Marcus se despertó, aún era de día así que podía dormir un poco más, pero se dio cuenta de que Sofía no estaba a su lado en la cama. Se imaginaba que aún seguía enfadada por lo ocurrido la noche anterior. Las palabras de su hermano le habían hecho pensar que Sofía lo estaba ablandando, así que para sentirse más hombre había castigado a Sofía aquella noche y la había hecho suya a la fuerza. No pudo evitar sentirse horrible por lo que había hecho, quería pedirle perdón a Sofía de una manera especial así que le preparó una deliciosa comida para humanos. Fue a buscarla a la habitación de invitados pero tampoco estaba. La buscó por toda la casa pero no la encontró, Sofía había escapado. Marcus no podía esperar a que se hiciera de noche para ir a buscarla, así que salió corriendo hacia casa de su hermano Jaume, a ver si con suerte estaba Sofía allí o, al menos, que él le ayudara a buscarla.
Marcus fue corriendo a casa de su hermano Jaume, por el camino le dio el sol en gran parte de su cuerpo y su piel se puso roja y le salieron algunas ampollas, ya que los vampiros no pueden exponerse durante mucho tiempo al sol, sino su piel empieza a quemarse poco a poco hasta que terminan convirtiéndose en ceniza. Al llegar, le extrañó ver la puerta de la casa de Jaume abierta y entró sin pensarlo. Se encontró a su hermano herido en el suelo, estaba inconsciente y tenía una gran herida de la que brotaba mucha sangre. Asustado se acercó a ver si aún seguía vivo y, al darse cuenta de que aún respiraba fue corriendo a la nevera a por varias bolsas de sangre. Al principio Jaume estaba inconsciente, pero en cuanto notó la sangre en sus labios empezó a beber desesperadamente. Tras beberse dos bolsas de sangre, ya casi estaba recuperado por completo y su herida ya había sanado.
— ¿Qué te ha ocurrido hermano?— le preguntó Marcus.
— La humana me atacó con una botella… bueno, en realidad yo le ataqué a ella— aclaró Jaume— ella se asustó y se defendió y seguro que ha escapado.
— Sofía también se ha ido… ¡Tenemos que ir a buscarlas!— le dijo Marcus—. En cuanto se esconda el sol iremos a buscarlas, con suerte estarán pérdidas por el bosque…
— Si no las han encontrado ellos primero…
— ¡Que no se atrevan a tocarlas esos chuchos!— gritó Marcus enfadado a la par que preocupado—. Si las han encontrado ellos, como les hagan algo, te juro que los mataré a todos…
Cuando comenzó a anochecer, Jaume y Marcus salieron al bosque a toda velocidad a buscar a Andrea y Sofía. Los vampiros tienen los sentidos mucho más desarrollados que los humanos, así que encontraron el rastro de las chicas enseguida. Conforme avanzaban por el bosque, comenzaron a notar que su rastro se mezclaba con el de varios licántropos, sus sospechas eran ciertas, Andrea y Sofía estaban en el poblado de los hombres lobo.
— Lo imaginaba, estaba convencido de que las habrían encontrado— se lamentó Jaume—. Esos lobos siempre están al acecho por el bosque y no dejarían escapar a dos hermosas humanas, con la escasez de mujeres que tienen en su aldea…
— Seguro que querrán convertirlas, tenemos que ir e impedírselo antes de que sea tarde…
Los dos estaban de acuerdo en que tenían que ir a salvar a las chicas, así que aunque iban los dos solos decidieron ir al poblado licántropo a buscarlas, intentarían no ser vistos, pero los sentidos de los hombres lobo están prácticamente tan desarrollados como los de los vampiros, sería muy difícil engañarlos.
Jaume y Marcos llegaron a la aldea de los hombres lobo. Fueron a través de los árboles, saltando de uno a otro, así sería más difícil que los pudieran localizar. Estaba todo bastante tranquilo, solo se veía a unas pocas mujeres recogiendo y limpiando lo que parecía haber sido una gran celebración. Esperaron hasta que las mujeres terminarán y volvieran a sus cabañas para salir de su escondite y buscar a las chicas. Cuando ya no había nadie, bajaron del árbol donde estaban escondidos y fueron rodeando las cabañas de madera hasta dar con el rastro de Andrea y Sofía pero, justo cuando consiguieron localizar su cabaña, fueron sorprendidos por varios miembros de la manada, entre ellos su líder, Nero. Los licántropos los rodearon de tal manera que no tenían como escapar, sólo tenían dos opciones, rendirse o luchar contra todos aquellos hombres lobo.
A pesar de la clara desventaja de Marcus y Jaume frente a la manada, no se quedaron de brazos cruzados. Se abalanzaron sobre varios miembros de la manada, a lo que estos respondieron convirtiéndose en lobos y atacando a los vampiros sin piedad. Como era de esperar, finalmente Marcus y Jaume fueron vencidos y sometidos por los lobos. Nero mandó que los ataran y se los llevaron a una de las cabañas, les iba a ser muy difícil poder salir de allí con vida.
Los encerraron en una cabaña y los sentaron en dos sillas, a las que les ataron de los brazos y los pies con unas cadenas. Nero se acercó a ellos, se le veía muy satisfecho con una sonrisa triunfante.
— Vaya, vaya ¿Qué tenemos aquí? Si son los hijos de los señores de los vampiros ¿Cómo están Bruno y Tania?— les dijo en tono de burla.
— ¡Suéltanos estúpido!— le exigió Jaume— ¡Cuando nuestros padres se enteren de esto te vas arrepentir! Al retenernos en contra de nuestra voluntad estás incumpliendo el tratado…
— ¡Los vampiros lleváis años incumpliéndolo!— vociferó Nero— Intuíamos que seguíais haciendo de las vuestras con los humanos, pero ahora nos lo han confirmado dos jovencitas preciosas por cierto…
— ¡No te atrevas a tocar a Sofía! —gritó Marcus enfurecido— ¡Te mataré Nero! ¿Me oyes? ¡Como las toquéis os mataré a todos!
— No me hagas reír, no estáis en condiciones de amenazar ni exigir nada ¿No te parece?— le dijo Nero a Marcus a la vez que se acercaba a él y le agarró del pelo con fuerza colocando su cabeza hacia atrás para susurrarle algo al oído—. Esas chicas van a pasar la ceremonia y convertirse y mis chicos y yo las vamos a disfrutar un montón, no te preocupes que estarás en primera fila viendo el espectáculo…
Marcus se puso a gritar como un loco, mientras Nemo se fue riéndose de la cabaña y Jaume y Marcus se quedaron solos allí atados sin poder moverse. Marcus dejo de gritar y comenzaron a brotar de sus ojos lágrimas de impotencia y de rabia.
— ¿Qué te ocurre hermano?— le preguntó Jaume a Marcus muy sorprendido—. Jamás te había visto así ¿Es por la humana?
— Se llama Sofía y sí, no quiero que la toquen esos malnacidos…
— Pero es solo una humana, has tenido otras antes y no te habían importado tanto…
— Sofía me importa ¿Vale? No sé por qué, no lo puedo evitar, siento algo muy fuerte por ella…— dijo Marcus claramente derrumbado.
— Si no te conociera creería que te has enamorado de ella…
— Creo que sí hermano, creo que sí…