"Entonces te veré más tarde en casa Adad".
Asentí hacia Tasha, que subía las pequeñas escaleras hacia la entrada del carruaje.
Traka - Traka.
Que avanzó por el camino, hasta llegar a un puente sobre el que se perdió en la distancia.
Aparté los ojos de la distancia en la que se perdía y los dirigí hacia atrás.
Los enormes tubos de metal que formaban la enorme puerta de la escuela estaban firmemente cerrados.
Pasando las manos por los tubos que rebotaban, recorrí el mismo camino que el carruaje.
Hoy era sábado.
Normalmente usaría este día para entrenar con Lou.
Pero hoy, tanto yo como Tasha habíamos dejado el dormitorio de la escuela.
Esto se debió a una llamada de Keith.
No nos dijeron por qué, pero lo más probable es que fuera algo importante.
Y yo tenía una idea de lo que podría ser.
Según mis cálculos, en este punto del juego la historia estaría a punto de pasar el arco de la elección del presidente estudiantil.
Y en medio de ese arco ocurre un pequeño evento que sólo se menciona un poco.
La fiesta de cumpleaños número 53 del retorcido rey del reino de Aren.
Joud Lazuli.
En esta fiesta, sería en la que se anunciaría al que sería elegido como príncipe heredero de esta nación.
Ese fue el primero de los 2 hijos del rey.
Silas Lazuli.
Gracias al apoyo del duque de Haibear y de otros nobles, se convirtió en el heredero del trono.
En el juego este acontecimiento es el inicio para que Emilia decida entrar en política y ganar fuerza al darse cuenta de los problemas que le traerá cuando se descubra que es hija ilegítima del Rey.
Gracias a este evento la trama se desarrolla y muestra a los principales villanos del juego.
Los dos príncipes junto con Avas Blackgrey, prometida del segundo príncipe y la que sería una pieza clave en la historia.
Un golpe.
Mis pensamientos se cortaron cuando mi hombro golpeó a alguien, empujándolo unos pasos.
Me acerqué a la mujer que estaba recogiendo un largo bastón en forma de cetro y la ayudé.
"Gracias, debería haber mirado mejor el camino, lo siento mucho".
Dijo la mujer, mientras se inclinaba una y otra vez.
Tras aceptar sus disculpas, la mujer levantó la cabeza y se quedó en estado de shock durante unos instantes que aproveché para observar su extraña vestimenta.
Un vestido blanco de una sola pieza y a capas que le llegaba hasta los pies y le cubría todo el cuerpo, además de un collar blanco azulado que adornaba su cuello junto con su pelo gris la hacían parecer una pieza de cuarzo pulido.
Al parecer se dio cuenta de que me miraba fijamente durante un rato la mujer que dedujo que era una sacerdotisa, se alejó unos pasos con la cara roja.
"Lo siento, iba de camino a la iglesia de la diosa Necar, así que tengo que irme rápido".
Mientras veía alejarse a la mujer sacerdotisa, recordé que nunca había visto bien una iglesia en este mundo.
Los dioses, a diferencia de la tierra, eran un hecho.
En la tierra era normal ver gente que no creía en ellos o más bien era raro ver a algún ferviente adorador de los mismos.
Pero en este mundo todo el mundo tenía sus propios dioses y ya sea por tu raza o por tu forma de ser y las enseñanzas de un dios.
El sistema de dioses que había aprendido hasta el momento no podía evitar recordarme al que utilizaban los nórdicos en la antigüedad en la tierra.
Donde cada uno elegía su dios favorito o servía al que más le gustaba.
Mientras me inundaban los pensamientos y recuerdos de los dioses de la tierra había conseguido llegar hasta la sacerdotisa que se sorprendió.
"Llévame hacia la iglesia".
Dije mientras instaba a la mujer a seguirme.
De camino a la iglesia conseguí hacer algunas preguntas a la sacerdotisa que me contestó gustosamente.
Según lo que dijo la diosa Necar era la diosa del Agua y de los cielos así como una increíble maga del agua capaz de levantar los mares con sus hechizos.
