Alfred se me queda mirando muy sorprendido al ver mi hostilidad hacia él y me pregunta incomprendido. —¿Pero por qué me dices eso Irán?
Yo le respondo con ojos sedientos de sangre justo antes de ir a por su vida. —Y tienes el descaro de preguntar como si no te hubiéramos descubierto.
Me dirijo contra él y en el momento preciso que el filo de mi espada se aproxima a su rostro, la detiene el brazo de Kingsley que se interpone en el medio empleando su habilidad de piel de diamante que a simple vista no se puede apreciar con facilidad, pero de cerca si se puede notar como está brilla más de lo normal cuando la emplea.
Mi arma rebota con el impacto haciendo que toda la hoja se estremezca tan fuerte que me obliga a soltar la empuñadura del dolor que me causa.
Casi de manera instantánea digo decidido a acabar con él. —¡No te me vas a escapar esta vez!— Recojo mi arma para intentarlo nuevamente.
Elizabeth me sostiene alarmada para hacerme entrar en razón, tras haber examinado mejor los sucesos. —¡Detente Irán que él no es!
Le digo mientras forcejeo para librarme muy seguro de quien es el culpable. —¡¿Y quién más sino fue él?! ¡Si a parte de Edith el único que faltaba era él!
—Ahí es donde tú y yo nos equivocamos. Mira a tu alrededor para que compruebes que falta alguien más— Pronuncia paralelamente que me indica con un movimiento de la cabeza.
Yo nada más oigo eso y me calmo, luego efectúo lo que me sugiere. Analizo rápidamente a los presentes y sin demasiado esfuerzo doy en cuenta quien falta y le respondo confundido a Elizabeth. —Gabat, falta Gabat. Pero no comprendo porque antes no nos dimos cuenta.
Mi compañera me comenta meditando lo sucedido. —De seguro fue que como a parte de Edith nos centramos en encontrar a otra persona nada más y como Alfred es alguien que resalta tanto por su tamaño de inmediato notamos su ausencia y no continuamos buscando a ver si faltaba alguien más; que fue exactamente lo que hicimos.
—Tienes toda la razón. Además ahora que pienso, esa forma en que se libró de nuestros ataques era la habilidad de percepción ante el peligro, era sin duda la de Gabat— Después me aproximo a mi compañero que había intentado asesinar sin razón hasta hace un segundo y le pido disculpas muy arrepentido. —Por favor Alfred perdóname. Actúe prácticamente sin pensar y sin analizar bien lo sucedido. Y mira lo que casi hago en mi estupidez— Alfred me mira con recelo haciéndome pensar que nunca me va a perdonar, a lo que yo le digo viendo esa expresión que habla por si sola. —Te comprendo que no me vayas a disculpar; algo como lo que hice no tiene perdón.
Entonces mi amigo habla muy serio. —Casi me matas. Sino fuera porque Kingsley te lo impidió ahora mismo estaría muerto con mi cabeza dividida en dos. Pero de algo si estoy seguro y eso es....— Se detiene añadiendo intriga. —Que como no voy a ser capaz de perdonarte si eres mi amigo— Pronuncia en un tono muy alegre, dándome una fuerte palmada en la espalda. Continúa expresándose viendo lo sucedido como algo divertido y sin importancia. —Pero de verdad que casi me hago encima cuando vi que Kingsley detuvo tu espada frente a mi cara—Se ríe muy divertido. —Creo que nunca me había sentido así. Das verdadero miedo cuando te pones así, sabes. A partir de ahora voy a hacer lo posible por no hacerte enojar. Cuesta creer que por haber ido al baño un minuto casi pierdo la vida— S airoso y continúa algo deprimido. —Parece algo incierto que esa fue la última vez que ví a Edith con vida sentada sobre esa piedra— Concluye indicando con pesar a dicha roca.
Me quedo sin palabras por lo fácil que mi compañero acepta mis disculpas sin más, cosa que me es bastante difícil comprender pero al final razono que es Alfred el despreocupado ¿quien más puede actuar así sino es él?
Resuelta la tensa situación, yo le pregunto a Elizabeth tras recordar y analizar un par de cosas. —Elizabeth hay algo que no tengo claro y es que ¿por qué el Sombra del Abismo no usó la habilidad de Gabat cuando nos enfrentamos la primera vez y mantener oculta a está durante tanto tiempo después?
Steven interviene. —Ya que nuestras habilidades son algo que fácilmente nos identifica, seguro se abstuvo de usarla para que no lo descubrieramos en un futuro cuando la revelara. Y seguro que tardó en mostrarla para no llamar demasiado la atención y mantener un perfil bajo.
Claudine comenta a la vez que se apoya en mi hombro con algo de temor. —Ese demonio es muy inteligente. Me preocupa que cosas pueda tener planeadas para intentar matarnos más adelante.
Alfred le responde. —A pesar de ser muy inteligente la fachada que mantenía ya no está y sabemos su apariencia, así que ya lo que tenga planeado hacer no le va a ser tan fácil como esperaba.
Elizabeth asume la tarea de hacer guardia durante el resto de la noche y yo por la inquietud que me resta de lo sucedido no puedo conciliar el sueño por mucho que lo intento así que decido acompañar a Elizabeth y así hablamos sobre un par de temas que no puedo sacar de mi cabeza.
Me siento junto a ella y le comienzo a hablar con sutileza para que nadie escuche. —Sabes hay algo que todavía me da vueltas en la cabeza desde que el Administrador habló con nosotros y es que, ¿no te percataste que su forma de actuar fue de una persona completamente distinta a como lo hacía antes?
Elizabeth me comenta tras sonreír algo orgullosa por mi tal nivel de perspicacia y prácticamente me elogia por ello. —Es bueno tener a alguien inteligente con quién hablar. Tienes toda la razón; de verdad que actuó como una persona completamente distinta y yo creo saber su razón.
—¿Y cuál es?— Le pregunto muy curioso.
—Todas las veces anteriores simplemente estaba fingiendo su forma de actuar. No sé como es que yo me di cuenta; si fue por el tono de su voz o qué, pero algo en mí me decía que estaba actuando y cuando nos habló en está última ocasión estaba siendo tal y como es realmente. Recuerda que este juego como él le nombra, es un conjunto de pruebas para como tú mismo afirmaste antes, sirve para prepararnos y medir nuestra actitud. Y yo te aseguro que eso último es lo que estaba poniendo a prueba. Para que cualquiera que tuviera una personalidad perversa como la que él simulaba la revelará y ahí mismo encargarse de él.
—Tiene su lógica— Le respondo muy conveniente con su planteamiento y le menciono algo que todavía me inquieta. —Yo no sé pero algo me dice que todavía hay muchas cosas que nos pueden tomar por sorpresa. En especial el Sombra del Abismo que me parece muy extraño que se haya dejado descubrir tan fácilmente. De verdad que presiento que hay algo más.