Luciel paseó por el pueblo hasta encontrarse donde lavarse y asegurarse que su ropa no tenía ningún olor impregnado en ellas. Había escuchado de Mirna que Sergius llego después de él. Se alejo del establecimiento negándose a todo cuanto le fue propuesto. La claridad de su mente era algo que no pensó extrañar. Incluso el ruido de las voces al fondo de su cabeza, daban la impresión de tener menor volumen.
De camino a la posada de la que había hablado Adelayn consiguió una cadena de metal para ponerse en el cuello. Atajó como pudo el anillo plateado y la guardo por debajo de su ropa. «Es mejor de esta forma»
No si bien puso un pie dentro de la posada. Eoin apareció enfrente suyo. Lo olisqueaba como si fuese Snow. Luciel le apartó buscando a los demás por la habitación central.
Adelayn levanto la mano mostrándose en el cumulo de pastores y comerciantes del lugar. Llevaba una ropa curiosa. Una falda negra un poco por encima de la rodilla, ataviada con un cinturón del mismo color que cubría todo el vientre de la joven. Daba la impresión de ser una sola pieza. Llevaba una blusa de color violáceo de mangas anchas que se abotonaba hasta uno de sus costados, y una chaqueta negra de tela rígida cubría solo hasta el pecho de la joven con una capucha detrás. Aunque extraño, parecía mucho más cómoda que la que llevaba antes.
—Eoin, ¿Puedes decirles que iré a tomar un baño antes? —Dijo Luciel al notar que el muchacho parecía seguir olisqueándole.
—Claro Viento tormenta. No tarde o la señorita se pondrá de malhumor —Dijo Eoin alejándose de vuelta a la mesa.
Cuando llego con el dueño del lugar este parecía estar esperándolo. Se llamaba Oleg, de aspecto huesudo y con unas marcadas líneas en la frente. Tenía cubierta una larga cabellera rubia con un pañuelo. Le entregó todo cuanto necesitaba y le indico donde podía ir a tomar un baño. Le advirtió antes de dejarlo estar, que no les quitara el tiempo a las criadas.
Limpió su cuerpo con dedicación. Como le encantaría hacerlo con su cabeza. Se relajó en la enorme bañera de madera. En varias ocasiones las criadas entraron a espiarlo con alguna excusa de traerle toallas o limpiar la habitación. Incluso dijeron llevarle ropa limpia. Ignoró la molestia y aprovechó para darle un baño a Snow. No sabía mucho de la especie, pero podía sentir pelo cuando lo tomaba o algo muy similar a ello, y fue suficiente para querer darle un baño.
Ahondó en calma sobre la misión que debía cumplir. intuía al igual que Sergius cuál sería el trabajo final. Carecía de mucha información sobre su cómo, para tener alguna conjetura, alguna idea o plan para enfrentarse a aquel monstruo. «Necesito fuerza» La clase de poder que buscaba no era algo que tuviese claro. Se hacia ideas contemplando su cuerpo, flotando en el abismo que creaba en su mente para no tener nada más. Tenía muchas opciones para ganar ese poder, y eso en parte lo abrumó.
Al salir se encontró con Niall. El viejo comentaba con Luciel cuan domados parecían estar los lobos que encontraron. Revisaba a Snow como si fuese un experto en el tema, con sus oscuros ojos que dan la impresión de estar viendo todo a su alrededor. Niall no reparaba en dejar de hablar cuando lo veía necesario, así que no tardaron en acompañarse en silencio por los pasillos de la posada. Hasta que el Propio Eoin volvió a aparecer. Los llevo casi a rastras a los dos a la mesa donde se encontraba Adelayn.
Justitia y Agony también se encontraban en dicha mesa. Adelayn con clara incomodidad por el silencio de ellos dos. Vio a Luciel como quien ve agua en el desierto. De cerca dio cuenta que lo que llevaba Adelayn no era una falda. Sino unos pantalones que daban la apariencia de una. Tomo asiento junto a sus compañeros. Esperaba la comida charlando principalmente con Eoin sobre cualquier cosa que el chico llegara a mencionar. Adelayn se encontraba extrañamente taciturna.
Gozó de la comida comentando la historia de Eoin. Una historia sobre "los gatos", como el chico siempre los llamaba. Según Eoin, son seres que se esconden en una zona del bosque de las estaciones. Tienen el aspecto de gatos normales más pueden comunicarse con las personas sin emitir sonido. Se hacia difícil comprender que partes de la historia eran importantes. Supo que aquellos seres tenían una apariencia que ocultaban y se dedicaban a ayudar a quienes veían lo merecían. Eoin era ignorante de la razón de que ellos estuvieran en el bosque o donde vivían, lo único que sabia era que ellos hacían perderse en el bosque a aquellos que buscaban su ubicación. Adelayn continuaba en silencio otorgándole sonrisas forzadas. «Te has interesado mucho en ella, ¿no crees? —Lo reprimió Lucy» Él, la sacudió de la mente sin darle respuesta. Continuó empujando todo pensamiento al abismo un momento más antes de acercarse a ella. «Control, es lo que necesito, demostrar que lo tengo sobre mi»