Kuro.
-¡CORRE! -gritó aún más enojado Alan, y Kuro comenzó a correr de miedo.
En unos segundos logró salir del coliseo, y aunque no sabía para dónde ir continuó corriendo hacia al frente. El coliseo estaba bastante lejos de la capital donde había sido invocado, así que estuvo corriendo unos buenos diez a veinte minutos.
Recibiendo miradas raras, respiraba pesadamente mientras intentaba recuperar su compostura.
Ya estaba en la capital del Imperio Dimane, y a lo lejos pudo visualizar el castillo donde estuvo la mitad del tiempo que llevaba en ese mundo. Kuro sabía que tarde o temprano caminaría solo por estas calles pero realmente no pensó que sería tan rápido.
Su pasar fue algo inoportuno, aunque pudo hacerse una idea de la tecnología del Imperio Humano, y atribuye la misma a la Era Medieval de la Tierra.
A pesar de que hay magia, y esto ha impulsado a crear cosas maravillosas, tales como las Runas de Teletransporte, muy pocos están pendientes a la ciencia e ingeniería, puesto que esta sociedad está mayormente basada a sobrevivir y volverse lo suficientemente fuerte como para poder luchar en términos iguales contra las demás razas.
Por ende, la calle principal apenas estaba hecha de ladrillos de piedra, mientras que las casas, edificios, y negocios fueron construidos con madera y con ladrillos.
Había un gran volumen de personas transitando la zona, ya fueran adultos, niños, o familias, en fin, se veía como un lugar próspero...
"Necesito meterme en peleas o algo así para subir mi fuerza... ¡oh! ¿Hay un Gremio o algo por el estilo?"
Con ganas revitalizadas, Kuro escaneó los edificios que rodeaban la calle con su vista. Y así continuó, yendo de calle en calle emocionado por la posible existencia de un Gremio.
30 minutos más tarde, Kuro seguía buscando, ya estando exhausto, con hambre, y con sueño. Había visto 700 posadas, pero no había indicios de que existiera un Gremio.
-¡Hah! Con estas orejas de goblin podré comprarme todo lo que quiera. -diría una voz de entre el gentío.
-¡Así es! ¡Por eso eres el gran Leo-sama! -la acompañó otra voz.
Entonces Kuro se percató de que esta era su oportunidad, así que, como el par seguía siendo ruidoso, el chico los seguiría al sospechar que irían al Gremio.
-¿En serio tenía que ser la única calle que no revisé...? Ah... olvídalo. -decepcionado con la conclusión, el chico observó el Gremio con emoción.
Era un edificio mucho más grande que los demás, rebasando los cinco pisos de altura. Sin contar el castillo, era el edificio de mayor tamaño, cosa que extrañó a Kuro ya que este no lo había visto desde el castillo, aunque seguro era su memoria fallando.
Se acercó a la puerta con intenciones de abrirla, pero el ladrillo donde estaba parado brilló de azul, y la puerta se abrió de forma automática.
-Huh... puertas que se abren con Runas...
El interior del primer piso estaba un poco vacío. Solo habían cinco filas de personas, que llevaban hacia cinco empleados del Gremio. El lugar parecía sacado de un banco, solo que no había cristal que separara al empleado del cliente, solo un pequeño muro de madera que servía de mesa.
Luego de que la fila donde estaba Kuro acabara, llegaría a estar frente a la empleada que estaba por atenderlo.
-Buenas... me preguntaba que debo hacer para unirme al Gremio. -explicó Kuro.
-Ah... -suspiró, seguro le preguntaban esto miles de veces al día -Mire, no voy a perder mi tiempo. ¿Cuál es su Índice de Divinación? -preguntó la joven.
Kuro buscaría en su bolsillo por la Runa de Estado.
-Espere un segundo...
Buscó en su segundo bolsillo... y nada. ¿Acaso la había perdido? Luego de revisar par de veces no encontró ni rastro de ella.
