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Chapter 22 - El Plan Maestro

Varasloth intentaba con todas sus fuerzas aguantarse la risa al advertir la desesperación de Deremiro, cuando el alto elemental notó su comportamiento. Contrario a lo esperado, La Tercera Sombra suspiró y explicó al demonio el motivo de su angustia.

—¿Sabes quienes son los padres de la dragona dorada que resguardas en este momento?— preguntó seriamente.

Varasloth negó con la cabeza, desde el momento en que ingresó a la bóveda de La Primera Sombra, Merua lo había recibido con las siguientes palabras —"¿Eres tú el enviado de La Primera Luz y La Última Luz?"— continuado de la advertencia de Kolacris de que él no podía ser el enviado de sus padres dada su naturaleza y falta de pureza sanguínea.

Siguiendo esa lógica los padres de la dragona y la misma Kolacris debían provenir de un excelso clan de incontable prestigio, con un tal nivel que incluso entidades divinas como La Primera Sombra y La Quinta Sombra deberían mostrar precaución al actuar. Sin embargo, la diferencia de niveles no debería ser abismal, sino las dos Sombras no se habrían atrevido a intentar ponerle las manos encima a la dragona.

—Mira,—dijo con una expresión complicada Deremiro— estas son cosas de las que no deberíamos hablar normalmente, así que solo te contaré de manera resumida lo necesario. Así como nosotros Las Sombras servimos a nuestro Maestro, La Noche Eterna. Existen entidades similares, que actualmente debido a razones que no necesitas saber, también se encuentran en la búsqueda de heraldos. Una de ellas es El Sol Dorado, una entidad comparable a mi Maestro. Y de igual manera que mi Maestro posee bajo su órdenes doce subordinados principales, los cuales conoces bien como Las Doce Sombras, El Sol Dorado posee dos subordinados principales. Son Conocidos como La Primera Luz y La Última Luz, un Emperador y una Emperatriz Divinos, de la raza de los dragones dorados, su única hija es Kolacris.—

Los ojos de Varasloth se abrieron como platos y quedó estupefacto. Presentía que la proveniencia de la dragona no era normal, pero tampoco esperaba esto. Ahora una sensación incómoda se formaba dentro suyo al recordar cómo había negociado la bendición de la dragona. ¿Qué ocurriría si sus padres se enterasen?

—No solo eso muchacho— dijo Deremiro al ver consternación en los ojos del demonio — Reldred o como tú lo conoces, La Quinta Sombra, también es un Emperador Dragon Divino, pero del clan de los dragones negros. Internamente la situación política del clan de los dragones es actualmente muy inestable, el último de Monarcas Absoluto fue asesinado hace bastante tiempo y hasta ahora no ha existido un consenso en quien debe tomar la posición. Los principales candidatos son los padres de Kolacris, presumo que ese es el motivo por el cual Reldred intentó secuestrar a su hija, dado que sus clanes son públicos contrincantes. En cuanto a Frontar o como lo conoces, La Primera Sombra, no tengo idea de porque originalmente secuestro a Kolacris, pero intuyo que su motivo radica en un ámbito más personal. Sin embargo, tenemos un problema más grave, normalmente lo más fácil para mí sería romper las cadenas de la dragona y enviarla con sus padres. Tú y yo quedaríamos muy bien y hasta podríamos ser recompensados. Pero por la intervención clara de Frontar y Reldred, es casi seguro que sus padres busquen venganza. Una vez que lo ocurrido se exponga, dudo que a mi Maestro le haga gracia, si le comentáramos en este momento la situación, muy probablemente sugiera el asesinato y ocultamiento del cadáver de Kolacris. Por ello, sigue siendo más práctico tu plan original, deja que ella se libere sola mientras todos ganamos tiempo y vemos que hacemos.— suspiró mentalmente exhausto.

—Sobre el anillo, advierto la bendición e influencia de un ser divino, de mi mismo nivel. Me preocupa que sí intento relevar su funcionabilidad, el anillo active algún mecanismo de protección y se autodestruya o realice algo inesperado. Mejor continua guardándolo y ya se lo entregaras a tu amiguita luego. Igual, es el único respaldo que aún tienes de que Carmilla te ayude y muy probablemente lo necesitarás. —

—Finalmente, en cuanto a la visión que obtuviste de Laquesis, no quiero saberlo tampoco. Si esa maldita gata no se atrevió a mancharse con el destino que dicha información conlleve, tampoco quiero arriesgarme. Pero ten cuidado con La Décima Sombra, su raza es conocida como los gatos de la eternidad y son extremadamente raros, aún muchos de nosotros no entendemos como nuestro Maestro logró someterla. Pueden ver los hilos del destino e interferir relativamente, lo que los hace muy peligrosos. Pueden afectar tu vida y tu futuro sin que te des cuenta. — dijo gravemente La Tercera Sombra.

