— Que frío...— Son las palabras de, Roland, que ve la nieve cubrir el mundo, su respeto ante la llegada del invierno a la zona.
- 20 de diciembre de 1406 -
Como en todas las ocasiones su familia y el pueblo se han preparado para está estación del año...Para la llegada del invierno.
Pero no siempre es suficiente prepararse de antemano...Muchas veces no todos sobreviven por la falta de comida o por las altas temperaturas.
Aquí los que quieran vivir deben trabajar...Aveces cuando la comida no da a vasto los padres y mas que nada el lider del pueblo opta por abandonar a los niños en el bosque, ya que el lider racióna las provisiones.
Así que cada niño debe demostrar que son superiores en labor y en actitud para no ser desechados...'Para que no nos pase tal destino', todo esto estába circulando en la mente de Roland, mientras alimentaba a las vacas y las ordeñaba.
Mientras seguía pensando en esto el joven recordo lo dicho por Tíbet, el rey es el mas poderoso capaz de cambiar el destino de todos y todas. — Aveces la guerra no son sólo las batallas, si no el día a día...¿Por que el rey no hace nada ante esto? — Roland, apretó su ropa con un poco de fuerza mientras miraba a la lejanía.
Pero entre mas hablaba su rabia crecía.
—...¿¡Acaso no es ese su trabajo!?...Tal vez no le importe porque no sabe lo duro que es trabajar en los campos... — Entre suspiros y suspiros el joven Roland, se desánimo.
Se imagina los motivos de por que su señor no los ayuda o tan siquiera envía comida no es que fuera a afectarlo, ellos solo quieren vivir...Pero alguien parecía haber escuchado las palabras de, Roland.
Un hombre de cabello gris apareció recostado sobre una pared, en su mano tenía una manzana. — No deberías decir eso hmph...podrían matarte, ¿sabes? — Hablo el hombre sin darle importancia al asunto únicamente estaba concentrado en su manzana.
Estas palabras hacen que Roland, gire con una pequeña sonrisa sabiendo que hombre podría decir tales cosas con esa voz cansada. Porsupuesto solo hay alguien asi que el pudiera conocer.
Cuando se gira totalmente puede observar a Tíbet, quien sólo le sonreía con una sonrisa retorcida.
Roland, miro un poco más a Tíbet, antes de apartar la mirada y responder — Lo se...— Roland, simplemente agrio su cara.
Tíbet, se acercó al chico poniendo su mano en su cabeza — Ahh...Tsk-...Mira mocoso entiendo lo que dices, solía pensar lo mismo pero para nuestro rey no valemos nada. — Roland, un poco vacilante abrió su boca. — ¿Que tan poco valemos a sus ojos?...—
Tibet, rio un poco aún que esa risa era muy seca, el entrecerró un ojo mientras una de sus manos hacia por pinchar el aire — ¿Vez esto?, somos así de insignificantes a sus ojos. —
Pese a que Roland, ya sabía la respuesta eso no quitaba la melancolía que tenía al saber tal cosa de un soldado.
Tíbet, al ver a Roland, en ese estado no sabía que hacer, el hombre entonces movió la cabeza de un lado al otro mientras se la rascaba. — Bueno...Al menos este nuevo rey es así. —
Las palabras de Tibet, intrigaron a Roland, quién en su acto de curiosidad pregunto — ¿A que te refieres, Tibet?. — El hombre sonrió un poco mientras alzaba su espada hacía el cielo.
— Yo serví a el rey Ricardo ll de Inglaterra, un hombre honorable...muy culto. — Roland, miro con curiosidad a Tibet, que describiera de esa forma a ese rey ya decía su basta admiración a este.
— Parece bastante increíble. — Las palabras de Roland, parecían aver alegrado a Tibet, el hombre continúo su monólogo mientras el niño escuchaba.
— Sabes, llegué a creer que era una mujer. ¡Jajaja! su rostro era blanco y redondeado muy femenino, muchos jóvenes nobles cayeron en su encanto. — Tibet, parecía orgulloso de contar tal cosa, era la primera vez que Roland, lo había visto así, y ya era una gran cosa ya que era con el que Tibet, pasaba mas tiempo.
Roland, con intelecto respondió a Tibet. — Lo describes de esa forma, umm ¿eso quiere decir que ya no es rey?. — Al decir esas palabras, Tibet parecía decaído.
— Si, a sí es, su primo tomo el trono nadie sabe donde esta ahora — La mirada de Tibet, parecía melancolica, cómo si estuviera recordando el pasado.
Roland, espero a que Tibet, continuará. — Pero tengo la esperanza que volverá. Puede que no sea tan amable para dar comida grátis, pero al menos se esforzaba por mejorar a su pueblo — Roland, tenía una mirada sorprendida no esperaba que Tibet, tuviera tanta confianza en ese rey.
El hombre hablo con una sonrisa en la cara no está demás decir que parecía ser diferente en este instante.
Pero rápidamente cambió eso. Tibet, se despidió de Roland, para seguir con lo que se supone que estubiera haciendo.
Roland, solo se quedó pensando en las palabras de Tibet, Roland inconscientemente susurró — Está isla es pequeña y lejana no creo que siquiera sepa que existimos. — Respondió con franqueza al inexistente rey.