- ¿No tienes miedo de que Álvaro…? -pregunto Mayra.
-Ya lo sabe, pero su actitud no esta clara. -dijo Samara. Samara también sintió que era extraño.
Lógicamente, ya que Álvaro conocía la identidad de Eduardo, ¿no debería tomar medidas? No hizo nada ayer. Parece que iba a hacer algo hoy.
-Mayra, diles a los subordinados que sigan a Álvaro y Eduardo. Si le hace algo a Eduardo, deben asegurar la seguridad de mi hijo no importa el precio. -dijo Samara que estaba algo preocupada.
Mayra frunció ligeramente el ceño.
- ¿De verdad? No debería ser tan vicioso. -dijo Mayra.
-Hace cinco años, el sabia que yo estaba embarazada y nos dejo morir en el incendio. No tengas demasiadas esperanzas con Álvaro. No tiene humanidad en absoluto. -dijo Samara fríamente y un rastro de resentimiento se resbalaba por sus ojos.
Mayra no entendía lo que Samara había experimentado, pero todavía apoyaba a Samara. Rápidamente llamo a sus subordinados y los siguieron en silencio. Después de hacer la llamada, Mayra pregunto con preocupación:
-Sabes que es una persona despiadada, pero todavía usas a Eduardo para conseguir tu propósito. ¿No tienes miedo de que…?
-Tengo miedo, pero tengo aun mas miedo de que Laura no pueda estar conmigo. Eduardo no es un niño común. No tiene una buena impresión de Álvaro, por lo que esta muy vigilante. Ahora Álvaro sabe que es su hijo, por lo tanto, si el puede ser un poco benevolente, tal vez yo no tenga oportunidad. Pero si quiere atacar a Eduardo, entonces no terminara bien. -el odio de Samara asusto a Mayra.
-Samara, ¿estas planeando terminar esto rápidamente?
-Si. -respondió Samara.
- ¿Por qué? ¿no dijiste que querías que se enamorara de ti primero? Si sigues así, Eduardo estará em peligro.
Samara sabía que Eduardo estaría em peligro si ella siguiera así, pero tenía miedo de perder el control de su corazón. ¿Y si…?
-Deja que nuestros subordinados protejan a Eduardo. -dijo Samara.
-Tu… -Mayra no continuo.
-Mayra, quiero descansar un momento. -dijo Samara. Ella sabia lo que Mayra quería decir, pero estaba demasiado cansada y en conflicto. Para tomar tal decisión, estaba arriesgando el destino de su propio hijo. También se regaño a si misma, pero en comparación con el corazón frio de Álvaro, sintió que su idea original era demasiado simple.
Su esposa no logro que se enamorara de ella, como una mujer desconocida… ¿Cómo podría hacerlo? Aunque esto era un poco arriesgado, también había posibilidad de ganar. Al verla así, Mayra ya no quería criticarla, por lo que solo asintió y se fue.
Después de ser sacado de la sala del hospital por Álvaro, Eduardo dejo de gritar y miro a Álvaro como si estuviera mirando a un enemigo. Álvaro sintió que el mismo había fallado demasiado, especialmente con este chico. Por primera vez en su vida, fue atrapado por su propio hijo y estaba orgulloso y desamparado al mismo tiempo.
-Si me miras así otra vez, te sacare los ojos. -Álvaro amenazo a Eduardo.
- ¡Hazlo si te atreves! -dijo Eduardo fríamente.
Álvaro estaba tan enfadado que no supo que decir. Bueno realmente no se atrevió.
Después de cinco años, sabia que su hijo estaba vivo y realmente quería amarlo, pero el chico no entendía la situación. Álvaro llevo a Eduardo al comedor del hospital y le dio un desayuno. Luego, también cogió uno y se sentó frente a Eduardo.
Eduardo vio que había muchos granos rojos en su mano y en su cuello y no pudo evitar preguntar.
- ¿Qué hiciste anoche? ¿No le gustaste a los mosquitos y te mordieron?
Álvaro estaba algo enfadado.
- ¿Sabes hablar bien?
Eduardo se encogió de hombros con indiferencia y luego bajo la cabeza para beber la sopa. Al ver que Eduardo estaba en silencio, Álvaro sonrió impotente. Incluso el niño sabía que todavía estaba enfermo, pero esa mujer despiadada ni siquiera le dio nada. Se sintió muy infeliz.
Álvaro empujo el plato que tenia en frente y silenciosamente vio a Eduardo comer. Eduardo comía muy caballerosamente. Se podía ver que tenía buena educación.
- ¿Cómo habéis estado tu madre y tú los últimos cinco años? -Álvaro quería saber algo sobre ellos.
Eduardo se quedó atónito por un momento y luego susurro:
-Hemos estado bien. No creas que puedes sobornarme con tan solo invitarme a desayunar. Es imposible para mi dejar que te acerques a mi madre.
- ¿Por qué? -Álvaro sintió que nunca había hecho algo para molestar al niño, pero ¿Por qué lo odiaba tanto?
-Sabes claramente lo que has hecho, por lo que no finjas conmigo. -dijo Eduardo fríamente, la mirada de desdén en sus ojos hizo que Álvaro se deprimiera.
- ¿Qué he hecho? Dime, ¿Qué hice para que me odies tanto? incluso me has jodido bien. Eduardo, ¿pusiste el video del aeropuerto en internet?
La mano de Eduardo se detuvo de repente, pero rápidamente volvió a la normalidad.
