Nos tomamos ya cerca de la mitad de la botella de cada una, estábamos lo suficientemente borrachas para convertirnos en un mar de lágrimas y yo aceptar que amó a Lorena y por eso tengo tanta rabia hacia ella. Paula también está destruida y hablando sin parar de la enorme marca que dejó el suicidio de su madre en su padre y en ella. Estamos sacando todo lo que nos duele y eso nos hace sentir, aunque sea un poco, mejor.
— Mi mamá fue una egoísta— susurra entre lágrimas Paula, mientras toma un largo trago de Bacardi.
— La mía también— digo yo.
— Eso es horrible—
— Y doloroso— agregó yo y ella asiente con la cabeza.
Siento como todo me da vueltas, además me siento extremadamente sensible y quiero llorar todo el rato. Nunca pensé que mi primera borrachera fuera en esta situación y al lado de Paula.
Paula apoya así cabeza en mi hombro y yo tomo otro trago de mi botella, sinceramente esta es la mejor manera de llorar y derrumbar, aunque sea un poco, las pesadas paredes que construí a mi alrededor solo por un momento, de permitirme ser vulnerable. Yo tengo que admitir que me alegra que sea con Paula, porque ella me entiende mejor que nadie.
Paula y yo compartimos una larga mirada y me veo en la tentación de acercar mi rostro un poco más al de ella y sentí su cálido aliento por mi rostro, me hace sentir en una increíble calma. Paula se pone un poco más recta y pone una de sus manos en mi nuca; toma impulso y pone sus labios sobre los míos.
Al inicio no se como reaccionar, pero al sentir los suaves labios de Paula moverse sobre los míos, yo la sigo; los labios de Paula me besan con suma suavidad mientras ella pone sus manos en mi nuca, su beso sabe a Bacardi y dulce de fresa.
Yo por mi lado, pongo mis manos en forma de abrazo sobre su cintura, puedo sentir algo en mi interior que se mueve y me hace suspirar sobre los labios de Paula, no quiero soltarla y por la forma en que sus manos se aferran a mi, puedo saber que ella tampoco quiere soltarme.
Mientras los labios de Paula y los míos se acarician, siento como Paula mueve sus manos hacia mis mejillas y yo la abrazo fuerte, ella me está haciendo sentir demasiadas cosas pero ahora no quiero pensar en eso porque ella besa sensacional y me hace sentir muy bien, Paula se aferra a mí y yo lo estoy haciendo con ella.
Al sentir la falta de aire, nos separamos manteniendo nuestros rostro lo suficientemente cerca y la veo agarrar aire con sus mejillas totalmente sonrojadas. Así que entró en la curiosidad de saber si así estoy yo y me tocó mi rostro, que se siente muy caliente.
— Creo que no podemos seguir siendo amigas— susurra Paula cerca de mi rostro.
— Creo que opino lo mismo— murmuré yo y ella sonríe.
Creo que estoy demasiado borracha para pensar en las consecuencias, discúlpame Paula.