Después de ese momento tan extraño que tuvo la directora conmigo procedí a buscar algo de comida. No sabía si tenía verdaderamente algo de confianza con mis compañeras las cuales se habían dividido ya en los grupos normales. También sentí una mirada algo intensa de la casa de los humanos hacia mí. Pero la reina no tenía por qué tener odio o miedo, incluso no tenía ni por qué conocer de mi existencia. A menos que alguien le hubiera hablado de mi persona.
En verdad extrañé los momentos de soledad que eran los años de dormir esperando la eternidad en una dimensión vacía. Encontrarme en un ambiente lleno de personas me hizo hasta sentirme un poco más solitario... Nadie se acercaba a hablarme. Y tampoco me iba a acercar para molestar.
La mayoría por no decir todos los asientos estaban ocupados, mesas incluídas... No me habían contado para la fiesta, seguramente pensaron que el rarito que está en su habitación no iría a algo así. Pero por ello pude acercarme más a esa zona que parecía estar vacía. Y como pude confirmar. Estaba totalmente carente de alguien, aunque todo estaba puesto para que se presenten. Había un asiento para todos, reina, rey, príncipes. Incluso un asiento para el campeón. Y solo por tomar un poco de bromas me coloqué allí, en ese asiento que se encontraba casi que en el medio. Era el campeón de una raza que siquiera se presentó... Bastante gracioso.
La noche se hacía más y más larga para mí, como si el tiempo no quisiera pasar o se estuviera rebobinando para hacer de esto una tortura algo más larga. Aunque en cierto punto sí pude hablar con alguna de las chicas. Me sentía algo excluido porque debía actuar como si no entendiera ninguna referencia a la tierra.
Pasaron las horas que se sentían como días y cuando la luna llegó al centro con una hermosa luna llena todos fueron a sus lugares. Las luces se apagaron mientras que la confusión se hizo notar en todos.
Reflectores empezaban a iluminar a los humanos, hasta me daba vergüenza ser de esa misma especie. Música empezaba a sonar, y algo así como un parlante con un micrófono le dió voz a la reina.
R.H: "Caballeras y acompañantes. Por la época ustedes deben suponer qué momento es. Exacto, por siglos y siglos hubo una gran batalla entre dioses, mayores y menores. Por el control total del poder absoluto, la gloria y la fuerza. Aún recuerdo cuando fue mi turno. Combatir sola por mi misma contra incansables monstruos de las profundidades. Me llena el alma de valor. Pero hoy nos encontramos por algo mucho más... Diplomático. Dónde vamos a luchar por la distribución de nuestras tierras una nueva vez. Claro, todos conocen como es este torneo. El campeón de cada raza va a combatir contra sus pares. Todos los conocen muy muy bien. Fuertes, ágiles, poderosos."
Las luces iluminaban automáticamente a las participantes, aunque la luz que correspondería a los humanos apuntaba a la puerta y la de el lugar donde yo me encontraba apuntaba a cualquiera lado. Aunque parecía no ser todo. El sonido del movimiento de la puerta enorme, la cual era iluminada por el reflector, se hizo denotar por todos en la sala. Un cabello rubio, una figura esbelta en un traje color negro con una camisa y corbata carmesí. La impresión de aquella figura mostraba interés, en todas las reinas, campeonas, nobles y hasta profesoras. Mientras esto pasaba ya sabía quién era. Charles.
Aquel chico que causaba envidia se acercaba siendo escoltado por la pelirroja de Scarlett, una elfo de figura joven y una criatura pequeña. Aunque estas dos estaban cubiertas casi completamente.
La sonrisa del individuo se hacía notar, notar y hacia también que mi cuerpo queme como nunca. Él caminaba hasta la par de la reina. Ocupando el lugar de rey. Cosa que causó una sorpresa en conjunto.
R.H: "Y aquí he de presentar a mi campeón. Campeón y rey. Charles. Quizá lo conocen como... El terror del norte. Quien nos dejó ver la traición de la casa 'Iron mouse'. Y con ello... ¿mmm?"
La directora estaba comentando algo en el oído de la reina. Algo que nadie podría escuchar inclusive con el uso de magia para aumentar el oído era totalmente inútil.
R.H: "Parece que el sucesor de la casa Iron Mouse se encuentra aquí. Por lo menos una rata que no se esconde. Y está... Oh. Parece que el pequeño está como campeón de los 'Desastres'. ¿Muy seguro de eso querido? A ellos les queda únicamente una ciudad que funciona como su capital... Son esclavos del resto. ¿Acaso vas a representarlos?"
Me levanté, y utilizando un hechizo para aumentar el volumen de mi voz miré hacia adelante.
"Lo haré. Y también para defender el honor de mi madre."
R.H: "Qué adorable cariño~ te prometo algo. Si tú eres el campeón del torneo. Tu madre no será ejecutada, únicamente exiliada. La pondremos en una linda jaula para que vea a su pequeño luchar. ¿Te parece? Seguro que sí. Y con eso... Mañana se dará inicio a este pequeño espectáculo."