Angela está a mi lado ahora, con su cabeza entre mis piernas y la incomodidad en el ambiente, cada vez se hace más grande. Quiero convencerme de que estoy disfrutándolo, se que es una barrera que creó para evitar traumas que ya están dentro de mi, pero simplemente ya estoy agotada de intentar pelear en contra de Angela y en parte, se que lo hace por la situación en su casa, entonces se lo permito para que ella se desahogue.
Cuando sale de entre mis piernas, va al baño y yo me limpio, me siento tan desagradable en estos momentos pero me trago ese sentimiento y me cambio de ropa, Angela vuelve a entrar a la habitación y se sienta en mi cama en silencio.
A estos momentos de aparente paz es a los que más miedo les tengo.
En el momento en que ella va a hablar, mi celular suena y por lo que veo es una llamada; cuando voy a cogerlo, Angela lo alcanza primero y luego lo estrella nuevamente al escritorio con rabia, haciendo que yo me ponga nerviosa con sus acciones.
— ¿Para qué te llama?— pregunta con voz profunda, haciendo que el miedo invada todo mi cuerpo— Te estoy preguntando algo, Martina.
— No se— titubeo y ella parece enojarse más, realmente no lo se y preferiría que Angela deje esto hasta aquí— Enserio no lo se.
— No me mientas— habla ella y yo doy dos pasos hacía atrás; cuando Angela se da cuenta, suelta una carcajada que me aterra— Ow, la pequeña Martina me tiene miedo.
— Angela— mi voz suena suplicante.
Ángela se acerca a mi rápidamente y me agarra el cabello que queda encima de mi nuca con violencia, siento dolor cuando jala hacia abajo y ella acerca mucho su rostro a mi.
— Te dije que Paula no importa— habla bajo y yo solo muerdo mi labio inferior porque siento que en cualquier momento voy a estallar en llanto— Aléjate de ella, no me gusta pensar que pueda tocar lo que es mío.
Por algún motivo, un viento de valentía me invade todo el cuerpo, el motivo es que nunca me ha gustado que me manden y que ella crea que puede hacerlo me llena de rabia, la miro fijamente a los ojos y le digo:
— No, ella me gusta—
Siento como la palma de la mano de Angela estalla contra contra mi mejilla en un fuerte golpe, con ella aun agarrando mi cabello con fuerza y ella acercó aún más mi rostro al suyo, Angela es diferente, ahora lo es.
Es como si creara personalidades y solo a mi me dejara ver su desagradable realidad.
— Te alejaras de ella— me ordena y veo todo borroso cuando mis ojos se llenan de lágrimas— Tú no puedes sentir nada por alguien que no sea yo, soy la única para ti.
Con su mano libre agarra mi cuello y ejerce un poco de presión, eso me asusta y se que ella disfruta de verme así, lo disfruta más de lo que demuestra.
— Me tratas como un montón de basura— susurro yo.
— No— niega ella, con su pulgar toca de un lado para otro parte de mi cuello— Te trato como lo mereces, porque no eres capaz de aceptar mis sentimientos por ti.
— Lo intento— sollozo, desmoronándome en sus brazos.
— No es suficiente— recrimina— Esfuérzate más si quieres que te trate como crees merecerlo.
Angela me suelta y luego sale de mi habitación sin decir nada, se que ella me quiere pero su forma de amarme siempre me deja sin energías y me asusta, todo el tiempo me culpo por no poder corresponderle pero los sentimientos que alguna vez tuve por ella se borraron de mi corazón, ya no soy capaz de quererla y si lo pudiera hacer, quizá sus besos no huelan a violencia y sus toques no me lastimen, pero ahora solo quiero a Paula, eso me lastima.