Varasloth asintió, siempre había tenido sus reservas con La Décima Sombra, pese a su cordial actitud y oportuna ayuda. —Y ¿Qué hago entonces su excelencia?— preguntó confuso.

—Ahhhhhhhhhh, déjame pensar. En cualquier momento muy probablemente un sin fin de Sombras vendrán a mi morada a fastidiarme pidiendo tu cabeza o quizás alguna otra extremidad. Déjame pensar.—

La Tercera Sombra flotó alrededor de la habitación por varias horas murmurando cosas incomprensibles y refunfuñando, hasta que finalmente, de la nada, una expresión de esperanza e iluminación se formó en su rostro.

Con una gran sonrisa en su etéreo rostro miró a Varasloth mientras su oscuridad formaba una elegante mesa con dos sillas, tomando asiento en una y alzando su mano en son de invitación para que el demonio lo acompañase.

Varasloth tomó asiento ante la solemnidad mostrada preparado ansiosamente para escuchar la evidente propuesta y solución a la que Deremiro había llegado y estaba por ofrecerle.

—Tengo un plan. —dijo con seriedad— Un plan maestro. — recalcó sonriendo a carcajadas.

Varasloth lo miró ansioso esperando la revelación del gran plan, pero La Sombra no dijo nada por varios minutos, solo sonrió.

—¿Cuál es el pl...— preguntó cansado de esperar Varasloth cuando fue intencionalmente interrumpido por Deremiro.

—¡DESAPARECERAS! ¡SI NADIE TE ENCUENTRA, LOS PROBLEMAS TAMBIÉN DESAPARECERAN! HAHAHAHAHAHAH— exclamó La Tercera Sombra en una demencial cascada de carcajadas.

—¿Ah?— preguntó confuso originalmente Varasloth cuando de repente algo surcó por su mente. Rápidamente un fugaz pensamiento se formó y con pánico se alejó de la mesa tratando de ubicar la salida más próxima para huir con todas sus fuerzas.

—¡NO IDIOTA! No te voy a matar, si quisiera eso lo hubiera hecho delante de todas las sombras y los habría complacido. Yo te saqué de ese agujero y por ende, muy a mi pesar por cierto, eres mi responsabilidad. Me refiero a que te ocultaremos, donde nadie pueda encontrarte.— dijo Deremiro profiriéndole un golpe en la cabeza a Varasloth quien ya se encontraba a varios metros de distancia escapando por la gran entrada del salón.

Varasloth miró aún cautelosamente a La Sombra y inquirió —¿Y dónde podría ocultarme? No irá a regresarme a mi plano original ¿No? Aunque, la verdad suena tentador.—

Pero Deremiro rechazó la propuesta —No, cuando vengan a interrogarme obviamente revelaré la ubicación de tu origen, tampoco puedo ponerme en contra de tantas Sombras, debo darles algo a cambio para que me dejen en paz y es seguro que enviaran a sus subordinados a ese plano menor, el lugar pronto se convertirá en un campo de batalla. Pero, si lo piensas bien, hay un lugar donde serás bien recibido y pasarás desapercibido con facilidad, ni siquiera tendrás que ocultarte.—

—Espera, no estará pensado en.... ¿El Clan Demoniaco?— preguntó agudamente.

Deremiro sonrió satisfecho ante la rapidez con la que Varasloth captaba las cosas. — En efecto, ¿Te has mirado en el espejo? Tienes claramente el aspecto de un demonio, aunque no corra sangre demoníaca por tu cuerpo y técnicamente seas una quimera. Si solucionamos el problema de tu sangre demoníaca, podrás pasar desapercibido con facilidad dentro de sus dominios, además estoy seguro que Xalrinol estará encantado de aceptarte en sus filas.—

—Pero, ¿Mi evidente mezcla de linajes no llamará la atención y despreció al resto de demonios?— cuestionó Varasloth.

