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Chapter 28 - Capítulo 28

Al oír las emotivas palabras de Edith, es completamente imposible que a todos no se nos cambie por el momento la angustia y la preocupación de haber perdido a nuestro compañero, a manos del asesinato por el furor y deseo de seguir adelante como el que demuestra la chica.

Elizabeth es la primera en reaccionar que pronuncia apoyándole. —¡Yo tampoco me dejaré amedrentar por los retos que nos impone este juego! ¡Porque igual que ella y todos aquí presentes no descansaré ni yo ni mi lanza hasta cumplir por lo que vine a este lugar! Y si ese demonio pretende interponerse en mi camino puede estar seguro que no lo va a tener fácil. ¡Porque yo voy a ser una heroína de Helment!—Concluye dejando bien en alto la punta de su lanza.

El resto de los presentes les acompañan realizando vítores levantando sus armas igual que ella y diciendo eufóricos. —¡Somos los futuros héroes de Helment!

...

Las próximas tres pruebas que le suceden a está no nos resultan demasiado difíciles de superar, porque en la primera los dos compañeros que faltaban por descubrir su poder lo consiguen al vernos en el desafío de cruzar un pequeño pero profundo estrecho de mar, con un barco de madera de los tiempos antiguos que hay que remar para poder moverlo.

Que por supuesto como era de esperar, tuvimos que lidiar con el mal tiempo de una tormenta eléctrica que hace que el barco se sacuda abruptamente de un lado a otro con olas que inundan la cubierta y si no te agarras con firmeza te arrastran al agua. A parte de la aparición de un Kraquen que casi nos envía a las profundidades, al cual yo le corté todos los tentáculos en cuanto los posicionó en la borda y Vladimir, un ruso que descubrió su poder de congelar todo lo que entra en contacto con él, solidifico el agua tras poner su mano sobre está al caer del barco y despues fue corriendo sobre el hielo y acuchilló con su espada a la mítica criatura por un costado congelandolo completamente en un segundo. Para después todos ir caminando tranquilamente sobre el hielo hasta la costa.

El otro hombre que es un sujeto casi de las mismas proporciones que Alfred pero de color, es un nigeriano nombrado Kingsley; descubre que tiene la habilidad de piel impenetrable como el diamante.

Un monstruo parecido a un tiburón pero con piel y cuerpo de cangrejo alargado, lo tomó por ambos hombros e intenta devorarle la cabeza inútilmente para luego el nigeriano propinarle un puñetazo en forma de gancho desde abajo y romperle la mandíbula en pedazos, para en acto continuo aplastarle la cabeza con su gran martillo de dos manos.

La quinta prueba consistió en dividirnos en dos grupos para activar dos palancas en lugares completamente distintos dentro de un calabozo repleto de telarañas, túneles a medio colapsar o inundados de agua subterránea que nos obligan a tomar varios desvíos o simplemente tener que cruzar a nado las partes con agua, la suerte es que contamos con un artefacto mágico similar a una brújula que nos indica en todo tiempo la dirección de nuestro objetivo. Y como no podía faltar estaba plagado de muertos vivientes y trolls de cuatro ojos, colmillos como estacas de madera que les sobresalen de sus bocas, sin cabellera, de la estatura de tres hombres uno encima del otro, tanto de piel roja como negro alquitrán, corpulentos que se les pueden apreciar casi todas las venas en sus brazos y hombros desprotegidos como el resto de su cuerpo que la única vestimenta que usan es un taparrabo de piel, los que usan grandes mazos de piedra o simplemente nos intentan aplastar con sus puños y pies.

De estos grandullones nos hacemos cargo Elizabeth y yo aprovechando que al ser tan grandes son considerablemente lentos, lo que nos hace sumamente fácil de derrotarles.

Lo que al final cuando retornamos nos tuvimos que enfrentar a una estatua de un caballero, con una cabeza de cuatro cuatro caras, una en cada dirección cardinal, de seis brazos todos con espadas que estaba situada frente al portal y cobra vida en cuanto nos acercamos. Este rival nos hace llegar casi a nuestros límites, pues tiene una defensa prácticamente impenetrable con el constante balanceo del de sus espaldas que movía de forma independiente haciendo que tengamos que estar todo el tiempo a la defensiva. Hasta que Steven logró escapar moviéndose hacia arriba y al caerle unas gotas de agua encima desde el techo, descubre filtraciones que provienen de una zona cubierta de musgo.

El muy inteligente y perspicaz chico le sugirió de inmediato al exmilitar. —Alfred salta y derriba esa parte del techo luego que yo atraiga a la estatua hasta aquí para que le caiga encima el caudal de agua que de seguro cruza por encima y así Vladimir lo congele.

Steven se cruza por delante del caballero de roca y cumpliendo con lo planeado, Alfred crea la apertura en el techo y rápidamente se asegura de clavar su hacha en una pared, mientras esperó a que se efectuara el resto del plan donde le cae al objetivo todo un manantial de agua encima, el que Vladimir convierte en un bloque de hielo de inmediato. Y después aprovechando la fuerza de impacto de la caída sumándose a su colosal fuerza, Alfred le rompió la cabeza de un solo golpe en mil pedazos.

La sexta consistió en escalar un acantilado tan alto que llega hasta las nubes para tener que darle caza a un dragón de lava que habitaba en su cumbre, dicho animal nos dió bastante trabajo con su piel acorazada y aliento de magma. Ya que solo le pudimos combatir Steven, Elizabeth y yo que fuimos los primeros en llegar a la cima y esa bestia de inmediato sintió nuestra presencia nos atacó. Por suerte que se me ocurrió que Elizabeth lo dejara ciego apuñalandole los ojos y después yo haciendo mucho ruido gritando lo atraje hasta el desfiladero para en el momento en que caía me encargué de una de sus alas que justamente en la región que está se unía con su cuerpo, no se encontraba la piel tan gruesa y fácilmente corté esta extremidad de un tajo, haciéndole a la criatura volar y morir por la caída a tan extrema altitud.

El Sombra del Abismo no tuvo la oportunidad de actuar en ningún momento porque siempre nos mantuvimos juntos y todo transcurrió bien hasta que llegó la séptima prueba.