Chereads / El Susurro de las Flores / Chapter 36 - Despertar de un dulce sueño (Parte 1)

Chapter 36 - Despertar de un dulce sueño (Parte 1)

Eoin no paró de cuestionarla toda la noche y la mañana siguiente a la caminata nocturna con Luciel. Quería saber con sumo detalle que era lo que la señorita había conseguido de ello. Sin embargo, aquello solo la había dejado decidida a lo que debería hacer. Niall no reparaba en el suceso, más Adelayn tenía un presentimiento de que la observaba con cuidado durante todo el viaje. Cilya sería la primera en enterarse del juicio al que llegó Niall.

Los días en el camino comenzaban siempre de la misma forma, se levantaban apenas aparecían los primeros rayos de luz y no tomaban un descanso hasta el mediodía. Luego tomaban una parada más antes de prepararse a pasar la noche en la intemperie. Las jornadas de marcha con los pacificadores eran mucho más pesadas que con Niall. Adelayn podía percibir a veces la prisa y cautela con la que ellos se movían entre pueblo y pueblo.

El primer día en la noche Luciel la separó de vuelta sin mucho problema. Para Adelayn era como si la hechizara para hacer lo que él quisiera, cuando él quisiera. Se encontraban debajo de uno de los pocos árboles que poblaban la meseta. La luna iluminaba perfectamente el lugar, y Luciel había preparado algunos troncos donde ella pudiera sentarse.

—Como habíamos acordado —Dijo Luciel luego de aclarar su garganta —Me dedicare en cada descanso a partir de ahora a enseñarte... pero antes creo que no definimos muy bien que era lo que quieres aprender.

—Pues —Comenzó Adelayn. Sacudió la cabeza para quitarse lo embelesada —Todo lo que sabes, sé que no puedo volverme una... ¿santa?

—Puedes llamarles magos, no tengo problema con ello —Aclaró Luciel —A lo largo de los países han tenido muchos nombres, mas no todos se mantienen.

—Entiendo. Se que eso es algo imposible para mí, ya habría tenido alguna idea de que podía hacer eso para esta edad. ¿Así que lo otro? Con la garra esa. Tal vez puedas ayudarme a usar la espada también, parecías estar dispuesto —Adelayn hablaba con sumo cuidado de no mencionar nada extraño. Luciel seguía siendo un pacificador, después de todo, si él lo juzgaba ella bien podría estar metiéndose en cosas que no debía.

—Muy bien... —Dijo Luciel al exhalar un suspiro largo frente a ella. Se concentraba en lo que debía decir —Puedes aprenderlo, aunque hay muchas cosas que explicar antes... Lo que usé tiene muchos nombres, y hasta cierto punto su uso es visto en muchos países y enseñado de formas muy variadas. Lo que te diré es como me fue enseñado, además de algunas cosas que logré investigar por mi cuenta.

—¿Cómo le llamo? —Interrumpió Adelayn. Tenía ganas de anotar lo que sea que le fuese a decir. Cilya siempre le decía que debía anotar todo lo que podría ser importante. "Pues la mente le falla a uno, pero las notas no." Se conformó con no distraerse con el hombre que estaba frente suyo.

—Puedes llamarla fuerza del alma, fuerza mental, fuerza vital. El nombre más viejo que logré encontrar y que muchos usan es Saeya. No se la traducción, tiene que ver con desear, ya llegaremos a ello...

—Saeya... —Repitió Adelayn. Recordaba haber escuchado el nombre antes. Litae se lo había explicado como aquellos que imponen su alma sobre el mundo. Cilya y Niall sabían más al respecto, pero ninguno le dijo nada más. «Es probable que Niall no lo use» Reparó que interrumpió la explicación —Perdón... no es nada.

—Puedes interrumpirme si tienes duda, el concepto es... complicado —Dijo Luciel con una voz más dulce —El Saeya es principalmente el manejo parcial de tu propia alma. Dar a la energía o poder que la forma una intención, o como había dicho antes un deseo.

—Entonces... —Dijo Adelayn cortando la clase —¿La garra que vi era un deseo?

