Boruto sintió, súbitamente, que Shinki estaba en gran peligro y sin importarle nada tomó sus cosas y se fue de la facultad lo más rápido posible.
Tenía que llegar a la mansión de Gaara lo más pronto posible. Con cada segundo que pasaba sentía que perdía a Shinki sin remedio.
Una hora había transcurrido desde que se había separado de él. - Dios, ojalá me esté equivocando y que estés bien mi amor.
No bien llegó a la mansión bajó y corrió a la puerta principal. Tocó el timbre varias veces seguidas hasta que el mayordomo abrió la puerta.
Boruto lo empujó y entró llamando a Shinki a viva voz, aunque el mayordomo intentaba detenerlo el platinado no se inmutó.
-¡¿Dónde está Shinki?! ¡Destruiré toda la mansión de ser necesario! -No será necesario mi vida, aquí estoy
Shinki apareció del interior del sector más oscuro de la mansión saliendo hacia la luz. Boruto se avalanzó a él y lo abrazó fuertemente respirando aliviado.
No se hubo percatado de la dura mirada de su amado carente de toda vida y brillo. Shinki también lo abrazó mientras le susuraba al oído:- Ya Boruto, estoy bien. Calmate.
- ¿Por qué tanto alboroto en mi propia casa? - Gaara apareció sombríamente - Hijo, tu amante no posee modales.- Disculpa padre, no volverá a pasar. - fue la respuesta de Shinki.
Boruto miraba a Gaara con odio, no soportaba a ese tipo. Sujetaba a su amado pelirojo con fuerza.
- Soy su novio, no su amante....maldito corrupto.- Boruto - Shinki miró con reproche a su novio - Es mi padre, recuerdalo.- Lo sé- No parece
Boruto volvió a abrazar a su amado con intensidad. - Sigo preocupado mi amor - le susurró en el oido - Escuché tu llamado pidiéndome ayuda.
Shinki quiso llorar pero le resultó imposible. Ya no era dueño de sus emociones ni actos. No era él quien controlaba sus sentimientos ya.
A su mente llegaron las imagenes de lo que había vivido hacía tan solo unos minutos. Su cuerpo paralizado, sentado en el sillón sin poder moverse, su brazo derecho al descubierto y a Menma acercandosele con una jeringa en cuyo interior había un líquido azul.
"Harás lo que se te ordene Shinki, ya no estás en control de nada. Nosotros decidiremos por tí, tú solo obedecerás sin opciones"
Las palabras de Menma retumbaban en su mente, mientras se aferraba a su amado Boruto en un desesperado abrazo.
"Hijo, tranquilo. No te alejaremos de Boruto Namikage. Al contrario. Tendrás que estar a su lado todo el tiempo"
"Exacto. Le daré a mi maldito sobrino al novio que se merece tener. Posesivo, en extremo celoso y violento"
La orden recibida por Menma era lastimar a Boruto tanto física como emocionalmente, aislándolo de todos y de todo.
Shinki quería advertirle pero sus labios no se despegaban. No le respondían. La droga que le inyectaron lo obligaba a obedecer toda orden venida tanto de Menma como de su padre.
Deseaba llorar, gritar, temblar y contarle todo a su amado Boruto pero le resultaba imposible. Su propio cuerpo era ahora su prisión.
Cuando se separó de Boruto respiró profundo. Su expresión era calmada. Pero al mirar a su padre, pudo mostrarle su intensa desesperación. Gaara le sonrió con crueldad.
- Bueno hijo, gracias por venir.- De nada padre, cualquier cosa llamame- Así lo haré hijo.
- Hasta pronto entonces padre.- No crea que permitiré que se le acerque a Shinki maldito corrupto - dijo Boruto furioso-¡Boruto! -lo reprochó Shinki - Será mejor que nos vayamos. Disculpa padre.
Cuando estuvieron en el auto Boruto dijo molesto:- ¿Cómo es eso de que estarás en contacto con Gaara?
- Lo haré porque es mu padre- Es un maldito corrupto- Por favor Boruto, no vuelvas a llamarlo así. Si me amas respetalo.
Boruto no daba crédito a lo que escuchaba de Shinki. Encendió el motor y se dirigieron a casa. Al llegar Shinki entró algo molesto con Boruto. Seguía reclamandole su reacción hacia su padre.
Cuando el celular de Boruto sonó, Shinki dijo:- Genial, ignorame ahora. Perfecto - ¿Qué?-Sabes ¿qué? Quedate con tu celular y con quien sea que te este llamando. Me retiro a otra habitación.
Era Naruto quien lo llamaba pero Boruto no contestó por detener a Shinki sujetandolo.- No dejaré que te vayas a ningun lado Shinki. - Sueltame Boruto
-¿Qué demonios te pasa? Era mi padre quien me llamaba- ¿Pero acaso no está supuestamente de luna de miel?
