Ambos estaban sonriendo en silencio por unos minutos; hasta que Jon se levanto del suelo y le dijo con el tono más inocente del mundo.
- Hola ¿Cómo te llamas?
La Reptil no sabía qué era lo que le había dicho; tampoco sabía cómo contestarle. Pero podía sentir la inocencia, junto con el cariño en ese sonido que el Conejo había emitido por la boca.
- A lo mejor aun no sabes hablar- observó Jon; riendo con mucha felicidad- mi nombre es Jon, ¿puedes indicarme cual puede ser el tuyo?
Ella le miro con cierta curiosidad; pero bajo la cabeza y saco del suelo algo para dárselo a Jon.
Era una flor.
Jon estaba anonadado. Había oído hablar de las llamadas flores, cuando era más pequeño, de la boca de los ancianos. Ellos las mencionaban como lo más bello que podían existir en la creación, algo que podía decir más cosas de las que las palabras podían decir. Desgraciadamente esas llamadas flores se marchitaron varios años atrás con la llegada de la noche eterna. Jon nunca llego a creer que las vería en vida; pero ahora tenía, enfrente suyo, a una de esas maravillosas y míticas flores de un color violeta resplandeciente.
- Gracias- murmuró Jon recibiendo el regalo de su nueva amiga- esto es hermoso, ojala supiera tu nombre para poder agradecerte aun mas.
La Reptil acaricio la cabeza de Jon mientras sonreía cariñosamente.
- Escucha, creo que debo ser yo el que te de un nombre ¿si no te molesta claro?
La Reptil negó con la cabeza. No entendía del todo pero podía saber que era lo que le decía su nuevo amigo.
- ¡Bien!- exclamó Jon- entonces como eres un reptil, pues te llamare Reptil.
Jon estaba sonriendo luego agrego, algo avergonzado.
- se que no es un buen nombre; pero no se tampoco si eres un macho o una hembra.
Ella sonrió y lo abrazo emitiendo algo que podría entenderse como una risa. Jon también comenzó a reír de una manera bastante inocente. Era como si los dos fuesen los únicos habitantes del mundo y también los más grandes amigos del mismo.
Entonces escucharon gritos que de alguna manera le dijeron a Jon que su hermano corría peligro.