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Chapter 18 - Capítulo 18

Poco tiempo después nos reunimos en el centro del gran salón tras escuchar un repicar de la campana. Pero para sorpresa de algunos y no tanto para otros como yo que ya me había imaginado la posibilidad de que el que iba a dar la clase no es el instructor Luther como la vez anterior, sino aquel que habíamos visto anteriormente cuando socorrió a nuestro compañero de los efectos adversos del uso excesivo de su poder; Melias, acompañado de aquel chico en perfecto estado que hablan fluidamente como personas que se conocen de toda una vida.

Al reunirnos todos alrededor de ellos el instructor nos habla con suma gracia y cortesía. —Saludos a todos los que ya me conocen y es un gusto para los que no. Para estos últimos les comunico que yo soy el instructor de habilidades mágicas. Qué como dice el nombre de mi profesión les voy a enseñar a dominar perfectamente el poder que les otorgó su arma sagrada a los que ya lo han descubierto y a los que no les ayudaré a que lo consigan.

—Disculpe instructor Melias— Le pide permiso para hablar un chico alzando la mano.

—Si diga joven— Fesponde el maestro dispuesto a aclarar sus dudas.

—¿Y por qué usted no nos dió clases desde antes del inicio de la primera prueba para así todos estar bien preparados y que no hubieran muerto tantos como hasta ahora?

Melias responde con pesar. —Sabía que eso era lo primero que me iban a preguntar, pero de cualquier modo siempre me es difícil asimilar la idea de que ustedes piensen que yo tengo la culpa de como han sucedido las cosas y a veces pienso que así es, pero les comunico que eso no está en mis manos. Todo lo que se hace en este lugar hasta el más mínimo detalle es orientado estrictamente por el Administrador y a su voluntad nadie se puede oponer por muy controversial que nos parezca en ocasiones. Pero él es quien da las órdenes y nada se puede hacer que no sea cumplir sus orientaciones a cabalidad.

Pregunta la chica que descubrió su habilidad recientemente. —¿Y por lo menos no les explica el porqué de sus orientaciones?

—Si lo hace, lo que...— Realiza una pequeña pausa para asimilar la difícil respuesta. —Siempre dice que todo es en pos para eliminar de la forma más eficiente y rápida los que no nos sean competentes ni dignos de tal importante tarea. En pocas palabras el que no demuestre habilidad ni aptitud desde un principio no vale la pena dejarle con vida.

Algo de asombro y disgusto se puede notar en el rostro de los alumnos pero ya más o menos todos estábamos preparados para una respuesta así de desagradable, por lo tanto no causa demasiado revuelo que no pasa de un par comentarios de enojo como... —Ese Administrador es un verdadero *'"'€#— Ó —Se ve que ese *"€# no está en nuestro lugar.

Entonces yo le pregunto tras extender mi mano y él dar su consentimiento con un —Si diga— Al yo ver como le aflige aceptar tales términos. —Instructor Melias por lo visto usted toma los orientaciones de su superior de una forma muy diferente al instructor Luther. ¿Me puede decir el por qué de esa diferencia entre ambos si tienen el mismo objetivo?

—El instructor Luther es el típico soldado que se limita a acatar órdenes sin objetar y siempre pensando que es lo correcto aunque aparente lo contrario. Actitud que os recomiendo que deben asumir si no quieren verse realmente afectados mentalmente por las atrocidades que puedan ver en este juego y de seguro que encontrarán en Helment. Pero eso queda a juicio propio. No todos son como yo que siempre se me enseñó a tratar de hacer las cosas de la mejor forma, justa y sin causar grandes agravios.

—Ya entiendo. Muchas gracias por su cordial respuesta.

—No hay de que. Parte de mi trabajo como instructor es aclarar las dudas que tengan sobre la aptitud y comportamiento a seguir— Pronuncia con una sonrisa agradecido. -¿Alguna otra pregunta?

Alfred levanta su grueso brazo y pregunta muy serio. —Señor instructor, aquí todos pudimos comprobar en la última prueba por los cadáveres que en esa caverna hay, que este juego se ha realizado antes. ¿Qué nos puede contar al respecto de lo sucedido en las anteriores veces que esto ha sucedido?

El instructor se torna un poco serio y responde de forma inexpresiva como si fuera una máquina. —Me temo que ese tipo de información no la puedo compartir por el bien mío y de todos. Lamento mucho no poder ayudarte con tu duda.

—De acuerdo, de todos modos ya me imaginaba que no iba a ser posible por lo complicado que podía ser el tema— Pronuncia un poco inconforme.

Melias hace por cambiar el ambiente de disgusto que se respira desviando la atención, retomando el objetivo principal de la clase. —Bueno si esas eran todas las preguntas; ahora vamos a concentrarnos en la clase que es lo que les debe importar más en este instante— Realiza una pausa y continúa

—Estoy seguro que ya todos saben que este compañero suyo— Apoya la mano sobre el hombro del chico de cabello rizado junto a él. —Se vió en una situación muy difícil al gastar demasiada de su energía espiritual, cosa que casi le cuesta la vida. Pues para eso es esta primera clase en parte, para conocer sus límites y aprender a regular el poder que ustedes sean capaces de usar. Comenzamos entonces— Pronuncia algo emocionado y frotando sus manos. -Antes que nada deben sostener su arma en frente, cerrar los ojos y hacer lo posible por concentrarse para poder sentir el poder que fluye dentro de ella y atraerlo hacia ustedes. Pueden sentarse para tratar de estar más cómodos porque en verdad pueden tardar bastante en conseguirlo. Aunque para los que ya han descubierto sus habilidades les será sumamente fácil.

Mientras realizo lo que orienta me digo al lograrlo sin esfuerzo alguno... «En verdad que me fue muy fácil hacerlo. Antes tenía que sentirme nervioso y con ira para lograr que su poder se activara y sin embargo ahora lo consigo con normalidad»

Todo va de maravilla hasta que siento que la energía que fluye por mis brazos se sincroniza con mi ser que se hace cada vez mayor sin poder controlarla al punto que me comienza a causar un extremo dolor de como si me destrozaran los brazos en primera instancia y después el resto del cuerpo desde el interior, donde al verme en esta preocupante situación no hago más que gritar tanto aterrado como adolorido. —¡¿Pero que me sucede!? ¡Aaah! ¡Esta cosa parece que me va a hacer estallar..! ¡Aaah!