Además al parecer esta era la diosa más adorada en el reino de Aren con diferencia ya que este era un país lleno de agua en el que desde tiempos antiguos se rezaba por el control del agua a la diosa.
Mientras la sacerdotisa seguía contándome cosas sobre la historia de la iglesia y algunas curiosidades sobre la misma, pasamos por una muralla custodiada por dos caballeros vestidos de negro y azul.
Al ver a la sacerdotisa, se apresuraron en su labor y abrieron dos enormes puertas de madera azul, permitiéndonos el paso.
"Este es el jardín trasero de la iglesia que se llama el Jardín Azul".
Dijo mientras me guiaba por un pequeño sendero de piedra blanca a través del literalmente azul jardín.
Miles de flores en diferentes tonos de azul adornaban el suelo que era recorrido y regado por pequeños arroyos y riachuelos, que llegaban a pequeñas charcas y luego continuaban su camino.
Tras unos minutos de caminata, por fin pudimos ver la silueta de la enorme iglesia que estaba cubierta por los árboles de flores azules del camino.
Cuando conseguí verla en su totalidad no pude evitar admirarla.
Era increíble.
Cuatro enormes pilares finamente tallados en lapislázuli y diferentes materiales azules, además de gigantescas paredes de un blanco puro como el mármol eran los colores que más llamaban la atención.
Además, en cada pared dos ventanas separadas por unos 3 metros robaban la vista gracias a su color lila púrpura.
Los techos finamente tallados con figuras sobresalientes destacaban por estar hechos en forma de punta.
Las cuatro cúpulas puntiagudas estaban colocadas siguiendo los puntos cardinales, una frente a la otra, dejando un espacio entre ellas.
Este espacio lo ocupaba la cúpula puntiaguda más grande y hermosa, que en su extremo tenía una estatua de una mujer rociando agua, con miles de animales acuáticos a sus pies.
La vista de la iglesia que tenía delante no podía evitar solaparse con la de la catedral de Santa Eulalia de Barcelona, España.
Seguimos caminando por el sendero que ahora era de mármol blanco o azulado brillante.
En poco tiempo llegamos a la entrada arqueada de ladrillo azul y pasamos a la sala de culto principal.
Habíamos entrado en ella por la parte trasera, así que salimos justo al lado de una pequeña plataforma que se elevaba un metro por encima del nivel del resto del suelo.
Al igual que las iglesias de la Tierra, una gran cúpula de unos 5 metros de radio adornaba el techo.
La cúpula estaba llena de dibujos que parecían contar una historia que empezaba en el lado izquierdo y terminaba en el centro de la parte más ondulada de la cúpula.
Quizás por la época o por ser la iglesia del dios principal de este reino el lugar estaba lleno de fieles.
Mis acciones de curiosidad generaron una buena imagen en la sacerdotisa que me llevó a una puerta en el lado derecho.
Al pasar había 10 estatuas cada una diferente a las demás pero todas irradiando un aura sagrada.
La sensación de estar entre las extrañas estatuas fue algo extraña, quizás porque por primera vez sentí un poco del poder de los dioses.
Las partículas que quedaban en el aire sólo podían ser controladas por los Sanadores.
"Puedes quedarte todo el tiempo que quieras mirando las estatuas de los diez dioses".
Dijo la sacerdotisa mientras salía de la habitación con una sonrisa.
Hice caso a sus palabras y me acerqué a las estatuas y las revisé junto con los carteles que había en ellas.
Que decían así.
-Signo 1- Dios de la tierra Nartic.
-Signo 2- Diosa de la naturaleza Evergreen.
-Signo 3- Dios del fuego Val.
-Signo 4- Dios de la destrucción Apocalipsis.
-Signo 5- Dios del viento Ventisca.
-Signo 6- Diosa de la luz Sonne.
-Signo 7- Dios de la oscuridad Mon.
-Signo 8- Diosa del agua Necar.
-Signo 9- Dios del maná Wee.
-Signo 10- Vida y muerte Mictlan.
