Tras oír esa voz que nos comunica que estamos en un juego, no puedo evitar pensar que es cómo que estuviera dentro de un videojuego RPG o algo así.
Todos se quedan muy asombrados con la noticia y hasta un poco incrédulos con expresiones de duda claramente plasmadas en el rostro, pero solo se limitan a continuar escuchando a quién nos habla.
—Su duda es notoria así que déjenme explicarles; habéis sido elegidos después de haber muerto por diferentes razones en su mundo, para formar parte de este juego con el único propósito de comprobar si son dignos de reencarnar en otro nuevo mundo— Dice con autoridad afirmando que no hay ninguna otra opción más que sobrevivir a lo que venga.
Muchos se muestran entusiastas, en su casi totalidad personas más o menos de mi edad o algunos más mayores que aparentan ser adictos a los videojuegos como yo, cosa que es muy evidente por no estar para nada arreglados, con el cabello y barba bastante largos, con una incipiente obesidad la mayoría y de un tono blanco pálido en su piel por estar mucho tiempo dentro de casa sin tomar el sol, hasta se puede escuchar un par de gritos de alegría que dicen —¡Siii voy a ir a un Isekai!
Pero algunos otros se muestran muy serios como yo, porqué sabemos desde el momento que vimos a aquella bestia inmutable aparecer en la sala que va a ser cualquier cosa menos sencillo superar todo esto.
—Solo tienen que completar las diez pruebas y ¡Listo! Serán enviados al mundo de Helment, un mundo de magia y criaturas míticas— Al terminar la frase, aparece flotando cómo si fuera un holograma la forma de un planeta muy parecido a la tierra en cuánto a tener mucha agua en su superficie pero con la forma de los continentes completamente distintos. -En este mundo les esperan muchas dificultades porque está lleno de peligros y guerras como podéis observar— Prosigue sin titubear.
Acto seguido muestra imágenes en vivo de monstruos con la apariencia de a lo que a mi entender son demonios o algo así, de pieles oscuras como el barro, garras y dientes largos afilados como cuchillas con ojos rojos como carbón encendido que asesinan a personas indiscriminadamente, además de sangrientas escenas de campos de batalla con el detalle llamativo de lo que parecen ser explosiones mágicas, hasta algunas de estas imágenes les parecen tan perturbadoras a algunos que les hacen vomitar.
—Por como pueden comprender ese sitio no es para débiles que estoy seguro que no conseguirán pasar— Se escucha una risa sarcástica salir de ese oscuro rostro. -Pero tened algo claro, ustedes van a cumplir un papel importante en ese mundo así que tienen que tener una actitud de un verdadero y justo héroe— Pronuncia con seriedad en sus palabras. —Los que no cumplan con estas cualidades no van a ir allí ¡Sino que yo mismo los eliminaré!— Exclama a voz viva.
Esa última frase impacta a muchos por imaginarse que esta persona nos puede enviar a nuestra segunda muerte cuando se le antoje; en este momento puedo comprender que lo más probable es que hayamos sido escogidos al azar y por consiguiente aquí hay todo tipo de personas y no todos son dignos de esta supuesta segunda oportunidad, porque de lo contrario si obraron mal en su anterior vida lo continuarán haciendo en está y estoy seguro que la entidad divina que nos trajo aquí no lo desea.
—Por supuesto van a tener que combatir en diferentes situaciones que obviamente se van haciendo más complejas y difíciles mientras van avanzando con cada una, que tras haberlas completado serán enviados de la misma forma en la que llegaron a este salón que dicho sea de paso van a realizar la primera. Ahora lo más importante... Estoy seguro que todos han percibido algo extraño en el arma que seleccionaron y a lo mejor pensaron que solo era su imaginación. Pues no, sí hay algo especial en cada una, y es que cada arma otorga una habilidad diferente a su dueño que incluso más adelante la podrán hacer ocultarse dentro de su cuerpo por medio de su mano derecha como si de una vaina se tratase. Pero no se tienen que preocupar ahora de ello, eso y más lo van a aprender en el transcurso del juego—
Me pregunto mirando de arriba a abajo mi espada mientras la sostengo frente a mí. «¿Cuál será la habilidad que me vas a otorgar? ¿Cómo la podré usar?» Pero me imagino que ha de ser en situaciones de vida o muerte como la que está por ocurrir, termino la idea observando con preocupación a aquel imponente sujeto mientras la voz sigue hablando por los aires.
—Y en cuanto a algún adelanto sobre cómo serán las pruebas, es que lo irán sabiendo mientras van llegando a cada una... Eso es todo- Prosigue luego de una pausa. —Cómo pueden ver tienen a un sirviente mío en el mismo centro de este sitio y para pasar la prueba le tienen que derrotar— No solo la voz que ahora se escucha más emocionada que antes, sino también el hombre corpulento frente a nosotros se nota listo para lo que viene. —Pero un detalle, todo aquel que no haga más que huir y no intente enfrentarle a la espera de que otros le derroten, será eliminado; los héroes son siempre decididos, valientes y trabajan en conjunto para derrotar al enemigo, no unos cobardes que huyen de las situaciones difíciles—
Pienso y miro con detalle a mi alrededor y calculo con optimismo que debemos ser alrededor de poco más de cincuenta personas, en su mayoría hombres no mayores de los cuarenta años y algunas mujeres pero muy pocas, creo que cinco o seis por lo que alcanzan a ver mis ojos, todos bien armados, así que tenemos alguna posibilidad de vencer por muchos que mueran, seguido observo al gigante frente a nosotros y pienso que al ser tan grande de seguro que es muy lento y eso es otro factor en nuestro beneficio.
Pero cambio de parecer cuando el sujeto nos grita eufórico. -¡Que comience la prueba!-
Y aquél que yo pensaba una mole lenta se mueve velozmente hacia adelante como una bala de cañón, sin dar oportunidad a una reacción, cómo cuchillo en mantequilla traspasa a varios de los nuestros y yo quedo prácticamente paralizado.
Tal espectáculo hace que trage en seco y diga asustado -¡Hay Dios mío!- Mientras veo como caen a mi alrededor igual que gotas de lluvia partes de los cuerpos y sangre de ellos.
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