—El deseo de proteger —Aclaró Luciel. La mente de Adelayn dio trompicones con las palabras. Se colorearon sus mejillas aun cuando las palabras no tenían el significado que ella hubiese querido —Aunque aquella cosa que viste es algo diferente... un derivado. Ahora, como estaba diciendo, este poder de realizar un deseo no es un milagro, sino más bien una ilusión de los deseos de las personas. Deseos que pueden ser tan reales como cualquiera de nosotros dos, pero que están destinados a desaparecer. Existen tres partes principales que componen el Saeya y que definen su uso... —Luciel se quedó en silencio moviendo los ojos como buscando algo frente a él —Sera mejor que empiece por lo más sencillo. Una de las partes imagínala como el deseo de vivir, o la voluntad que tiene una persona. Como dije antes, se basa en darle intención o deseo a la energía de tu alma. Cuanto mayor es tu voluntad de que exista dicho deseo es más posible que pase sin repercusiones

—¿Repercusiones?, perdón —Dijo Adelayn cuando la idea de que algo malo podría pasarle cruzo su cabeza.

—Si, es otra parte de lo mismo. Le llamamos fuerza del alma o de la vida porque no es infinita. Si la usas sin cuidado morirás, o en el mejor de los casos quedaras en estados muy vulnerables.

—Y... ¿Cómo sabes cuanta te queda por usar? —Dijo Adelayn quedo. Esperaba no estar interrumpiendo demasiado.

—Nunca podrás hacerte a una idea completa hasta que comiences a usarla, es cosa de calcular mientras lo haces —Señaló Luciel sacando de entre su capa un odre de agua —No hay marcas, pero al tenerlo en la mano, por el peso, tal vez el sonido. De alguna forma puedes intuir cuanto queda. Con el tiempo y la práctica llegaras a ello.... Otra de las partes es que el Saeya es una energía o técnica cuya naturaleza es destructiva. Cualquiera de las cosas que hagas con ella buscara destruir algo. En parte también se puede entender como que Lo que sea que hagas con el Saeya desaparecerá. Debes recordar en todo momento, el Saeya usa tu alma y tu vida para permitirte destruir a otros, y a ti mismo en el proceso...

Adelayn sintió un escalofrío recorrer su cuerpo «Ya veo porque nadie quería explicarme» Luciel no parecía jugarle una broma sobre la explicación. Estaba tan serio «Tan guapo» El hechizo fue roto con el sentimiento de Luciel poniéndole su capa en los hombros.

—Hasta ahora, ¿todo bien? —Dijo Luciel al regresar a ponerse frente a ella.

—Si... bueno —Adelayn se acurrucaba en la capa habiendo olvidado la razón porque estaban ahí. Se mordió la mejilla desde dentro —Si solo pueden crear cosas que destruyen ¿Cómo es que dijiste que aquella garra era el deseo de proteger?

—Eso... —Luciel dudaba de una forma que le parecía un poco avergonzado —La garra que viste es una técnica especializada del Saeya. Es algo que conseguí de una forma especial y que no sigue del todo las reglas que te dije antes. En la iglesia los llamamos vínculos —El extraño nombre le llamó la atención lo suficiente como para comenzar a abrir la boca. Luciel se apresuró a continuar —Te explicare sobre ello después, no hay razón para que lo sepas ahora. Aun me falta explicar una de las partes del Saeya. Esta parte es en lo que te centrarás en dominar. Crear deseos te será imposible en tan poco tiempo y sobre todo seria insensato de mi parte querer que lo intentes... Bueno lo que debes aprender es a sentir tu alma, y solidificar tu intención o voluntad.

—Eso suena a algo bastante difícil para empezar ¿Y para que me servirá hacer esto? —Soltó Adelayn con algo de rudeza —Me refiero a utilidad, comprendo que es para hacer lo demás, solo quiero algo que me sirva para defenderme.

—Te servirá... —Aclaró Luciel —Déjame mostrarte y recuerda que no soy alguien muy fuerte... físicamente.

Luciel caminó hasta el árbol de cedro que estaba cerca. No tenía apenas hojas en sus ramas. Su grueso tronco podría servir para esconder a una persona detrás de él sin mucho problema. Luciel cerró el puño frente a ella mostrando su mano desnuda de todo «Ningún anillo» Al poco una onda de brillante color turquesa apareció envolviendo su puño. Él color era un poco más oscuro de lo que ella recordaba. Las ondas palpitaban creando más ondas. Daba la impresión de ser agua. Los ojos lavanda de Luciel se encontraban tan concentrados que brillaban a la luz de la luna. Luciel dio un golpe al tronco con el dorso de la mano con apenas más fuerza de lo que ella le daría un coscorrón a Eoin. El tronco de aquel árbol crujió en un pequeño estruendo. Le recordó a el sonido de los cascos de los barcos al ser penetrados por una ballesta o una bala de cañón. El tronco se dobló astillándose en pedazos del otro lado. El daño que había causado Luciel con solo un pequeño golpe podría haber desecho el cuerpo de una persona con facilidad. Aquel árbol comenzó a caer hacia un lado lentamente hasta tocar el suelo.