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Chapter 5 - CAPITULO 5: UNOS MESES DESPUÉS

Jon y Titus caminaban por el oscuro bosque mientras veían hacia arriba en todo momento. Les acompañaba un Castor llamado Ernestus, con un cuidado casi difícil de mantener se movían con el mayor de los sigilos. Un solo movimiento de los árboles o peor aún, un aleteo era señal de escape. Los Cuervos aun les perseguían por haberse rebelado contra ellos. Continuaron su caminata hasta que Jon comenzó a llorar nuevamente, luego se arrodillo en el suelo para taparse la cara con sus pequeñas patas blancas.

- ¡Carajo Jon!, ¡no otra vez!- murmuró con ira Titus.

- Lo siento pero no puedo más con esto- gimoteó en voz baja Jon.

- ¡¿Acaso crees que nosotros tampoco estamos agotados o al borde de las lagrimas Jon?!- preguntó molesto Titus- ¡Ripter era nuestra esperanza pero murió a manos de los endemoniados Cuervos!, ¡no tenemos esperanzas ni tampoco sueños, inclusive el de ver la luz del sol en algún momento determinado!, por eso estamos huyendo, ¡para sobrevivir!

- No quiero irme de este Bosque, es mi hogar hermano- protestó en voz baja Jon

- ¡Yo tampoco quiero hacerlo ni mucho menos Ernestus!, ¡pero debemos hacerlo o moriremos en este lugar!, ¡han pasado meses desde que nos rebelamos!, ¡ahora casi todos están muertos con excepción de nosotros!- le respondió Titus.

- Cálmate Titus- le pidió Ernestus preocupado por el tono de voz que Titus empleaba con su hermano menor- es todavía es un pequeño.

- No- murmuró con ira Titus- ya no lo es, ahora parece más una carga molesta que un pequeño.

Aquello dejo mudo a todos y Jon con varias lágrimas en los ojos, se levanto del suelo para huir corriendo de allí.

Titus no tenía intenciones de ir tras él, luego le dijo a Ernestus.

- Si quieres puedes seguirme; pero si no entonces ve tras él, de todas formas yo me iré de este bosque cuanto antes.

Luego continúo su trayecto mientras que Ernestus le seguía.

Jon corría sin importarle que lo oyesen los Cuervos. Titus podía tener razón en que era solo una carga; pero no importaba. Él podía pelear por su hermano, incluso hubo un tiempo en que ambos eran muy unidos; pero luego de la derrota de Ripter esa unión murió y solo quedo resentimiento hacia él o peor; hacia todos.

Ripter era un faro de esperanza para Titus; pero no para Jon. El tenía algo que no le gustaba, algo que quizás le impedía ser el Rey de la profecía. Era soberbio, no había humildad en su accionar; pero era aun peor. No tenía la astucia necesaria para saber cuando su plan podía ser erróneo.

Recordaba cuando le señaló a Ripter sobre lo erróneo de su plan de combate en la llamada batalla final.

Ripter les decía a todos que los Mapaches atacarían en las copas de los árboles y que los Castores irían por tierra, parecía un buen plan de no ser porque los Mapaches eran criaturas que no conocían con la misma precisión que los Castores a los árboles; mientras que los mismos Castores en tierra no tenían mayor desenvoltura que en el agua. Lugar en donde los Conejos iban a atacar, por lo que trato de aclarar ese error, solo era eso, decirle que estaba equivocado y que re armara su estrategia.

- Ripter- le había dicho con algo de timidez- tu plan… no sé si funcionara.

- ¿Por qué dices eso?- le preguntó con algo de enojo Ripter.

- Las especies que deseas usar no están bien coordinadas con su lugar de desenvolvimiento, los Castores deberían estar en las copas de los árboles o como última opción en el agua.

Los Castores asentían al oír a Jon hablar.

- Los Conejos no desenvolvemos muy bien en la tierra e inclusive podríamos cavar túneles para poder atacarlos por sorpresa- continuo Jon mientras que los demás Conejos asentían ante semejante verdad- los Mapaches pueden estar en tierra con nosotros, inclusive actuar como un refuerzo para los demás Conejos.

Todos estaban de acuerdo; pero Ripter no parecía estarlo, ni tampoco Titus.

- Eso es precisamente lo que esperan que hagamos Jon- dijo Ripter con una sonrisa nerviosa y cansada- la idea es tomarles por sorpresa no darles un objetivo fácil.

- ¡Pero eso es lo que harás si continuas con este plan!- protestó Jon con unas pequeñas lagrimas en los ojos- ¡darles un objetivo fácil!

- Ya cierra la boca hermano- le ordenó Titus molesto- tú no tienes idea de lo que dices.

Jon se impresiono al oír a Titus decirle eso, al punto de que se retiro de allí con lagrimas en los ojos, Ripter, por otro lado, continuaba con su tonta estrategia.

La batalla fue sangrienta y, como lo esperaba Jon, ninguno de los animales supo desenvolverse bien en el ambiente al que no estaban acostumbrados. Fue durante esa batalla que Ripter murió, también fue después de esa batalla que Titus le comenzó a odiar.

Dejo de correr, se detuvo cerca de una hermosa pradera con una roca en el medio de la misma, nunca había reparado en ella; pero decidió esconderse allí para poder llorar un poco más.

Él odiaba ser tan débil. Nunca ser de ayuda para nadie y que lo tomasen por cobarde; pero no podía evitarlo. Era una fuerza bondadosa en su interior que le imponía ser de esa manera. Alguien amable, cariñoso e inclusive sentimental. Los demás lo veían como el marica del grupo; pero él mismo sabía que tenía valor, salvó a su hermano quien estaba inconsciente durante esa batalla, al menos allí no lloro; pero si tenía mucho pánico, mucho miedo, ¿por qué no podía ser como su hermano? Valiente y audaz, su hermano le quería; pero a la larga se harto de su modo de ser. Quizás fuese mejor que se quedase en ese lugar llorando y esperando a que los Cuervos fuesen a matarlo, mientras Titus sobrevivía, le salvaría la vida por última vez al hacer aquello.

Continuo su pequeño lamento hasta que oyó unos pasos. Jon de pronto sintió algo. No era miedo, era algo similar a una especie de nerviosismo. El esperar algo bello y saber que estaba cerca. Miro a su costado, entonces vio una silueta entre las hojas del césped alto. Era brillante, era algo alta; pero parecía una figura demasiado imponente, como también bella. Luego esa figura se fue acercando a él hasta estar delante suyo. Jon la vio sorprendido, al punto tal que no sabía que decir.

Era una Reptil alta, de un aspecto extraño, al parecer caminaba con sus patas traseras. Casi como Jon, su garra se acerco al rostro conejo para secarle una lágrima. Él no tenía temor ante su presencia.

Ambos se vieron y en ese momento sonrieron.