Al morir Sade la tribu de Driez no tuvo ningún problema en dominar a las otras especies que habitaban en el bosque. Los primeros en caer fueron los Conejos quienes a pesar de poseer un vasto ejercito su naturaleza pacifica les impidió luchar con la ferocidad necesaria. El líder de los Conejos cayó tras una cruenta batalla en la que los Cuervos eliminaron a todo el ejército enemigo. Los Mapaches también corrieron una suerte similar al intentar enfrentarles sus tropas no tuvieron la agudeza mental que poseían los Conejos; al final tras varias batallas perdidas el líder Mapache asustado intento negociar con el Rey Maggalor; pero este empezó a reír en su rostro para después ordenarle a su comandante que ejecutase a la basura que tenía enfrente suyo.
Los Castores intentaron vengar a Sade; pero su suerte no parecía diferir con la de los Mapaches y Conejos. La razón mayor de estas terribles derrotas eran las alas de los Cuervos, ellos podían atacarles en grandes bandadas tomando distancia de ser necesario durante la batalla agotando al ejército rival en el combate.
Cuando las tres tribus se rindieron ante los Cuervos su rey Maggalor ordeno construir una pila de cuerpos en uno de los montes del bosque. Eso serviría como una advertencia para todo aquel que osase tomar el control de su reino.
Durante años ese control fue bastante exitoso. Las tribus estaban bajo el dominio del Rey Cuervo Maggalor; pero había un problema muy grande que atender: La ausencia del sol.
Las tribus temían que las plantas muriesen y con ello también sus vidas quedasen acabadas; sin embargo el Rey Maggalor ordeno un control sobre los alimentos del bosque luego dijo que todo aquel que osase sobrepasar ese control sería asesinado. Eso funciono bien; pero el capitán de la guardia real decidió hablar con su señor durante la noche por una sola cosa que temía que estuviese olvidando
- Mi señor- se presento mientras bajaba su cabeza y se inclinaba ante Maggalor
- Capitán Torinas- le saludo con jovialidad el rey- ¿Por qué vienes a mí a estas horas?
- Para darle un consejo importante
- Podía esperar a mañana Capitán- gruño Maggalor
- ¡Es cuestión de vida o muerte mi señor!- insistió Torinas
- Habla entonces- le ordeno el Rey Cuervo
- Mi rey, deseo de corazón que no haya olvidado las palabras del Castor Sade cuando dijo que vendría un nuevo rey a derrocarle mientras lanzaba esta maldición
- Para nada Capitán, pero no sé qué es lo que deseas que haga con ello
- Permítame establecer un control en los recién nacidos, eso podría evitar que alguien se revelase contra nosotros, le tendríamos vigilados a toda una nueva generación y cuando actuase de manera sospechosa como también rebelde; entonces le mataríamos
- Me gusta ese pensar mi amigo, hazlo- rió con malicia Maggalor
- Si mi señor- le respondió mientras echaba vuelo
- Mañana daremos la noticias a las tribus- dijo Maggalor con una sonrisa de victoria
Y así fue como una generación entera sucumbió bajo las órdenes del rey Maggalor y sus tropas. Durante diez años largos la opresión junto con la muerte se adueñaron del que alguna vez había sido un hermoso bosque. El cual se marchito con el paso del tiempo. Un tiempo que se conoce en la actualidad como la Edad Oscura.