- Si, lo está...- Entonces no debería llamarte. -¿Qué?- No me mientas Boruto
Boruto le mostró la llamada perdida de su papá para que le crea.-¿Ves? No te miento mi amor ¿qué sucede?
Shinki miró para otro lado, sintiendose muy mal. No quería hacerle eso a su amado. Por dios que no quería pero no podía resistirse a ninguna orden de Menma ni de su padre. Se sujetó su brazo derecho donde había sido inyectado con gran desesperación.
- Shinki, mi amor ¿qué sucede? - Shinki lo miró en silencio y Boruto lo abrazó con ternura. - ¿Qué ocurre?
- Te amo y....no quiero compartirte con nadie mi vida.- Solo estoy contigo.- Demuestramelo entonces
- ¿Cómo?- Entregame tu celular-¿Qué dices? - O lo tuyo son solo palabras Boruto.
- ¿Para qué quieres mi celular?- Yo responderé por tí tus mensajes-¿Cómo?
Shinki forzó a Boruto a entregarle su celular aceptando estar totalmente incomunicado.
El pelirrojo guardó el celular de su amado y el cargador en una biblioteca cerrando sus transparentes puertas con llave. Tambien colocó alli su propio celular.
- Es de noche, no necesitamos que nadie nos moleste mi vida.
Boruto vió que su celular vibraba debido a otra llamada de su papá.
"Papá, ojalá pudiera responderte. Espero que estén pasandola bien".
Pensaba Boruto mientras miraba cómo se perdía otra llamada de su papá. Se sentía triste. Shinki había visto aquello tambien sin inmitarse.- No debería llamarte Boruto, después de todo está en su luna de miel.
Boruto lo abrazó con ternura, sabía que Shinki no estaba nada bien, pero no entendía a qué se debía esos repentinos celos. Lo presionó contra su cuerpo y en especial su miembro.
- Shinki tranquilo, sabes que te amo. Solo relajate. Shinki lo abrazaba con desesperación intensa, intentaba llorar pero no podía, se.esforzaba por contarle la verdad a su amado pero no podía.
Tal como le había dicho el maldito de Menma. Él ya no tomaba las decisiones, solo obedecía las ordenes suyas y del traidor de su padre.
"Serás el novio que el maldito de mi sobrino se merece Shinki"
Las palabras de Menma resonaban en su mente, cerró los ojos con pesar mientras empezaba a arañar la espalda de Boruto al abrazarlo.
Cuando el joven platinado se alejó mas que nada por acto reflejo que por otra cosa, Shinki dijo:-¿Qué pasa mi vida? ¿Demasiado intenso para tí?
-Me lastimaste Shinki ¿por qué me hiciste esto?- ¿Nunca oíste hablar del sexo salvaje mi vida?-¿Qué? ¿Sexo salvaje?
Shinki se quitó el cinturón asustando a Boruto quien comenzó a retroceder.- ¿Q-Qué harás c-con eso....Shinki?- Sexo salvaje, lo vas a probar. Verás que te encantará.
Shinki se le fue acercando lentamente sin dejar de mirarlo con pasión dura. -N-No Shinki, ni me gusta eso.- Tranquilo mi vida, nunca te haría daño. Solo es placer. Ven aquí ¿o es cierto que dejaste de amarme?
Boruto cerró los ojos y se le acercó. Lo amaba con locura, no iba a alejarse de él. Lo abrazó con fuerza sin evitar temblar.
- Shinki....te amo...- Desnudate BorutoAmbos se quitaron las ropas quedando como dios los trajo al mundo.
Shinki sin nada en las manos envolvió a su amado con sus brazos, mientras lo besaba con salvaje pasión clavándole sus uñas en la piel de la espalda de su amado.
Fue arañandolo hasta llegar a sus nalgas donde se ensaño. Boruto se quejó del dolor, pero siguió aferrandose a Shinki.
Ambos se deslizaron a la cama sin dejar de besarse ni abrazarse mutuamente.
Shinki seguía lastimandole la espalda y las nalgas a su amado Boruto sin inmutarse del dolor que le estaba provocando.
En realidad el verdadero Shinki gritaba por dentro, intentando detenerse inútilmente.
-Por favor mi amor....por.favor....ya no...me duele...- Eres débil para el sexo salvaje mi vida. Pero ya irás fortaleciendote, ya lo verás.
Dejó de arañarlo para acariciarlo como solía hacerlo, calmandole el dolor provocado.
-¿Qué pasa Shinki? ¿Qué tienes mi amor?- Nada, estoy muy bien a tu lado. Me excitas en extremo ¿sabes?
Lo abrazó con mas fuerza que antes volviendolo a besar con posesivo deseo impidiéndole a su amado moverse siquiera