-No entiendo lo que dices.
Álvaro no pudo evitar reírse al ver que Eduardo tenia una claridad mental tan buena. Se sentó allí con las manos cruzadas sobre su pecho, mirando cuidadosamente a Eduardo. Este niño era simplemente una copia de si mismo. ¿Por qué no se había dado cuenta antes?
Aunque se parecía a Samara entre las cejas, cualquiera que los mirara pensaría que eran padre e hijo. ¿O Eduardo no sabía de su relación?
- ¿No lo entiendes? Vale, no hablaremos sobre el video. Hablemos sobre el videojuego que creaste para Adriano. ¿Por qué siento que el guion y código son tan familiares para mí, que es como la técnica de un hacker para irrumpir en mi empresa? Aunque eres un niño, creo que, para salvar los intereses de mi empresa, debería dejar que el departamento de investigación criminal lo investigue. La vigilancia muestra que entraste en mi oficina el día que se filtró la información, ¿Qué hiciste en mi oficina, Eduardo?
La expresión de Eduardo cambio instantáneamente. No importaba cuan buena fuera su calidad mental, todavía era solo un niño. Además, pensó que lo había hecho impecablemente. No esperaba que Álvaro tuviera el video porque pensó haberlo bloqueado.
-Tonterías, nunca he estado allí. -Eduardo bajo la cabeza y se negó a admitirlo, pero sus manos estaban apretadas.
Álvaro lo miro y dijo sonriendo:
-No creas que no tienes que preocuparte después de bloquear mi sistema de video. No lo olvides, soy aprendiz de informática. ¿No has oído que hay códigos de protección ocultos bajo una capa de protección? Si encuentras un ordenador para manipular, puede que ni siquiera sea capaz de detectarlo, pero desafortunadamente, has manipulado mi ordenador, que ha recordado automáticamente tus códigos. En cuanto al juego de Adriano, también lo he visto antes y los rastros son exactamente los mismos. ¿Cres que la oficina de investigación de negocios no será capaz de detectar una laguna tan obvia?
Eduardo estaba un poco nervioso, el sudor broto de su pequeña cabeza y no podía seguir comiendo. Después de todo, Álvaro era un experto en el mercado. Era muy fácil para el engañar a un niño. Eduardo no podía ver la sonrisa de Álvaro en ese momento. Su mente estaba circulando rápidamente como cambiar la situación ahora. Sin embargo, cuanto mas ansioso estaba, mas no podía pensar en ello. Estaba tan preocupado.
Al ver al niño así, Álvaro finalmente cedió. El que estaba delante de él era su hijo. Extendió la mano para tocar suavemente la cabeza de Eduardo y dijo:
-Bueno, no te preocupes. No voy a seguir con este asunto. ¿Qué tal si nos hacemos amigos?
Eduardo estaba aturdido. De repente levanto la cabeza y vio la sonrisa en la cara de Álvaro. Parecía que realmente no tuviera la intención de reprenderlo y mucho menos de indagarlo. ¿Este hombre sería tan amable?
- ¿Qué piensas? Déjame decirte, incluso si llamas a la oficina de investigación de bla bla bla… no tengo miedo. A lo sumo, seré atrapado. No es nada grave. -dijo Eduardo.
Las palabras de Eduardo hicieron a Álvaro infeliz.
-Tonterías, lo más importante en la vida es ser una persona decente, ¿sabes lo que es la prisión? ¿sabes que es el reformatorio? Eduardo, recuerda que no puedes hacer cosas malas. Si tienes esta habilidad, eres un genio, pero un genio también necesita usar estas cosas para
alcanzar el camino correcto. ¿Has pensado en lo que hará tu madre si algo realmente te pasa? Ella trabaja tan duro para poder darte una vida. ¿Acaso quiere que estes en la cárcel?
Esta pregunta hizo que Eduardo se sintiera culpable y rápidamente bajara la cabeza. Parecía que el chico sabia lo que era correcto e incorrecto.
Álvaro suspiro y dijo:
-He dicho que este asunto ha terminado y no puedes hacer algo como esto en un futuro. Si puedo atraparte una vez, lo hare una segunda. Piensa en tu madre en cualquier momento. No es fácil para ella criarte.
Estas palabras hicieron que Eduardo guardara silencio. Bajo la cabeza y permaneció en silencio, agitando la cuchara en su mano, sin saber lo que estaba pensando.
Álvaro realmente quería tenerlo en sus brazos, era su hijo y tenia su inteligencia. Era una pena que se hubiera perdido cinco años. Justo cuando Álvaro suspiraba, Eduardo de repente levanto la cabeza y dijo firmemente:
-No creas que te estaré agradecido por tus palabras. Compensare lo que te debo, pero si quieres acercarte a mi madre y tener malas intenciones hacia ella… ¡es imposible!
Álvaro de repente no supo que decir. Había dicho mucho, pero este chico no había escuchado nada en absoluto.
-Eduardo, ¿me estas desafiando? -pregunto Álvaro.
- ¡Si! -dijo Eduardo. De repente salto del taburete y puso el dinero suelto en su bolsillo sobre la mesa y dijo con orgullo: -Voy a pagar. ¡Tomate tu tiempo! -luego se dio la vuelta y se fue.
Sus brazos y piernas eran tan pequeños. Álvaro estaba aturdido. ¿un niño de cuatro años pago la cuenta? Fue algo sin precedentes. Pero se sentía muy bien.