De todos el último era el más interesante, a diferencia de los demás su género no estaba definido ya que su cuerpo estaba tallado con proporciones tanto masculinas como femeninas y su rostro era plano y sin rasgos.
Seguí observando la sala en busca de algo más que las estatuas pero desgraciadamente no había nada más.
Sin nada más que hacer me dirigí hacia la salida pensando en algunas cosas de la fiesta del Rey y agarré el pomo de la puerta.
Chii-
Tra, tra - Plaf.
Justo cuando iba a abrir la puerta el sonido de pequeñas cosas golpeando resonó en la habitación y me hizo parar en seco.
TRAKA.
Pronto el sonido de más piedras cayendo se hizo constante y me obligó a girarme lentamente.
Pero para mi sorpresa no había nada....
"Por fin nos encontramos... Adad".
Una suave voz me llamó en la distancia.
Un ruido sordo.
Pero antes de que pudiera responder una inmensa presión me inundó haciendo que cayera de rodillas sobre mis dos pies.
Poco a poco sentí que el aire se escapaba de mis pulmones y que mi cuerpo perdía toda la fuerza.
-HuuuAAaa~
-HuuuAAaa~
Intenté exhalar para llenar mis pulmones de aire, pero sólo resultó un intento de respiración que salió de mi boca.
Sentí que mi conciencia se desvanecía y ni siquiera tuve la oportunidad de lamentar esta miserable muerte.
Mis párpados fueron perdiendo fuerza haciendo que se cerraran poco a poco hasta que mi vista se llenó de ese negro familiar que vi cuando salté de la barandilla al suelo.
-Haaaaa~
El sonido de la respiración resonó dentro del oscuro lugar que pronto se volvió más y más brillante.
-Kuhum.
Apreté la garganta y la forcé para retener todo el aire posible dentro de mí.
Con mis fuerzas que habían regresado inesperadamente rápido, miré hacia arriba junto con mi cuerpo.
Pero antes de poder ver dónde estaba una luz blanca y cegadora me hizo cerrar los ojos.
"Adad. Abre los ojos".
Antes de que pudiera pensar en nada mis ojos se abrieron como si estuviera hipnotizado y se fijaron en la fuente de la voz.
"Tienes mejor aspecto después de todo que antes de la promesa".
Dijo la mujer de la que provenía la voz.
No había forma de describirla sin poner la palabra hermosa en su boca.
Rasgos finos y bellamente tallados, junto con un par de ojos celestes brillantes pero sin pupilas que tenían el mismo tomo que su pelo que era liso además de tan largo y que llegaba hasta el suelo.
Mi control sobre mí mismo regresó en el momento en que me di cuenta de que el lugar en el que me encontraba ya no era la sala de las estatuas, sino un lugar bastante extraño....
Era como un plano blanco infinito, que parecía estirarse en los límites que se deformaban dando una sensación de vértigo donde lo único que había era un hermoso y finamente tallado trono alto de color azul rey con piedras de color azul claro.
"¿Tú qué eres y qué quieres decir con promesa?".
Dije mientras trataba de mirar a la mujer a los ojos.
"En verdad eres... igual que él pero en cierto modo diferente, no sólo eres más parecida a mí, sino que no eres tan tonta como él".
La mujer contestó sin aclarar mis dudas, sólo aumentándolas.
Pero mientras la escuchaba farfullar mi cerebro empezó a trabajar y pronto mis dudas y preguntas se asentaron en mi cabeza.
Lo primero que tuve que hacer fue activar Ice Heart.
Concentré mi conciencia en mi núcleo y pensé en activar mi habilidad pero no pasó nada o mejor dicho no pasó nada bueno.
Una increíble sensación de mareo me invadió.
"No puedes usar mana aquí después de todo soy una diosa como dijiste antes y el lugar donde estás es mi mundo".
Al oír las palabras de la mujer el mundo blanco cambió y se volvió azul y se llenó de agua, era como si estuviéramos en medio de un inmenso mar.
"Y yo soy la que ustedes conocen como Necar y estas aquí para hablar de algunas cosas".