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Chapter 8 - CAPITULO 8: LA PRIMER BATALLA DE LA REPTIL

Habían oído el grito de Ernestus por lo que Jon supo que era su hermano. En su interior se dio una batalla muy grande.

"¡Él se lo merece!" exclamaba una voz interna suya, con mucho rencor por lo que Titus le había dicho y hecho durante ese tiempo "Lo salvamos en la gran batalla; pero lejos de agradecernos por lo que hicimos decidió insultarnos y desear nuestra muerte, ¡se merece lo que le hagan!"

"¡Basta!" Se gritó internamente mientras su propio enojo comenzaba a volverse en contra de esa voz interna que le pedía la sangre de su hermano "Él perdió las esperanzas, nunca me odió. Quizás en este momento está asustado y enojado con todos; incluso con él mismo. Él no me odia ni desea nuestra muerte, es él quien se odia y quizás desea su muerte; pero no pienso abandonarlo. ¡Porque es mi hermano y le quiero! por lo que iré a ayudarlo".

- Reptil, mi hermano está en peligro- le explicó con verdadero temor- tengo que ayudarlo, por favor quédate aquí, es muy peligroso para ti el ir conmig…

La Reptil no perdió tiempo tratando de entender lo que su amigo le decía. Ella podía ver la amargura en su rostro, lo que indicaba que algo terrible estaba pasando. Por lo que corrió a donde el grito había provenido tomando a Jon consigo con intenciones de que la acompañase.

- ¡Reptil!, ¡no por favor!- le gritaba asustado Jon- ¡es muy peligroso para ti!, ¡no quiero que sufras algún daño!

Al parecer su amigo se preocupaba por ella; aun así no quería dejarlo ir solo. Era su amigo al final de cuentas, ella debía estar para él como él debía estar para ella.

Cuando llegaron vieron a Ernestus en el suelo. Jon corrió a donde estaba él para ver si se encontraba bien.

- ¡Ernestus!, ¡¿te encuentras bien amigo mío?!- le preguntó Jon acercándose al cuerpo del castor, el cual estaba acostado de espaldas- ¿Ernestus?

Cuando lo dio vuelta comenzó a gritar, por que el cadáver de su amigo tenía las cuencas de los ojos vacías y la sangre corría sobre sus mejillas, como si estuviese llorando, la expresión de su rostro mostraba un dolor agónico terrible.

Jon no podía ver más ese horror. La Reptil lo tomó de los hombros para abrazarlo, colocándole la cabeza sobre su regazo. Jon comenzó a llorar mientras ella lo consolaba y veía con odio lo que le habían hecho al pobre amigo de ese tierno Conejo.

Entonces escucharon las voces de los Cuervos y la voz de Titus. Al parecer pensaban dejarlo vivir de momento.

Las aves tomaron vuelo siendo varias de ellas las que se iban. La Reptil se ocultó con Jon en su regazo dentro de un árbol. Cuando estas aves se retiraron ella salió y, con la señal de su dedo índice sobre su boca, le indicó que se mantuviese callado. El entendió lo que quería decirle pero igual pregunto en voz muy baja.

- ¿También deseas que me quede aquí?

Ella asintió con una sonrisa, luego fue a donde provenían los sonidos de lucha que se escuchaban cerca.

La Reptil vio como golpeaban a un pobre conejo de pelaje marrón claro. Al parecer esos tres desgraciados se ensañaban con él. Aquello la molestó por lo no se quedo de brazos cruzados viendo eso.

Titus estaba casi inconsciente cuando le pareció ver a un ser enorme detrás de uno de los Cuervos. Este no le vio pero al intentar darle otro picotazo en la cara, fue que aquel ser le tomo del cuello y tiro para arriba.

Los otros dos cuervos no podían creer lo que acababan de ver. Un reptil gigantesco y bípedo acababa de tomar del cuello a uno de ellos y arrancó su cabeza. Ahora esa cabeza se encontraba colgando en sus garras con la espina dorsal moviéndose como si fuese una ramita al viento.

Los vio con ira. Había acabado con uno de esos monstruos; pero ahora se haría cargo de los otros dos.

Fue rápido. Tomó a uno del pecho con sus garras y lo aventó a un árbol. Aterrizó sobre una rama la cual le atravesó el pecho. Aquel Cuervo estaba estacado en ese árbol con la mirada perdida.

Titus no podía creer lo que veía. Aquel ser era rápido y fuerte; pero por sobre todo era letal. Comenzó a sonreír al sentir sus esperanzas renovadas.

El Cuervo que quedaba estaba aterrado, por lo que trató de levantar vuelo; pero era tarde. Aquel enorme reptil le tenía atrapado del cuello.

Ella lo vio a los ojos y pudo notar negrura en los mismos. Algo sucio como también malvado. Por esa razón apretó con mucha fuerza el cuerpo de aquel maldito.

El dolor era imposible de describir, se sentía como si su cuerpo estuviese siendo compactado de a poco; entonces el lanzó un grito que se ahogó de inmediato. Sus huesos se habían roto y la sangre emanaba de la boca. Al final quedó con la boca abierta, expresando dolor; mientras los huesos quedaban al descubierto y los que no salían, terminaban apuñalando sus órganos internos.

Luego de exprimir lo que quedaba de aquel malnacido, lo soltó. Después se acerco al Conejo y le ofreció su garra como ayuda para levantarse

- Gracias amigo- le agradeció Titus con una sonrisa; aceptando la garra de la Reptil quien de un solo tirón lo levantó- eres nuevo en el bosque ¿cuál es tu nombre?

- Ella se llama Reptil hermano- le respondió Jon en ese momento con una sonrisa triste- y es mi mejor amiga en el mundo.