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Chapter 19 - Capítulo 19

El instructor ve lo que me sucede y pronuncia tanto preocupado como abrumado por el inesperado suceso al mismo tiempo que corre hacia mí. —¡Maldición! ¡Esto no debería suceder! ¡Tú todavía ni tan siquiera le has asignado un nombre para que libere tanto poder!

Melias sitúa su mano derecha en mi pecho y extiende la otra al frente apuntando a una pared diciendo muy apresurado. —Primero tengo que hacer salir ese exceso de poder antes de que tu cuerpo no lo pueda soportar más.

Justo después puedo sentir como la energía que me desgarra por dentro comienza a fluir al brazo que el instructor tiene apoyado en mi pecho y seguidamente sale como un enorme rayo rojo que impacta contra la pared estremeciendo todo el lugar y derribando varios bloques de piedra mostrando un vacío de oscuridad infinita del otro lado.

El rayo fluye de la punta de los dedos del instructor con extrema potencia durante unos segundos en los que el maestro lucha con esmero por mantener la pose con una expresión en su rostro de sumo esfuerzo al que le corren continuamente gotas de sudor por la frente.

El rayo comienza a hacerse más pequeño de a poco hasta llegar al punto de que detiene su flujo, como el dolor que me hacía sufrir de igual modo, y el agujero que había causado se repara regresando por si solos los bloques a su lugar.

Melias todavía jadeando por el agotamiento de haberme ayudado retira la espada de mis manos rápidamente y le dibuja una runa con forma de dos medias lunas entrelazadas con un haz de luz azul que surge de su dedo a medida que recita un hechizo que por la forma de pronunciación es muy semejante al que había empleado la sanadora en mi brazo.

Todavía fatigado, apoyándose con una mano en su rodilla y devolviendome el arma con la otra, me dice el maestro entrecortante por la falta de aire. —Aquí tienes. Lo que más te recomiendo es tratar de no usarla demasiado tiempo seguido cuando estés en las pruebas, porque sino el sello que le puse para que limite la cantidad de poder que fluya hacia tí se romperá y entonces lo que pasó ahora se volverá a repetir y ahí si me temo que vas a morir por su culpa. Tu cuerpo y espíritu todavía no están listos para tal cantidad abrumadora de poder, está muy por encima de lo que eres capaz de soportar. Pero no te preocupes, con el entrenamiento indicado serás capaz de tolerarlo y usarlo a tu antojo sin ninguna dificultad. Solo requieres de tiempo para lograrlo.

Yo me le expreso muy agradecido. —Mil gracias instructor Melias, me acaba de salvar de una muerte segura. Creo que no hay forma de expresarle cuán agradecido estoy con usted.

Responde el instructor con humildad. —Eso no es nada chico. Solamente hice lo que cualquiera en mi posición haría.

Después yo me torno muy curioso con respecto a lo que dijo del tiempo que yo tardaría en usar libremente el poder de mi espada y le pregunto. —¿Y por cierto no sabes decirme con exactitud cuánto tiempo requerirá que yo pueda usar mi espada sin limitaciones?

—Eso varía según cada cual. Lo mismo pueden ser meses como años. Todo depende de la compatibilidad que se tenga con su arma. Hasta inclusive hay casos de que nunca llega a suceder- Después me dice al ver mi expresión de preocupación con lo último que menciona. —Pero tú no tienes que preocuparte por eso. Ahora mismo demostraste todo lo contrario.

Observa la empuñadura de mi espada y se da cuenta de algo que yo no había notado. Está había cambiado. Ya no era una empuñadura simple y tosca, sino que mejor moldeada la parte donde van los dedos que garantizan un buen agarre y la parte superior que era una pieza rectangular, ahora tiene forma similar a puntas de flecha en los extremos más delgados que el centro, llena de tallados como runas antiguas que crean un bello patrón además del surgimiento de una figura de una estrella como las que se aprecian en el cielo encerrada en un círculo justo en el centro de todo.

—Esto es algo más que lo demuestra. Puede que obtengas la misma afinidad con ella como la que tenía con su anterior dueño.

Entonces le pregunto impresionado al oír de que esta espada había tenido otro portador antes que yo. —¡¿Y entonces que le pasó al que ya no la tiene?!

Melias me da la espalda y dice muy misterioso a la vez que regresa al centro de la sala. —Ya he dicho suficiente chico. Confórmate con eso que es hasta demasiado de lo que deberías saber.

Me quedo con la intriga pensando... «Estas personas dan una respuesta y dejan mil preguntas. ¿Por qué tanto misterio?»

Después del maestro dejarme sólo, mis amigos se acercan. —Eso fue muy extraño, lo que te pasó. En verdad temí por tu vida al ver como gritabas. Pero ¿ahora estás bien no?- Pregunta Alfred con cierta angustia.

—Si, solo me duelen un poco los brazos, como si hubiera echo mucho esfuerzo, pero a parte de eso más nada.

Elizabeth que nota la transformación que hizo mi espada, dice impresionada a la par que se acerca para observar con más detalle. —¿Y qué le pasó a tu espada? Antes no era así de bella; al contrario era simple y poco llamativa.

La levanto frente a ellos que se acercan para ver y les digo casi con su mismo asombro. —La verdad que después que sucedió eso cambió así. El maestro me dijo que es muestra de buena afinidad entre yo y ella, como la que tenía con el dueño anterior de ella pero más nada.

La asombrada chica comenta mientras observa su lanza. —¡Oh, entonces eso significa que mi lanza también hará lo mismo, fascinante- Después cambia el tono de su voz a uno de incertidumbre. —Lo que me preocupa es eso de que las armas de todos tenían un dueño antes que nosotros. Que curioso. Me pregunto que les pasó— Concluye preocupada

Yo contesto acompañándole en el sentimiento. —También me hago la misma pregunta.

El instructor dice tras dar dos palmadas para llamar la atención, volver a la normalidad y continuar con la clase. —Por favor, traten de olvidar lo sucedido por ahora y retomemos la clase que no hay mucho tiempo.

Después de haber terminado la clase que lo que más hicimos fue algo así como meditar, cosa que me hace pensar que nos entrenamos de forma similar a los monjes Shaolin. Vamos directo a tomar un baño para después descansar un rato.

Y justo cuando Elizabeth y yo comenzamos a hablar de lo ansiosa que está por que su lanza cambie igual que mi espada, podemos escuchar el grito aterrador de una chica proveniente del baño.

Y justo en este instante puedo sentir como mi espada comienza a vibrar ligeramente como signo de alertarme de algo.