Roland suspiro pesadamente. Sus ojos miraban a todos lados un tanto agitados, estaba nervioso, demasiado nervioso...
Luego de haber escuchado a escondidas la conversación de su primo-tío y haber descubierto que posiblemente podría ser abandonado a su suerte un miedo enorme lo carcomió. - No... No... - susurro a sí mismo intentando negar lo que escucho, eso no pasaría verdad, eso no le tocaría, ¿Verdad? Él no era débil... No tenía enfermedades, así que, todo estaría bien... ¿Cierto?.-
3 horas pasaron en las cuales Roland vago.
Pronto se detuvo en seco, mirando que ya había llegado a la entrada de su casa, agito la cabeza, solo para sacar aquellos pensamientos de su mente, aunque sea solo un momento, exhalo pesadamente, antes de dar la mejor sonrisa que pudo. - ¡Llegué!. - enunció al entrar por la puerta principal.
El sonido de sus botas era lo único que se escuchaba en el frío ambiente de su hogar, el fuego en la hoguera era la única fuente de luz en esa fría oscuridad.
Roland continúo esperando una respuesta, sin embargo, ninguna pareció llegar, enarco una ceja ligeramente, antes de escogerse de hombros tomándole menos importancia, dejo su mochila de cuero a un costado de la puerta, seguido de eso se dirigió a su habitación.
Pronto, Roland llego hasta ella, lo primero que su visión diviso, fue su cama acomodada limpiamente, solo pudo pensar en una persona al ver eso, su madre, dio una pequeña sonrisa apenas perceptible, antes de dirigirse a la ducha.
Una vez término y estando arreglado, el chico se recostó a esperar a su madre y hermanos, aunque también tenía un padrastro, solo que era un poco incómodo tratarlo cómo su verdadero padre.
Media hora paso, durante ese tiempo Roland había estado perdiendo en sus pensamientos, al menos fue así hasta que el ligero ruido de la puerta abriéndose lo alarmó, sin perder tiempo el joven se escabullo con cautela de no ser visto, cuando se encontró en un punto perfecto para observar la entrada principal, él soltó un ligero suspiro de alivio al mirar las figuras pertenecientes a sus padres junto a sus 5 hermanos.
Salió de su escondite, para ser divisado por la mirada de sus padres, cuando estos lo miraron fruncieron el ceño, pero en poco tiempo su mirada cambio a una de preocupación, no dijeron alguna palabra al joven, solo mandaron al resto de niños a dormir.
Cuando solo quedaron los dos adultos y él pudo finalmente acercarse a sus padres para escuchar las palabras que tenían para él. Los tres miembros de la familia fueron a los sofás, sentándose a un costado de la chimenea, la cual de vez en cuando liberaba ligeras chispas.
El padrastro de Roland miro a este con una mirada molesta aun que también se limitó a ver cómo trataría su esposa el asunto. - Roland, ¿¡Donde estabas!? - su madre exigió, con clara preocupación en su tono, antes de siquiera darle tiempo al joven de responder, ella continuó.
- ¡Estábamos muy preocupados por ti! ¿Sabes? - Finalizó su madre, mirando fijamente a los ojos del chico, que se estremeció ligeramente en su asiento un poco asustado.
Pese a que ya era bastante mayor, y que en dos años será considerado oficialmente un adulto, aun con eso en la mesa sus padres reaccionaron así, algo que era raro, porque en estos casos a ningún padre le debería molestar el hecho de que su hijo salga tan tarde con esa edad.
Sin embargo, ese no era el caso de Roland, aunque en el exterior parecían campesinos normales, seguían teniendo un apellido, lo que significa que son nobles, algo que pesa en el orgullo de los miembros de estas familias.
Pese a que la mayoría de ellos vivían igual o peor que un campesino, ellos mantienen su dignidad como nobles.
Así que en la tradición de los nobles, los más jóvenes deberían tener una conducta elegante, cosa que ellos hacen, ya sea la familia Inctrel o Rainel, ambos hacen esto para demostrar que son superiores.
- Solo fui a caminar, no es nada de que preocuparse. - Con la mayor calma que pudo, Roland respondió a las protestas de su madre.
Mientras apartaba lentamente la mano de ella, la cual estaba posando en su hombro, el joven sonrió de oreja a oreja, antes de volver a su expresión normal, llevo la mirada a su padrastro; Marcus Inctrel, quien hasta el momento, solo se había mantenido en calma sin decir algo.
La madre de Roland se mordió su labio inferior, con un suspiro resignado acaricio la cabeza del chico.-incluso si es así no camines tan tarde, hace mucho frío te podrías resfriar... y Ahora es lo que menos quiero que pase...- el estado de ánimo entonces se enfrió grandemente.
Roland entonces hablo con una capa de duda.-entonces, ¿a dónde fueron tan repentinamente?.- la pregunta de Roland pareció haber hecho que Marcus entrará en la discusión.
-Roland, hace unas horas el jefe del pueblo organizó una reunión urgente, así que nos tuvimos que ir rápidamente.- Marcus suspiró cansado , al parecer él realmente estaba estresado por esa reunión.
Aun que Roland ya intuía de que se trataba tal reunión, así que no pudo aliviar su cara a tiempo para que Marcus no lo notara. Pero el hombre solo abrió un ojo y cerró otro, no le diría nada a Roland, además él solo pensaba que tal vez era por el frío.
El chico volvió a su estado normal sin levantar sospechas de los dos adultos, entonces una pregunta le llegó a la mente que lo confundió. -pero si eso es así,¿por qué llevaron a mis hermanos?, no creo que sea necesario.-
la pregunta fue respondida por su madre quién veía con el ceño fruncido a Roland.- ¿enserio crees que tus hermanos son tan buenos para no destruir la casa?- con eso en el aire los tres presentes se estremecieron en agonía por los niños que vivían bajo su mismo techo.
Marcus negó con la cabeza, él se sentó mientras respondía a Roland. -como no podíamos dejar solos a tus hermanos, le dijimos a mi hermana que los cuidara.-
-ya veo.-
eso tenía sentido para Roland, sus hermanos eran muy jóvenes para ser responsables con el hogar, además tampoco es que fueran unos santos. -pero.- Roland arqueó la ceja, miró hacia la dirección de Marcus.-¿pero?.- Marcus asintió, - pero, más importante aún es la discusión de la reunión.-
Roland entonces recordó de que se trataba esta charla, él asintió para hacer saber que está escuchando. Su madre agarró su mano, ella continuó ya que era la más adecuada para hablar con Roland.- verás Roland... al parecer las raciones se están agotando más rápido de lo previsto así que el líder decidió...-
la mujer apretó más fuerte la mano de Roland mientras afirmaba su mirada en su hijo. -decidió abandonar a los niños que menos beneficios aporten al pueblo, incluyendo a nosotros y la familia del líder.- las palabras de su madre preocuparon a Roland, ya que sus hermanos eran más vulnerables a esta regla.
- Roland escucha, pese a que esto pueda parecer preocupante no tienes que preocuparte, estas a punto de convertirte en un adulto así que sería estúpido que te vetaran.- la confianza de Marcus hizo que Roland pensará en eso.
Y a decir verdad él tenía razón el pueblo solo tenía a unas 600 Personas 400 de ellos eran jóvenes y niños, los restantes eran los adultos solo había 5 ancianos en el pueblo. Así que mientras no cometiera algo grabe no tendría que preocuparse, pero, eso no quita a sus hermanos.
Esa noche Roland durmió, no fue el mejor descanso, pero aun así era algo.