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Chapter 5 - 5. Al borde de la muerte

Jaume se despertó, había llegado el momento se hacer suya a la humana. Se levantó de la cama y bajo al piso de debajo de un salto. La humana no estaba en el sofá, ni se le veía por ningún lado, así que debía de estar en el cuarto de baño. La espero un rato sentado en el sofá, pasaban los minutos y la humana no aparecía, tampoco la escuchaba hacer ningún ruido y eso le extrañó mucho. Se acercó a la puerta y llamó varias veces, pero no obtuvo respuesta.

— Andrea ¿Estas bien?— Preguntó Jaume pero nadie le respondió.

Era muy extraño que no le respondiera, además estaba seguro de que la humana estaba dentro del baño porque la podía oler desde el salón, así que no se lo pensó mucho, le dio un fuerte golpe a la puerta y la abrió. Se encontró a la humana tumbada en el suelo, estaba inconsciente, apenas respiraba y su pulso era débil, algo malo le ocurría pero no sabía que hacer. Intentó despertarla pero no lo logró, así que la cogió en brazos e hizo lo único que se le ocurrió, llevarla a casa de alguien experto en humanos y esa era la casa de su hermano Marcus.

En menos de un minuto Jaume se encontraba llamando a la puerta de Marcus, le abrieron la puerta y entró en la casa.

— ¿Qué ocurre hermano?— preguntó Marcus— ¿Qué le ha pasado a la humana?

— No lo sé, esperaba que tú me lo dijeras. Me la he encontrado tirada en el suelo ya inconsciente…

— ¡Andrea! ¡Andrea despierta!— Era Sofía intentando despertarla— ¿Qué le has hecho? ¡Malnacido!

— Sofía contrólate por favor, no le ha hecho nada…

— Yo lo le he hecho nada ¡Ya os he dicho que me la he encontrado así!

— ¡Mientes! ¡Mentiroso!— gritó Sofía enfurecida.

Marcus intentó calmarla abrazándola y acariciándole el pelo. Jaume no se creía lo que estaba viendo. Jamás se hubiera imaginado que su hermano tratara con cariño a una humana, ni mucho menos que permitiera que una humana gritase a otro vampiro. Su hermano estaba irreconocible, algo le había hecho aquella humana llamada Sofía que lo había cambiado por completo.

— Túmbala en el sofá hermano y la observaré a ver si descubro que le ocurre— le sugirió Marcus.

Jaume la tumbó en el sofá y Marcus la exploró con ayuda de Sofía. No tenía signos de violencia, solo una pequeña contusión en la cabeza, seguramente producida por la caída.

— A simple vista no veo nada raro…

— ¿Puede que haya comido algo que le haya podido sentar mal?— preguntó Sofía.

— No lo creo… aunque está muy delgada y pálida— dijo Marcus—. Hermano ¿Come bien la humana?

En ese momento, Jaume se quedó de piedra. En todos esos días que la humana llevaba viviendo con él, no se le había ocurrido pensar que la humana necesitase comida para sobrevivir y ella, tampoco le había dicho nada.

— Hermano ¿Qué ocurre?— insistió Marcus— ¿Qué ha comido últimamente?

— Nada…— dijo Jaume negando con la cabeza y poniéndose las manos en la cabeza—. No le he dado nada de comer en todos estos días, no se me ocurrió que ella tenía que comer.

— ¡Estas loco! — gritó Marcus a la vez que se llevaba las manos a la cabeza— ¡No está muerta de milagro! ¿Cómo se te ocurre dejarla sin comer?

Jaume estaba muy asustado pensando que la humana se iba a morir, le temblaba todo el cuerpo sólo de pensarlo, no quería que ella muriera, no podía evitarlo, se sentía muy culpable por todo lo que estaba pasando. Se quedó con ella todo el día y la noche, la alimentaban e hidrataban por medio de una sonda y él no se separaba de ella ni un segundo.

— No te preocupes hermano, la alimentaremos y cuidaremos hasta que se ponga bien— le dijo Marcus que veía como su hermano estaba agotado—. Vete a casa a descansar, la dejas en buenas manos.

— Esta bien, mañana cuando oscurezca volveré, mantenme informado de cualquier cambio.

— Descansa hermano, hasta mañana.

Jaume se fue a casa a descansar, aunque apenas pudo dormir. No dejaba de darle vueltas a como había sido tan bruto de no haberle dado comida a la humana, hasta un tonto sabe que los humanos tienen que alimentarse. Tampoco entendía como la humana había estado tantos días sin comer y había sido incapaz de decirle nada, podía haberle avisado de que necesitaba comer, si lo hubiera hecho nada de eso hubiera pasado. Jaume quería culparla a ella aunque en el fondo, sabia que el único culpable era él.

Cuando por fin consiguió dormirse y llevaba unas pocas horas dormido, unos golpes en su puerta lo despertaron. Bajó de un salto y abrió la puerta, era su hermano Marcus quien lo llamaba.

— Hermano, la humana se ha despertado. Pero está muy débil, tardará unos días en ponerse bien…

— Vale, voy ahora mismo a verla.

— No creo que sea una buena idea…

— ¿Qué estás diciendo?— preguntó Jaume ya enfadándose— ¿Por qué no puedo ir a verla?

— Porque está muy débil y… te tiene miedo.

— ¿Qué me tiene miedo?— Preguntó Jaume desconcertado—. Si no le he hecho nada, no le he tocado ni un pelo ¿Por qué me teme?

— No lo sé hermano, pero Sofía me ha dicho que será mejor que se quede con nosotros unos días…

— ¿Desde cuándo haces lo que te dice una humana? ¿Acaso es ella la que manda?— dijo Jaume un poco alterado—. No te reconozco, hermano. No pensaba que fueras de los que se dejan mangonear y menos por una humana…

Marcus no dijo nada, las palabras de su hermano le habían caído como un cubo de agua fría, quizás porque sabía que tenía razón. Jaume no estaba de acuerdo con lo que le había propuesto Marcus y estaba enfurecido. Se había portado bien con ella, a pesar del fallo con la comida, se le había olvidado darle de comer pero no lo había hecho adrede. No entendía por qué la humana no quería verlo, eso le dolía. En ese momento, pensó que daba igual lo que la humana pensará o dijera, al ser de su propiedad, tendría que acatar lo que él le ordené.

Jaume salió corriendo de su casa y no paró hasta llegar a la casa de su hermano. Llamó a la puerta bruscamente pero nadie le abrió. Llegó Marcus seguidamente, había seguido a su hermano para vigilar que no cometiera ninguna estupidez, ya que lo había visto salir muy enfadado.

— ¡Ábreme la puerta, Marcus!

— Pero Jaume, quizás deberías calmarte primero, no vayas a hacer algo de lo que luego te arrepientas…

— ¡Eso no es asunto tuyo!— dijo Jaume enfurecido—. No sé qué es lo que te ha hecho esa humana para haberte ablandado de esa manera, pero yo no voy a permitir que hagan lo mismo conmigo…

— Tienes razón hermano, no sé cómo he podido llegar a esto…— dijo Marcus quien parecía haber abierto los ojos—. A partir de ahora las cosas van a cambiar entre esa humana y yo, ella tendrá su lugar como esclava y yo el mío como su dueño, así debe ser.

Marcus sacó la llave y abrió la puerta de su casa. Ambos entraron adentro, Marcus cogió a Sofía violentamente del brazo y se la llevó al dormitorio y Jaume cogió a Andrea, ella no quería irse con él, pero él le hizo caso omiso, la cogió en brazos y se la llevó a su casa.