Andrea estaba agotada, llevaba un buen rato sin parar de correr por el bosque, intentaba encontrar indicios de vida humana por aquel paraje pero solo hallaba árboles y plantas a su paso. No sabía dónde se encontraba ni lo grande que era aquel bosque, tampoco sabía si iba por el buen camino o si solo corría en círculos; le era muy difícil orientarse.
De repente, avistó a lo lejos algo que parecía una casa, Andrea sintió un gran alivio, pensó que ya estaba salvada, que habría encontrado a alguien que le ayudara. Se acercó al lugar corriendo todo lo que podía, tenía que agarrarse a los árboles para no caer al suelo ya que aún se sentía algo mareada por culpa de la droga que había bebido en la ceremonia. Conforme se acercaba al lugar se dio cuenta de que no había una sola casa, sino que había varias, era una especie de pueblo. Estaba casi en la entrada de aquel poblado cuando se percató de que ese lugar ya lo conocía y daba la casualidad de que era, ni más ni menos, que el pueblo de los vampiros del que había escapado anteriormente. Cuando se percató de donde se encontraba se sintió muy estúpida, ya que ese era el último lugar en el que quería estar y justamente era allí al sitio al que había ido a parar.
No quería que la viera ningún vampiro así que se dio la vuelta, se disponía a alejarse de aquel lugar lo más rápido que su estado le permitiera y entonces, lo vio. A lo lejos vio la silueta de una persona, era un chico joven de pelo corto que vestía de negro, era un vampiro al que ella conocía bien, se trataba de Jaume. Andrea se quedó en shock, en ese momento no sabia que hacer ni decir, estaba asustada, no sabía lo que Jaume le iba a hacer. Jaume se acercó más hacia donde estaba ella y se quedó parado a unos pocos metros de donde ella se encontraba, entonces la miró y sonrió de una manera maliciosa.
— Corre— le dijo Jaume con un tono calmado.
Andrea no se esperaba aquella reacción por parte de Jaume, no sabia si lo decía enserio ni si era lo mejor hacerle caso, pero estaba tan asustada qué se puso a correr; lo único que quería en ese momento era alejarse de Jaume y esconderse en el bosque, aunque sería muy difícil que él no la pudiera alcanzar ya que era mucho más veloz que ella.
Corrió todo lo que pudo, de vez en cuando miraba hacia atrás pero no veía a Jaume. Cuando no pudo más paró a descansar; miro en todas las direcciones a ver si el vampiro le había seguido pero no estaba. Aunque ella no confiaba en que la hubiera dejado ir así como así, seguro que se encontraba cerca escondido al acecho.
— ¿Ya te has cansado?— preguntó Jaume, quien debía de estar muy cerca—. No pensaba que fueras a rendirte tan pronto…
Andrea lo vio acercarse de entre los árboles y ella volvió a echar a correr en la dirección contraria. Se escondió detrás de un gran árbol para intentar avistar a Jaume desde allí pero no lo veía por ningún lado. Había una rama del árbol en el suelo y la cogió para defenderse. Entonces, Jaume saltó al suelo desde lo alto del árbol y se quedó justo detrás de ella.
— Eres demasiado predecible…—se burló Jaume.
Andrea se asustó cuando se dio cuenta de que Jaume estaba detrás de ella, así que se giró a la vez que le golpeaba la cabeza con la rama del árbol. Él cayó al suelo y la rama se partió; ella aprovechó para volver a escapar. Siguió corriendo un buen rato hasta que encontró un coche que había en medio del bosque. No había nadie cerca y el coche se veía oxidado, como si llevara tiempo allí, parecía estar abandonado. Había cristales del coche rotos esparcidos por el suelo y Andrea cogió un gran trozo; se rasgó un trozo del vestido para envolver parte del cristal para poder sujetarlo sin cortarse. En ese instante, oyó unos pasos que se acercaban detrás de ella y se giró lentamente.
— ¿Qué vas a hacer con eso?— preguntó Jaume mientras se acercaba lentamente a ella—. ¿Vas a volver a intentar matarme?
— ¡No te acerques más!— le gritó Andrea de manera amenazante—. Si no te alejas lo usaré contra ti y esta vez no fallaré…
— ¡No me hagas reír humana!
— ¡Me llamo Andrea!— vociferó enfadada—. ¡No te acerques "chupasangre"!
— ¿Cómo me has llamado?— Jaume estaba sorprendido—. Al parecer te ha afectado pasar tiempo con esos perros, ya se te han pegado expresiones suyas. Yo pensaba que lo único que se te había pegado era la lengua del hijo de Nero…
Andrea se ruborizó al oír esas palabras. En el fondo tenía la esperanza de que eso no hubiera ocurrido realmente, sino que hubiera sido todo alucinaciones por la droga. Recordó haber imaginado que se besaba con Jaume cuando en realidad besaba a Noé, eso la hizo ruborizarse aún más. Lo que le extrañó fue que Jaume lo supiera, no sabía si se lo habían dicho o si lo habría visto con sus propios ojos.
— ¿Cómo… cómo sabes eso?
— Lo sé porque lo he visto todo, Nero se ha encargado de que Marcus y yo viéramos todo el espectáculo…— dijo Jaume, quien parecía molesto— ¿En serio ibas a unirte a su manada y a procrear lobitos para el resto de tu vida?