—¡Bah! ¿Acaso viste por un segundo que Elmoth te tratará diferente? El mocoso es uno de los más altos y prometedores príncipes demoníacos y te trató como un igual. La raza de los demonios, a diferencia de los dragones, no prestan tanta importancia a la pureza de un linaje, sino a la fuerza que su portador demuestra. Mientras seas fuerte no tendrás problema alguno, incluso si los demás demonios creen que tu linaje demoníaco es minúsculo. Lo que sí, por favor, evita usar magia original, esa habilidad es anormal por donde quiera que la veas, lo mismo con tu aberrante capacidad de ignorar las limitaciones elementales, ambas características llamará inmediatamente la atención de todo el mundo. Si en verdad lo necesitas, limítate a utilizar magia de uno o dos elementos, CON ENCANTAMIENTOS y de manera reservada. ¿Ok?— ordenó La Tercera Sombra.

Varasloth asintió y se preparaba para consultar los demás detalles del plan cuando inesperadamente una voz resonó en todo el plano. —DEREMIRO, VENGO A VISITARTE ¿TE IMPORTARÍA TOMAR UNAS COPAS CONMIGO?—

Un escalofrío gélido recorrió la espalda de Varasloth, las potentes palabras que retumbaban podían expresar una invitación amigable y cordial, pero una sensación de evidente hostilidad podía sentirse en el aire. Era claro que el imprevisto invitado no poseía favorables intenciones.

—Demonios, Frontar está aquí.— exclamó con consternación. Por unos segundos meditó sus opciones y mirando preocupado a Varasloth dijo —Originalmente pensaba llevarte personalmente a los dominios de Xalrinol, pero con Frontar en la puerta de mi plano no será posible. Te enviaré a un plano menor a través de uno de mis pasajes personales, en dicho plano comparto dominio con Xalrinol, ahí debe existir un imperio menor demoníaco, su realeza debe poseer medios para contactar las postas divinas del Clan Demoniaco, con su ayuda fácilmente puedes contactar con la gente de Xalrinol, toma esto.— dijo La Tercera Sombra lanzándole una pequeña esfera que contenía un gran oscuridad.

—Es mi token, cualquier ser con un poco de cerebro te reconocerá como mi representante. En el plano divino no tendrás ningún problema si se lo muestras a cualquier persona del clan demoníaco, pero desconozco si el primitivo imperio del plano al que vas pueda reconocerlo, tendrás que ingeniártelas. Y sino, simplemente muele a palos a todos hasta que logres tu objetivo.— levantó indiferentemente los hombros.

Varas miró estupefacto ante el inesperado giro de los acontecimientos y la siguiente tarea que ahora debía realizar.

—DEREMIRO, FRONTAR, DOS SON MUY POCOS PARA UNA REUNIÓN. ¿OS IMPORTA SI ME UNO?— rugió una feroz voz a lo lejos.

—Ahhhhhhhhhhh, Reldred llegó. Vete ahora, yo los entretendré.— dijo Deremiro mientras empezaba a envolver con su oscuridad a Varasloth.

El demonio frunció el ceño al advertir la complicada situación que el alto elemental estaba por afrontar y no pudo evitar preguntar con preocupación —¿Estará bien su excelencia?—

Deremiro lo miró con estupefacción, no esperaba recibir preocupación por parte de la quimera. Pero rápidamente se recuperó y rio arrogantemente — No te preocupes, por más insistentes que sean, no son lo suficientemente idiotas para atacarme en mi propio dominio. Lo peor que pueden hacer es intentar atacarme indirectamente, pero es algo que también puedo hacer contra ellos, así que no creo esto pase de una amena charla. En cambio, si te atrapan todo será diferente, no tengo el poder para rescatarte de ellos, así como tampoco tienen el poder formal para arrebatarte de mis manos. Así que vete, ya nos volveremos a ver.—

Varasloth quiso decir algo más pero la oscuridad lo envolvió y sintió como rápidamente se movía de nuevo por el espacio, sin saber muy bien a dónde se dirigía.

Al cabo de varias horas, sintió como las oscuridad que lo rodeaba dejó de moverse y tras tantear con su sentidos la naturaleza del exterior, rompió sin dificultad la membrana de oscuridad que lo rodeaba, la cual parecía haberse desgastado durante la travesía para observar para su irónica sorpresa, que una vez más una figura lo apuntaba con una espada al cuello.

—Esto no puede volverse costumbre. — pensó refunfuñando el demonio antes de evaluar arrancarle la cabeza a la nueva presencia.