"Quizás es obra de Alan..." pensó aunque la mención de ese nombre le trajo un recuerdo de algo que dijo.
Recordó que el Estado se podía ver sin Runa, pero que era complicado. Sin embargo, podía intentarlo sin perder nada.
La habilidad que obtuvo al hacer el hechizo de fuego, Manipulación Mágica Básica, le daba mejor control sobre las partículas de maná, permitiendo que las controlara sin cerrar sus ojos, aunque seguía siendo complicado imaginar lo que deseaba que hicieran.
Extendió un poco su mano e imaginó como el maná del ambiente se concentraba allí, y como tomaba una forma rectangular. Entonces manipuló partículas más finas que comenzarían a juntarse para escribir en la superficie de dicho rectángulo.
Nueva Habilidad Adquirida
Visualización de Estado
Habiendo logrado lo que deseaba hacer, se concentró para solamente mostrar su nivel y su Índice de Divinación, aunque no sabía si esto sería posible.
~ Estado ~
Kuro
Lv. 1
Índice de Divinación:
D (107)
~ ~ ~
¿Ya había subido a D? Aunque extraño, el chico había corrido durante mucho tiempo, y además, había aprendido un poco del mundo, así que subir doce puntos no era la gran cosa.
Por otro lado, luego de mostrarle su estado a la joven que lo estaba atendiendo...
-¿Cuál es la Runa de Estado que está utilizando? -preguntó la misma.
-Ninguna.
-¿Cómo que ninguna? No mienta, ninguna persona de nivel dos puede ver su Estado sin una runa, ¿y se supone que crea que un nivel uno Rango D puede? -preguntó con un rostro de disgusto.
-Pues... no sé que contestar, no tengo ninguna Runa, puede revisar. -respondió Kuro ante las declaraciones.
La joven se levantó de su asiento, y se pondría unos lentes que estaban en la mesa, acomodando los mismos y viendo de reojo al chico.
El Gremio entero estaba algo interesado en la situación, así que Kuro se sentía un poco incómodo al estar siendo inspeccionado con la vista de aquella chica.
Tras unos segundos, esta regresaría a su asiento, y tras estar en silencio unos momentos, intentó alcanzar algo que se encontraba en el suelo.
Varios segundos extras pasaron, y detrás de la chica una pequeña esfera blanca se formaría, y en un abrir y cerrar de ojos la misma se expandió en un instante.
Sin embargo, solo creó un círculo de dos dimensiones, cuyo interior parecía tener un remolino entre el blanco y el negro. De la nada, de aquella brecha salió un hombre algo mayor, teniendo el cabello blanco y vistiendo con ropajes extensos del mismo color.
A pesar de que se notaba que tenía bastante edad, su rostro no mostraba muchas arrugas, por lo que parecía estar en sus cuarenta, a pesar de que otros factores indicaban que rebasaba los sesenta.
-¿Llamaste? -habló con un tono comandante. Su voz era firme y gruesa, como si se tratara de un gigante de dos metros super musculoso.
-Mira. -respondió la chica, apuntando a Kuro y a su estado.
-Hmmm... no está usando una Runa... ¿qué tiene? -habló el hombre.
-Analiza su Índice. -respondió tras aquel comentario.
El hombre entonces se quedaría pensando mientras miraba a Kuro. A pesar de tener la ventana del Estado frente a él, parece que tenía otra forma para ver el Índice de Divinación. ¿Acaso era posible ocultar la fuerza verdadera en el Estado?
-¿Para qué viniste, joven?
-Quiero inscribirme. -respondió Kuro. Al fin había progreso, pensó.
-Venga conmigo.
Tras decir esto, otro de los portales fue creado detrás del hombre, por el cual este entraría, y sin ganas de seguir aguantando tantos ojos, el chico entraría al mismo, cerrándose a sus espaldas.
-Okay... ¡siguiente! -gritó la chica, reanudando las labores en el lugar.