— Yo…— Andrea estaba sorprendida, no sabía que decir—. Era unirme a su manada o dejar que me asesinara un vampiro, no tenia mucho donde elegir…
— ¿Ser asesinada por mí?— vociferó Jaume y seguidamente le dio la risa—. Te recuerdo que fuiste tú quién intentó matarme a mí…
— ¡No me dejaste otra opción! Ibas a atacarme, pero no pretendía matarte…
— ¡No quiero oír escusas! Solo quieres intentar convencerme, pero no te va a funcionar— le dijo Jaume, que estaba molestó con Andrea—. ¡Ahora corre!
— ¿Por qué quieres que corra?
— ¡He dicho que corras! ¿No me has entendido, humana? Sería muy aburrido si me lo pones tan fácil…
— ¿Esto es alguna clase de juego para ti? ¿Te divierte o excita perseguir y asustar a la gente?— preguntó Andrea enfadada —. Disfrutas haciéndolo aunque sabes que me haces sufrir…¡Eres detestable!
Tras aquellas palabras, Jaume se acercó más hacia ella. Andrea estaba segura de que le iba a hacer daño, así que cuando lo tuvo cerca le intentó clavar el cristal en el pecho a Jaume, pero falló, ya que él le agarró de las muñecas y le quitó el cristal. La empujó hasta poner su espalda contra el tronco de un gran árbol que había cerca y le puso el trozo de cristal en el cuello.
Andrea estaba aterrada, tenía a Jaume demasiado cerca y le amenazaba con clavarle el cristal, notaba el frío y punzante cristal en su cuello y no pudo evitar ponerse a temblar de miedo. Andrea noto que se le llenaban los ojos de lágrimas y miró hacia arriba suplicando en silencio que ese no fuera su final.
Jaume suspiro y le quitó el cristal del cuello y, seguidamente, lo lanzó lejos de donde ambos se encontraban. Pero se quedó parado muy cerca de ella, sujetándole un brazo con su mano para mantenerla inmóvil contra aquel árbol.
— ¿De verdad crees que si quisiera matarte necesitaría usar eso para hacerlo?— le preguntó Jaume en un susurro.
— Entonces, ¿qué es lo que quieres?— le pregunto Andrea mirando hacia un lado para no mirarle a la cara—. ¿Por qué me persigues?
— Quiero que me respetes y que no te vuelvas a escapar— le dijo Jaume—. Ya has visto que no puedes escapar de mi y la próxima vez no seré tan compasivo…
— No voy a dejar de intentar escapar, prefiero morir que vivir en esa casa contigo— le dijo Andrea, quien había encontrado el valor para decirle esas palabras a Jaume mirándole a los ojos—. Tendrás que dejarme libre o matarme, pero no voy a volver contigo, quiero estar lo más lejos posible de ti…
Jaume se acercó más a ella hasta que sus cuerpos se rozaron. Andrea empezó a sentir algo de calor y un cosquilleo en sus partes intimas, tener a Jaume tan cerca le excitaba. Jaume se acercó hasta que sus labios se rozaron con una oreja de Andrea para susurrarle algo al oído.
— ¿No quieres estar cerca de mi porque me detestas o en realidad es porque te excitas demasiado?— le susurró Jaume al oído— ¿Crees que no noto como sube tu temperatura corporal y como se acelera tu corazón cuando me acerco a ti?
— Eso es por la droga, si no te aseguro que no sentiría nada ahora mismo — dijo Andrea muy avergonzada y prosiguió intentando herir el ego de Jaume—. En cambio, Noé si que me ha excitado de verdad, él si que es un hombre atractivo, con esos músculos y cuerpo tan duro y caliente…
Jaume sintió unos celos desproporcionados al escuchar las palabras de Andrea y la comenzó a besar en los labios de una manera muy intensa. Ella quería apartarse pero no pudo hacerlo, ya que su cuerpo le pedía que correspondiera a los besos de Jaume; besos que tanto anhelaba y que le hacían sentir un gran cosquilleo que le recorría todo el cuerpo. Andrea le devolvía aquellos besos con la misma intensidad que se los daba Jaume. Él le soltó la mano y la agarró por la cintura para así juntar sus caderas con las suyas para sentir su sexo rozándose con el suyo, mientras seguía besándola de una manera tan intensa que parecía que estaba sediento de sus labios. Jaume introdujo su mano dentro de la parte de arriba del vestido de Andrea y comenzó a tocarle los senos, le excitaba notar como sus pezones se ponían duros al acariciarlos con la yema de sus dedos y hacer a Andrea gemir de placer. Ella desabrochó los botones del pantalón de Jaume y se dispuso a introducir su mano dentro del pantalón, pero él se lo impidió retirando su mano y apartándose de ella de una manera un poco brusca.
Andrea se quedó muy extrañada por el comportamiento tan repentino de Jaume, se le veía un tanto avergonzado y confundido. Entonces él se acercó a Andrea, acercó su rostro al suyo y le echó el aliento. Andrea no entendía nada hasta que enseguida comenzó sentir un gran sueño, se le comenzaron a cerrar los ojos y sus piernas comenzaron a fallarle; estuvo apunto de caer al suelo pero Jaume la cogió entre sus brazos y la llevó corriendo a su casa, la llevaba devuelta al pueblo de los vampiros.